En un tranquilo campo de Bunnik, cerca de Utrecht, en los Países Bajos, dos expertos en detección de metales, llamados Gert-Jan Messelaar y Reinier Koelink, descubrieron un conjunto de 404 monedas romanas de oro y plata datadas en el año 46. En opinión de los investigadores, la importancia de este hallazgo radica principalmente en que este "tesorillo" muestra las efigies de emperadores y gobernantes de Roma, Inglaterra y África.
Este conjunto único de monedas romanas y de Britania fueron descubiertas en un lugar tan alejado como la región fronteriza septentrional del Imperio romano, y, según han declarado los arqueólogos, nunca se había descubierto este tipo de monedas romano-britanas en el continente europeo.
Este fantástico hallazgo, descubierto en el año 2023, fue adquirido por el Museo Nacional de Antigüedades de Leiden y en la actualidad se exhibe en la exposición permanente Los Países Bajos en la época romana. Precisamente han sido representantes del propio museo los que han calificado el descubrimiento de este "tesorillo" como una “combinación única de monedas romanas y britanas”.
Muchas de estas monedas fueron acuñadas entre los años 46 y 47, durante el reinado del emperador romano Claudio, un momento de máxima actividad militar en la región. Cuando las legiones romanas se establecieron cerca del Rin, esta zona formaba parte del limes germanicus, la frontera del Imperio romano en Europa, fuertemente fortificada para defenderse de los ataques de las tribus germánicas y lanzar incursiones en las islas británicas.
De las más de 400 monedas encontradas, 116 eran de oro. Entre ellas había 72 áureos romanos datados entre 19 a.C. y 47 d.C., así como 44 monedas compuestas por una aleación de oro, plata y cobre, llamadas estáteros, que se acuñaron en Britania con una inscripción que hace referencia a Cunobelino, un influyente monarca que gobernó el sureste de Britania.
Reverso y anverso de un estátero con el nombre del rey britano Cunobelino.
Museo Nacional de Antigüedades de Leiden
Los investigadores creen que estas monedas llegaron a Bunnik de la mano de los soldados romanos a su regreso de Britania, y especulan con que algún legionario pudo haber obtenido las monedas romanas como pago y las monedas britanas como botín de guerra. En cuanto al motivo por el cual fueron enterradas, es posible que el soldado lo hiciera para proteger sus ganancias o tal vez como ofrenda de gratitud a los dioses por permitirle regresar con vida después de la batalla.
El tesoro también incluía 288 monedas de plata (denarios), todas ellas acuñadas entre 200 a.C. y 47 d.C. Cabe destacar que una de ellas representa a Julio César y otra es un raro ejemplo, puesto que muestra el rostro de Juba, el rey de Numidia (actual Argelia). Las 72 monedas de oro romanas conocidas como áureos están datadas entre los años 19 a.C. y 47 d.C. De estos áureos, los arqueólogos destacan dos que fueron acuñados con el mismo troquel y no muestran signos de desgaste. Este detalle hace suponer a los investigadores que tal vez estas monedas fueron acuñadas poco antes de ser enterradas.
Áureo romano acuñado con la efigie del emperador Claudio.
Museo Nacional de Antigüedades de Leiden
Los investigadores están convencidos de que este impresionante hallazgo les va a permitir comprender mucho mejor tanto el complejo funcionamiento de las finanzas militares romanas como la mezcla de culturas que se llegaron a producir en un lugar tan alejado como la frontera norte del Imperio romano.
"Este tesoro no solo es significativo por su tamaño, sino también porque cambia nuestra perspectiva sobre el papel de los limes germánicos. Hasta ahora, la evidencia arqueológica había subrayado el papel de estas regiones como zonas de defensa y comercio. Sin embargo, el hallazgo demuestra que también funcionaron como puntos clave en las conexiones entre Britania y el continente, tanto durante como después de las campañas militares romanas", concluyen los responsables del museo.
Fuente: historia.nationalgeographic.com.es
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