
Un nuevo estudio numismático internacional ha revelado cómo antiguas monedas de plata con el motivo del “Sol Naciente” y el símbolo indio Srivatsa circularon a lo largo de miles de kilómetros por el Sudeste Asiático en el primer milenio d.C. Estas piezas, acuñadas inicialmente por reinos del área central y septentrional de la actual Myanmar hacia el siglo IV, han aparecido en excavaciones desde el este de Bangladesh hasta el delta del Mekong, en Vietnam, pasando por Tailandia y Camboya. Su hallazgo muestra un grado de integración económica y cultural mucho mayor de lo que se había documentado hasta ahora, comparable al de otras civilizaciones monetarias antiguas como Roma, India o Asia Central.
Las crónicas chinas ya destacaban en el siglo II d.C. la importancia de los reinos del Sudeste Asiático en las rutas que unían el Golfo Pérsico, el océano Índico y el mar de la China Meridional. Las excavaciones arqueológicas han confirmado este papel central, con hallazgos de vidrio romano, joyas indias y cerámicas persas y chinas en puertos y asentamientos fluviales. Entre estos objetos, las monedas de plata de tipo “Sol Naciente/Srivatsa” ocupan un lugar destacado por su amplia dispersión geográfica y la uniformidad de su diseño: en el anverso, un semicírculo solar con doce rayos rodeado por un anillo de 27 cuentas, inspirado en la astrología védica; en el reverso, el Srivatsa flanqueado por una esvástica y un bhadrapittha, bajo una luna y un sol de cuatro a ocho rayos. Las piezas “tipo ideal” miden entre 28 y 35 mm, pesan en torno a 9,2–9,4 g, equivalentes a 80 Ratti indios, y presentan una pureza de plata del 80–90%, llegando en algunos casos al 99,7%.

Moldes de monedas del primer milenio d. C.;
ejemplos del Museo Rey Narai (motivo de caracola/ sankha),
Lopburi Departamento del Tesoro, Tailandia
El equipo, liderado por la Universidad Nacional de Singapur, ha analizado 245 ejemplares de procedencia verificada conservados en museos de Myanmar, Tailandia, Camboya y Vietnam. El objetivo era estudiar la circulación de estas monedas como parte de una red económica y cultural común, sin ceñirse a las divisiones historiográficas asociadas a fronteras modernas. La metodología se ha basado en estudios de troqueles, moldes metálicos que imprimen el diseño en el disco de metal, para identificar coincidencias que delaten un origen común. El análisis ha hallado 10 coincidencias en el anverso y siete en el reverso, incluidas series numerosas como las 67 monedas del mismo troquel en el tesoro de Konlah Lan (Angkor Borei, Camboya).
Uno de los hallazgos más llamativos es la coincidencia en el troquel del anverso entre una moneda hallada en el siglo XIX en el este de Bangladesh y otra procedente del yacimiento de Oc Eo, en el sur de Vietnam. A pesar de la distancia de más de 3.000 kilómetros entre ambos lugares, la identidad del troquel indica que ambas pudieron ser acuñadas por el mismo taller o autoridad. Para los investigadores, esto es una prueba directa de la circulación de largo alcance que unía el golfo de Martaban con el golfo de Tailandia y que, antes del auge de Srivijaya en el siglo VII, aprovechaba rutas terrestres transpeninsulares para acortar meses de navegación.
El estudio también identifica conexiones entre lotes de monedas de zonas clave como el antiguo reino de Funan y la región dvaravati de la actual Tailandia central. En algunos casos, las piezas fueron fabricadas por fundición, no solo por acuñación, a partir de moldes cerámicos, lo que sugiere talleres locales capaces de replicar monedas importadas. Esta producción regional facilitaba la aceptación del numerario en mercados interiores y demuestra que la circulación monetaria combinaba piezas originales y copias locales, manteniendo una notable coherencia en el diseño.

Mapa de monedas con troqueles coincidentes analizadas en este estudio,
etiquetadas según sus lugares de hallazgo exactos (si se conocen) o
según las áreas de hallazgo relativas o ubicaciones actuales en museos 'Antiquity'
Más allá de las monedas “tipo ideal”, el registro arqueológico documenta denominaciones menores y fraccionadas (medias, cuartos, octavos, hasta dieciseisavos) y valores reducidos de 20, 10 u 8 Ratti. Sin embargo, casi todas las piezas de este tipo conocidas proceden de colecciones privadas sin contexto arqueológico, lo que impide reconstruir con precisión cómo se usaban en el sistema económico de la época. El estudio subraya que recuperar ese contexto es clave para entender las percepciones antiguas de riqueza y las prácticas de intercambio.
Los resultados también sirven para iluminar la escala del comercio y la jerarquía de los asentamientos. En lugares como Thung Nam Khem, en la península malaya, se han hallado cientos de monedas completas y fraccionadas, muchas procedentes de la actual Myanmar, y hasta coincidencias de troquel con ejemplares conservados en museos tailandeses. Esto sugiere rutas que combinaban el tráfico costero norte-sur con pasos terrestres que conectaban ambas vertientes de la península, y sitúa a estos enclaves como estaciones clave en el comercio interregional.
Monedas acuñadas a partir del par de troqueles O7/R7 (FAD nd) y del anverso troquel O8 'Antiquity' /
(izquierda: © The Trustees of the British Museum;
derecha: Museo de Historia de Ho Chi Minh)
El trabajo tiene además una dimensión de preservación patrimonial. Muchas monedas antiguas del Sudeste Asiático son saqueadas en contextos de conflicto, como el de Myanmar, y terminan fundidas como lingotes o vendidas en el mercado ilícito. La identificación de troqueles comunes permite detectar falsificaciones, rastrear la procedencia de piezas en colecciones privadas y reforzar las reclamaciones para su restitución. La abundancia de ejemplares idénticos en subastas y foros especializados apunta a que algunos proceden de los mismos yacimientos o tesoros que los conservados en instituciones públicas.
Publicado en la revista Antiquity, este trabajo coloca a las monedas del “Sol Naciente/Srivatsa” como testigos clave para reconstruir las redes comerciales y políticas del Sudeste Asiático premoderno. Sus autores esperan que aplicar el mismo enfoque a otras emisiones y a monedas fraccionadas amplíe el mapa de conexiones, al tiempo que contribuye a frenar el expolio y a cerrar la brecha entre la numismática y la arqueología en la región.
Fuente: eldiario.es
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