La peseta de los “Peseteros” (1836-1837 Barcelona)



Detrás de don Carlos están los partidarios del absolutismo más tradicional, los llamados “Apostólicos” de los últimos años de Fernando VII, que habían llegado a conspirar contra el rey por su excesiva moderación.

En defensa de Isabel II se agrupaban aquellos que defendían la necesidad de una evolución más liberal para la sociedad española, (Isabelinos o Cristinos).

Carlistas: Fueron apoyados por, religiosos de las órdenes afectadas por las desamortizaciones, militares que nunca destacaron, nobles provincianos (viejos hidalgos-propietarios) y campesinos que les era difícil salir adelante por la situación en la que se encontraba el país. El bando carlista recibió apoyo de: Austria, Prusia y Rusia.


Isabel II niña. Retrato de V. López Portaña.

Isabelinos o Cristinos:  La mayoría de la población defendió al bando isabelino, también la mayor parte de los cargos de la administración, la burocracia provincial y municipal, los miembros del ejército, clases medias, financieros y comerciantes, los de profesiones liberales, alta nobleza, gran parte del clero secular y la mayoría de los sectores populares. El bando isabelino recibió apoyo de: Inglaterra, Francia y Portugal.

En 1836 mientras los dos bandos luchaban y la guerra se extendía por toda España, se labraron una serie de monedas por el bando Isabelino.

La casa de la moneda de Barcelona se cerró por orden gubernamental en 1823, pero conservó toda la maquinaria y útiles de que disponía.

Durante el reinado de Isabel II, y siendo Espoz y Mina capitán general del Principado, la Diputación provincial de Barcelona dispuso la reapertura de la Casa de Moneda de Barcelona en agosto de 1836. El gobierno central no estaba de acuerdo en la apertura de esta ceca ya que cuando se cerró esta ceca por última vez se mandó llevar a la ceca de Madrid todas las maquinas, cuños y de más materiales de acuñación, por lo que se promulgó una Real Orden en diciembre de 1836 en la que dispuso el inmediato cierre de la ceca barcelonesa, pero la Diputación de Barcelona alegó la imposibilidad de cumplir esta disposición a causa de “la necesidad y del apuro en que se encuentran para poder socorrer al ejército, para atender a los gastos de la guerra civil y su urgencia para pagar a las tropas ”.

Las acuñaciones de la moneda de 1 peseta en plata y calderilla de 3 y 6 cuartos en cobre se iniciaron el 11 de septiembre de 1836, y la ceca quedó bajo control y responsabilidad de la Diputación de Barcelona que nombró una comisión gestora presidida por Joan Reynals. La dirección del establecimiento en su vertiente técnica se encomendó a Francesc Paradaltas.

Estas monedas fueron de necesidad durante la I Guerra Carlista (1833-1840), y tendrían carácter de moneda provincial y su circulación quedaría limitada al Principado.

A esta peseta se le llamará “la peseta de los peseteros”.

Peseteros

Al comenzar la Primera Guerra Carlista el ejército isabelino no era demasiado grande como para invadir y poder adentrarse en los territorios carlistas, por lo que inmediatamente se crearon tropas francas sobre todo en las zonas fronterizas del País Vasco y Navarra. Estos soldados se dividían en cuerpos y compañías como los Chapelgorris, Tiradores de Isabel II, Cazadores de montaña, Urbanos, Compañías sueltas y Peseteros, etc. Solían ser personas sin recursos, campesinos, etc., todos ellos voluntarios liberales.

Recibían armas, munición y equipo pagado por el gobierno y su sueldo variaba de una a dos pesetas diarias.

Por este sueldo que recibían eran llamados genéricamente “Peseteros” por las tropas carlistas. (Éstas recibían solamente un real al comenzar la guerra).

Con el tiempo, “peseteros” fue el mote que los carlistas dieron a todos los soldados isabelinos.

Estas tropas francas solían cometer muchos saqueos y abusos, por lo que en cuanto eran atrapados por el ejército carlista eran fusilados.

Pero esto cambió rápidamente cuando el general isabelino Baldomero Espartero los incorporó a al ejército regular, imponiendo una dura disciplina.

Cazadores de la Guardia Real de Isabel II
Biblioteca Nacional de Paris.

Eran tiempos difíciles y el transporte del dinero para pagar a las tropas isabelinas a veces se hacía esperar, los pagos en el frente norte eran irregulares y poco puntuales, por lo que en ocasiones los motines solían estar presentes, como el motín que llevó al asesinato del general moderado Pedro Sarsfield por sus tropas el 26 de agosto de 1837 en Pamplona.


Año: 1836 – 1837. Valor: 1 Peseta. Metal: Plata. Peso: 5,9 gr. Diámetro: 25 mm. Canto: Las monedas acuñadas en 1836 tienen diferentes cantos, unas se labraron con el canto estriado y otras con el canto labrado con un cordoncillo. Y las monedas acuñadas en 1837 solamente se labraron con el canto estriado. Ceca y Marca: Barcelona, “B”.

Anverso: Escudo, en el que aparecen las armas de la Corona de Aragón, y encima la corona real, rodeado por la leyenda "ISABEL 2A REYNA CONST. DE LAS ESP.". Abajo; Estrella de cinco puntas, Marca de ceca, Estrella de cinco puntas, Marca de ensayadores, Estrella de cinco puntas, (+ B + PS +).

Reverso: Leyenda “1 PESETA” entre dos estrellas de cinco puntas. Principado de Cataluña. Fecha.

Ensayador: Francisco Paradaltas y Simeón Sala i Roca.

No fue acuñada con virola.

Esta moneda circulo junto al sistema monetario de reales de vellón y maravedís: 1 peseta = 4 reales; 1 Real = 34 maravedís.


La palabra “peseta” viene del siglo XVII, así se llamaba popularmente a las monedas de 2 Reales, pero no aparece inscrita en moneda alguna.





Fuentes:

http://www.mundohistoria.org/blog/articulos_web/la-primera-guerra-carlista-1833-1840
https://albalathistoria.files.wordpress.com/2010/01/las-guerras-carlistas.pdf
http://slideplayer.es/slide/3504859/
http://es.slideshare.net/artesonado/la-oposicin-al-sistema-liberal-el-carlismo
http://jadonceld.blogspot.com.es/2013/11/la-primera-guerra-carlista-1833-39.html
Pere Pascual Domènech, “La reforma de 1824 y la acuñación de moneda en Barcelona (1836-1848).”

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