«La conservación marca más el valor de una moneda que su antigüedad»


Pablo Vázquez: El experto sostiene que las piezas más cotizadas son únicas, pero siempre las mismas


Tras conversar unos minutos con Pablo Vázquez, uno de los anticuarios que cada jueves coloca sus piezas de coleccionista en los soportales de la plaza de Cervantes, se llega a la conclusión de las monedas guardadas en la caja de Cola Cao de muchos hogares gallegos son una inversión con poco recorrido. Vázquez, de una familia de anticuarios de A Coruña que acuden dos veces por semana a Santiago (los sábados están en los soportales del Franco), bromea acerca de la manera en que los gallegos conservan habitualmente sus viejas monedas. «El bote de Cola Cao está presente en muchos hogares, y se va llenando de monedas, que muchas veces no tienen ningún valor o más bien escaso». La primera recomendación es «no limpiar nunca las monedas», y es que «incluso el algodón deja huellas, pequeñas señales que, si la pieza tenía valor, puede perderlo en gran parte, por su deterioro. Es mejor dejar la moneda tranquila». Ahora está comenzando a imponerse un sistema que permite guardar la moneda al vacío, pero «puede costar unos 30 euros, así que tiene que valer la pena», explica.

Para demostrar que el grado de conservación de una moneda o de un billete es fundamental para determinar el valor, Pablo muestra una serie de monedas romanas que «son auténticas y antiguas, no engaño a nadie» y que se venden por nueve euros frente a pesetas de la época franquista con valores superiores. «La conservación es más importante que la antigüedad, y después están las rarezas. Lo fundamental para que una moneda tenga un valor elevado es el número de piezas que se acuñaron». Ante las noticias que apuntan a pesetas que adquieren valores de hasta 20.000 euros, un comentario de Pablo termina con casi todas las posibilidades de encontrar en el bote de Cola Cao una de ellas. «Casi siempre son piezas únicas. Es siempre la misma, que se subasta, pero es que no hay un montón de monedas iguales. Por eso valen lo que valen. Y, claro, su estado de conservación es bueno».

Aunque no es habitual que tenga ejemplares de gran valor en su puesto del mercado de antigüedades, Pablo ofrece algunos ejemplos de monedas con un «buen valor económico, como una peseta de Franco de 1946, que puede costar 4.000 o 5.000 euros, y otra de 1952, que vale 16.000 euros». Entre las características que vienen a determinar el mayor valor de una moneda frente a otras está también la cantidad de piezas iguales que existen. «Los fallos de impresión tiene más valor que las perfectas. Si en una tirada se comete un fallo, las que salen antes de que se detecte el error tendrán más valor, pero ya digo que son pocas».

Para las personas que quieran iniciarse en el mundo de la numismática, Pablo Vázquez recomienda empezar por algo pequeño. «Por ejemplo, por 50 o 60 euros se puede tener toda la colección de las monedas de la República, que está muy de moda», y «para los amantes de la Historia, esta se puede repasar por medio de las monedas, una por época. Las hay desde muy baratas hasta muy caras».

Vázquez considera por su experiencia y la de su padre, de quien heredó su pasión por el mundo de la numismática, que los compostelanos tienen mucho interés por esta actividad, y «hay coleccionistas buenos». Insiste en que «lo mejor es dejarse aconsejar por expertos. Como en todos los sectores, hay de todo, pero es importante no engañar a los clientes. Yo soy sincero, y si una moneda que me traen para valorar no tiene valor, no voy a dárselo, pero si me traen una buena, también se lo digo. Además, hay unos libros que permiten hacerse una idea del valor de la piezas, y euros arriba o abajo, es mejor evitarse problemas».
El protagonista. Pablo Vázquez pertenece a la segunda generación de una familia de A Coruña dedicada a la numismática.

Mercadillo de antigüedades. En Santiago se celebran dos citas semanales fijas. Una los jueves, en Cervantes; y otra, los sábados, en el Franco.



Fuente: lavozdegalicia.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario