Una perra encuentra 380 monedas de plata del siglo XIV en pleno campo

Masa es una perra que vive junto a su dueño en la región de la Valaquia Morava, en el este de la República Checa y cerca de las fronteras con Eslovaquia y Polonia. El pasado mes de agosto, como hace cada día, Masa salió a pasear por el campo junto a su dueño, pero aquel no iba a ser un día más: se iba a convertir en la gran protagonista de un gran hallazgo arqueológico.

El animal comenzó a excavar en una zona boscosa cercana a la localidad de Ústí cuando, de repente, encontró algo. Tal y como publica Czech Radio, cerca de la superficie había una vasija repleta de monedas antiguas. El dueño de Masa se dio cuenta rápidamente de que se trataba de un hallazgo importante, por lo que corrió a dar parte a las autoridades.

Las monedas se limpiarán una a una antes de ser expuestas 
(Museo de la Región de la Valaquia Morava)

Las autoridades lograron desenterrar la vasija, pero su contenido estaba totalmente apelmazado, por lo que se decidió llevarlo todo a un hospital para realizar una tomografía. Ahí se descubrió que estaba llena de monedas, muchas de las cuales aún estaban guardadas en el interior de pequeñas bolsas que, con el tiempo, se habían ido volatilizando.

El estado de conservación de la vasija la convierte en un hallazgo único

Samuel Španihel, arqueólogo del Museo de la Región de la Valaquia Morava, asegura que se trata de un "hallazgo relativamente extraordinario, especialmente en esta región y para el distrito de Vsetín, donde hay pocos vestigios de la Edad Media. En ese aspecto sí es único a nivel regional, ya que no son habituales en Moravia los tesoros de monedas del siglo XIV". 

El portavoz del Museo, Jiří Koňařík, confirma que gracias a la tomografía "se demostró que la vasija estaba llena de monedas. Nuestros expertos lograron extraerlas con procedimientos especializados y hemos contado 374 monedas, además de otro conglomerado con tres monedas más que aún no hemos sido capaces de separar".

Ahora, limpiarán una a una todas las monedas, que se remontan al siglo XIV, pero también se realizarán análisis a la tierra de la vasija "porque es un hallazgo único en el sentido de que se ha conservado entera. Normalmente, cuando se encuentra algo así, lo que hay son restos y trozos dispersos, pero esto es todo un bloque". Mientras, Masa puede presumir de haber encontrado algo histórico en mitad del campo: su descubrimiento podrá ser contemplado dentro de poco en el museo.






Fuente: elconfidencial.com

El hallazgo de dos buzos aficionados permite descubrir una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa

Expertos de la Universidad de Alicante creen que el tesoro pudo ser escondido para protegerlo de los pueblos bárbaros que saqueaban el Imperio romano de Occidente en los siglos IV y V.


El pasado mes de agosto, los buceadores aficionados Luis Lens y César Gimeno encontraron ocho antiguas monedas en el fondo de la bahía de Portitxol, en la provincia española de Alicante, en la costa mediterránea del país. Este hallazgo dio lugar al descubrimiento de una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa, según un comunicado emitido esta semana por la Universidad de Alicante.

El hallazgo fue entregado por los submarinistas a los científicos del centro educativo, dando pie a una investigación arqueológica subacuática que recuperó otras 45 monedas en perfecto estado.


La colección, presentada el 21 de septiembre en la localidad de Jávea, consta de 53 monedas de oro del período imperial romano y fueron datadas entre finales del siglo IV y principios del siglo V por los expertos del Instituto de Arqueología y Patrimonio Histórico de la universidad alicantina.

Su perfecto estado de conservación, que incluso permite leer las inscripciones, las identificó como monedas de los períodos de los emperadores Valentiniano, Valentiniano II, Teodosio I, Flavio Arcadio y Honorio, menos una de ellas que no pudo ser identificada.


Además de las monedas, los arqueólogos subacuáticos hallaron tres clavos, probablemente de cobre, y pedazos de plomo que podrían proceder del casco de un barco.

Jaime Molina, profesor de Historia antigua en la Universidad de Alicante y jefe del equipo de investigación, sugirió que el oro podría haber sido ocultado por un terrateniente local en medio de las continuas incursiones de pueblos bárbaros, en particular de los alanos, que saqueaban el Imperio romano de Occidente en esa época.






Fuente: actualidad.rt.com

Dos tesoros califales cordobeses



La moneda que encabeza este artículo corresponde al reverso de un dirham de Al Hakam II, acuñado en la ceca al-Andalus en el año 365 H. Formaba parte de un tesoro hallado en la zona oeste de Córdoba.

Si bien el hallazgo de monedas es muy habitual en yacimientos arqueológicos de cualquier época, el hallazgo de un tesorillo es un hecho de gran relevancia para la investigación histórica y numismática porque ofrece una gran cantidad de información, a modo de foto fija monetaria.

Las excavaciones arqueológicas de la parcela correspondiente al Plan Parcial O7 de Córdoba, realizadas en la última década, permitieron documentar el arrabal oeste de Córdoba, instalado en el camino a Madinat al-Zahra. Fue esta una zona densamente poblada, completamente urbanizada y dotada de instalaciones como mezquitas, zocos, baños y cementerios.

En una de las viviendas de este arrabal, se descubrió una pequeña vasija de cerámica común que contenía 370 monedas, colocadas cuidadosamente para optimizar el espacio del recipiente. Su estudio ha sido recientemente publicado por Canto, Clapés y Jablonska.

Las fechas de acuñación de estas monedas van desde el 317 H./929 d. C. al 400 H./1009 d. C. y corresponden a los cinco primeros califas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (90), Al Hakam (55), Hisam II (181) Muhammad II (36) y Sulaymān al-Must‛ain (7). A estas, habría que añadir un fragmento de dírham del califa fatimí Al-Ḥākim bi-amr Allāh.

Sus cecas de acuñación fueron: sikkat al-Andalus (1), al-Andalus (237), madīnat al-Zahrā’ (112), madīnat Fās (19) y Nakūr (1) (386-412 H. /996-1021 d. C.).

Fig. 1.- Tesoro de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba 
(tomada de Canto, Clapés y Jablonska, 2020, p. 202).

Según los investigadores, el cierre temporal del tesorillo está “absolutamente relacionado con los acontecimientos de la fitna y las destrucciones o abandonos de los arrabales occidentales de Córdoba en los primeros momentos de la guerra civil”. Las últimas monedas que contiene este tesorillo son las acuñadas por Sulaymān al-Must‛ain en el año 400 H./1009 d. C. en madīnat al-Zahrā’, donde se refugió junto con las tropas bereberes.

En la misma zona oeste de Córdoba, en la finca El Fontanar, se halló, en los años 90, otro tesoro de 764 dirhams califales. A diferencia del ejemplo anterior, no presentaba un contexto arqueológico cerrado, aunque se ubicaba en las cercanías de una mezquita y dentro de uno de los arrabales cordobeses.

Dichos ejemplares pertenecen a los dos primeros califas omeyas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (300-350 H./912-961 d.C.) y Al Hakam II (350- 366 H./961-976 d.C.). La fecha de inicio de la ocultación es del 330 H./941 d. C. y la de cierre del 365 H./975 d. C.

Los investigadores de este hallazgo, Canto y Martín Escudero, llaman la atención sobre la circunstancia de que únicamente estén representados ‘Abd al-Rahmān III y Al Hakam II, cuando es más habitual que en los tesoros de esta época también se documenten piezas de Hisam II (366-399 H./977-1008 d.C.).

Fig. 2.- Zona del hallazgo del tesoro de El Fontanar 
(tomada de Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 134).

Esta ausencia es interpretada por los autores como la demostración de que el ocultamiento se produjo en el último año de reinado de Al Hakam II, en el 366 H./976 d.C. “Resulta sugerente pensar que este conjunto pudo ser ocultado en los turbulentos sucesos acaecidos en Córdoba en el momento del nombramiento de Hisam como califa, que tuvo una fuerte oposición por parte de otros miembros de la familia omeya. Podría darse el caso de que este hallazgo se hubiese ocultado debido a dichas circunstancias en la citada fecha por un partidario de la oposición a Hisam II y que, por razones evidentes, no pudo ser recuperado” (Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 130-131).

En la siguiente tabla comparamos los califas representados en ambos conjuntos para poder valorar el arco cronológico que nos ofrecen:



Podemos decir que el primer tesoro, a pesar de contener menos cantidad de monedas, tiene unas fechas mucho más amplias que el segundo. De tal manera, podríamos aproximar que las monedas ‘Abd al-Rahmān III circulan, al menos, hasta el gobierno de Sulayman al-Must´ain. Para confirmar esta hipótesis, sería necesario realizar un estudio mucho más amplio, en el que se incluyeran otros hallazgos monetarios realizados en contextos arqueológicos y otros tesorillos de cronología similar.

Por lo general, en el estudio de los tesoros, se entiende que reúnen moneda que está en circulación al mismo tiempo, considerando que el periodo en el que se produce el atesoramiento no es demasiado largo.

Determinar los motivos de las ocultaciones suele ser más complicado. El estudio del contexto histórico y arqueológico suele llevar a concluir que los tesoros se esconden en épocas de enfrentamientos políticos y/o militares, de inestabilidad general, en los que los dueños del dinero lo ocultan para ponerlo a salvo. Sirvan como ejemplo los dos tesoros aquí referidos, en cuyas respectivas publicaciones se pueden encontrar las referencias catalográficas de cada moneda que los componen.

El hecho de que estos hayan llegado hasta nosotros significa que los propietarios de los mismos no volvieron a recogerlos. Y aquí, ni la Historia, ni la Arqueología, ni la Numismática pueden ayudar a averiguar que les pasó a esas personas. Y, tal vez, esa sea la única pregunta que nos gustaría poder contestar.



PARA SABER MÁS:

CANTO, A.; CLAPÉS, R.; JABŁOŃSKA, W. (2020): “Un hallazgo de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba”; OMNI n°14 – 08/2020, pp. 199-255. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7726327

CANTO GARCÍA, A.; MARTIN ESCUDERO, F. (2007): “El hallazgo de moneda califal de Fontanar (Córdoba)”; Documenta & Instrumenta, 5, pp. 129-156. https://revistas.ucm.es/index.php/DOCU/article/view/DOCU0707110129A





Fuente: panoramanumismatico.com

Las viejas monedas de oro de la Catedral de Málaga



Este lujoso estuche con 133 monedas de oro romanas, fue el regalo del cabildo de la Catedral de Málaga, para el rey Felipe V en 1722. La mayor parte de las monedas aparecieron durante las obras de la fachada principal del templo de la capital, las cuales fueron limpiadas y restauradas por el platero Juan de Porras. En las monedas se representa a los grandes césares, como Tiberio, Nerón, Vespasiano, Marco Aurelio y Trajano, entre otros. El vicario de Ronda, el malagueño Félix Bernuy -más tarde obispo de Canarias-, fue el encargado de entregar este presente al rey, que las mandó colocar en su Real Gabinete. Forrado en el exterior con terciopelo carmesí y en el interior de raso de seda amarillo, el estuche estaba cubierto con una placa de plata calada con motivos vegetales de estilo barroco con una inscripción en latín que hablaba de las monedas encontradas en la construcción de la centenaria catedral. En 1791, esta pieza ingresó en el Monetario y Museo de Antigüedades de la Real Librería -en la actualidad, Biblioteca Nacional de España-, para más tarde constituir parte de los fondos fundacionales del Museo Arqueológico Nacional.

Catedral de Málaga

La historia nos la proporciona el académico de la Historia, de San Telmo y de la Malagueña de Ciencias Manuel Olmedo Checa.

Para ello, debemos situarnos en el año de gracia de 1722, cuando se iniciaron las obras para cimentar la que terminaría siendo la torre inconclusa de la Catedral (y a estas alturas del siglo XXI el Templo Mayor sigue sin una cubierta para resguardarse de la lluvia).

Cuando comenzaron las obras se localizaron un buen número de monedas de oro romanas con las efigies de varios emperadores. Semejante hallazgo decidió al cabildo catedralicio a regalárselas al rey de España, el primer Borbón, Felipe V. La cantidad total de monedas enviadas fue de 133, una vez restauradas y limpiadas.

El regalo se presentó en un hermoso estuche forrado de terciopelo, entre otras telas.

Como recordó Manuel Olmedo, hacia 2002 o 2003 el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, el abogado y gran experto en los clásicos latinos Alfonso Canales, envió una carta dirigida a la reina Sofía, en la que le consultaba si la Casa Real conservaba en su patrimonio ese regalo malagueño. La Casa Real contestó que no.

Esta historia la recordó poco después el propio Manuel Olmedo en un recorrido guiado por la Catedral. En esa visita estuvo su primo, el abogado malagueño Antonio Checa Gómez de la Cruz, quien en una visita al Museo Arqueológico Nacional, con sede en Madrid, localizó por fin y fotografió la famosa colección de monedas romanas, con efigies de emperadores desde Nerón a Cómodo.

El hallazgo, por cierto, recuerda la importancia de la suave colina de la Catedral, bajo la cual, posiblemente, descansen los restos de algún templo romano y por qué no, los de algún templo fenicio.



Fuentes: 
malagaenelcorazón.com
laopiniondemalaga.es

Descubren un gran tesoro durante la renovación de una antigua mansión en Francia


¿Te imaginas renovar una casa y encontrar dentro de sus muros un tesoro que data del año 1645? Así lo informó la casa de remates Ivoire Angers cuando descubrió que dentro de una de las antiguas mansiones en el oeste de Francia se escondía un cofre con una suma importante de monedas de la época.

El descubrimiento de estas 239 monedas troqueladas durante los reinados de Luis XIII (1610-1643) y Luis XVI (1645-1715) se produjo en 2019 en Plozévet, una pequeña localidad de la región de Bretaña.

Allí, una pareja que compró la mansión en 2012 decidió reformar los tres edificios de la propiedad. Una gran sorpresa fue para los artesanos que hallaron un tesoro en el interior de los muros. Se trataba de una caja de metal que dentro contenía las monedas de oro.

“La caja estaba incrustada en el muro, encajada entre piedras”, aseguró el propietario de la mansión François Mion, de 63 años. Días más tarde, encontraron encima de una viga lo que debía ser una bolsa con un segundo lote de piezas.


Las monedas descubiertas incluyen luises de oro y dobles luises de oro, algunos poco comunes. Uno de ellos, acuñado en 1646, está estimado en 15.000 euros.

“Es muy poco común. Casi ya no hay en el mercado“, indicó Florian D’Oysonville, subastador en Ivoire Angers, sobre esta pieza que muestra a Luis XIV de perfil con una mechón de pelo que le cae hasta el cuello.


Según el experto, que rematará las piezas el 29 de septiembre, el tesoro puede proceder de “los ahorros de un rico comerciante o de un agricultor“.

La mitad del dinero recaudado, que se estima entre 250.000 y 300.000 euros, irá destinado a los artesanos que descubrieron el tesoro, mientras que la otra mitad será para los propietarios.




Un Doble Águila de 1933. La única que puedes poseer legalmente.



Cuando una moneda alcanza en una subasta un precio final de 18.872.250$, el comprador no está adquiriendo una moneda: está adquiriendo parte de la Historia.

El pasado 8 de junio, Sotheby´s vendía por ese precio un Doble Águila de 1933 (ejemplar Farouk-Fenton-Weitzman), cuyo diseño se debe al escultor Augustus Saint-Gaudens y se remonta a 1906. Acuñado en Filadelfia, es de oro y tiene un valor facial de 20$. Presenta en anverso a la Libertad avanzando, llevando antorcha en mano derecha y rama de olivo en izquierda; leyenda LIBERTY y fecha 1933 en campo derecho. Su reverso, muestra un águila en pleno vuelo; leyenda UNITED STATES OF AMERICA TWENTY DOLLARS y IN GOD WE TRUST en campo inferior.

Estados Unidos comenzó a acuñar oro en 1795, con unas monedas creadas por Thomas Jefferson y Alexander Hamilton.

Entre 1929 y 1933, la economía estadounidense colapsó. Y, en este contexto, el oro fue el único medio de compraventa de tal manera que las personas acudían a los bancos a sacar oro.

La situación era tan complicada que una de las primeras medidas de Franklin Delano Roosevelt como Presidente fue invocar poderes de guerra y prohibió el pago en oro por parte del Gobierno y comenzó a retirarlo de la circulación. Así, el 6 de marzo de 1933, los Estados Unidos abandonaban el patrón oro.

Esto sucedió exactamente al mismo tiempo que, en la ceca de Filadelfia, las monedas de oro con fecha de 1933 salían de las prensas: se fabricaron 445.500 Dobles Águilas que, de no ser por la orden del presidente Roosevelt, habrían circulado con total normalidad. Estas monedas se fundieron para convertirse en lingotes a lo largo de un proceso que duró más de 2 años.

Anverso del Doble Águila de 1933 

Pero no se destruyeron todos los ejemplares de Dobles Águilas de 1933 ya que, desde ese mismo año, se conocen varias ventas de estos entre coleccionistas.

En 1944, uno de ellos apareció en una subasta organizada por la casa Stacks y en el catálogo se describía como perteneciente a la colección James W. Flanagan. Es en ese momento cuando el Servicio Secreto de los Estados Unidos comienza una investigación sobre la procedencia de esta moneda.

Fruto de esa investigación, se determina que los Dobles Águilas existentes en colecciones privadas son una propiedad robada, y así lo comunican a los propietarios. Muchos de ellos devolvieron sus ejemplares al Gobierno estadounidense. Pero hubo otros que no lo hicieron.

Reverso del Doble Águila de 1933

En 1995, se aceleran los acontecimientos. El ejemplar que nos ocupa salió a la luz de la mano de Stephen Fenton, un distribuidor inglés. Fenton llegó, a través de varios contactos, a un comerciante de Texas quien conocía que estas monedas eran un producto “delicado” y se puso en contacto con el Servicio Secreto. Fenton fue arrestado llevando la Doble Águila de 1933 en el bolsillo.

A partir de ahí comienza un litigio que finalizó con un acuerdo entre Fenton y el Gobierno de Estados Unidos: el Gobierno daba permiso para la venta de la moneda y dividían la ganancia entre ambos (50-50).

La moneda de Sotheby´s, el espécimen Farouk-Fenton-Weitzman, se ha vendido junto con el certificado de monetización, firmado por la Directora de la Casa de la Moneda de los Estados Unidos en 2002, y que viene a legalizar de nuevo la circulación de esta moneda. Cualquier otro ejemplar que pueda existir es propiedad del Gobierno de los Estados Unidos y, en consecuencia, es ilegal poseerlo y está sujeto a incautación.

Certificado de monetización

Con todo ello, este Doble Águila de 1933 es ejemplo de la última serie de oro acuñada por Estados Unidos. Pero también es el único ejemplar de Doble Águila de 1933 que una persona puede tener en propiedad de forma legal.


Leer más >>> Sobre los Dobles Águilas









Fuente: panoramanumismatico.com

Encuentran dos monedas acuñadas por rebeldes judíos hace casi 2.000 años


El extenso yacimiento de Khirbat Jib’it, se levanta en una loma a 30 Kms al noroeste de Jerusalén.

La moneda más antigua de las dos se halló en Khirbat Jib’it, un conjunto de ruinas en territorio palestino equipadas con baños rituales y cuevas funerarias entre otros restos. Basándose en su iconografía, el director de las excavaciones Dvir Raviv afirma que esta moneda fue acuñada durante la gran revuelta judía que estalló entre los años 66-73.


Las imágenes que la decoran son típicas de Judea. En el anverso hay representadas unas hojas de parra junto a la inscripción “libertad de Sión”, mientras que el anverso muestra una ánfora con dos asas y “año dos”. Se trataría así de una acuñación hecha en el segundo año de la revuelta contra los romanos, el 68.

A principios del siglo I Judea era un conjunto de reinos clientes sometidos a los romanos, que controlan la región desde Jerusalén mediante un procurador. Sin embargo las continuas injerencias de Roma sobre el modo de vida y la religión locales unidas a los abusivos impuestos, terminaron por provocar una serie de levantamientos con el fin de recuperar la independencia.

Pese al valor que mostraron los judíos, este primer levantamiento terminó en un tremendo fracaso: Jerusalén fue tomada, los rebeldes ejecutados o esclavizados y Judea convertida en provincia romana. Pese a este duro revés los israelitas continuaron con la lucha armada, protagonizando una nueva insurrección en el 132, para oponerse a la conversión de Jerusalén en colonia romana y la construcción de un santuario a Júpiter sobre las ruinas del Templo.


En las cuevas de Wadi Rashash se encontró una de las monedas, los judíos decidieron llevar a cabo una guerra de guerrillas desde escondrijos como este para evitar enfrentarse a las legiones en batalla

De ese período es la segunda pieza, encontrada en una de las cuevas desde las que los judíos lanzaban incursiones contra los romanos a solo un kilómetro de Khirbat Jib’it. Según Raviv esta moneda fue fabricada en el 134 o el 135, como parte de un programa del líder de la insurrección Bar Kokhba para dotar de fondos y paga a los diferentes grupos guerrilleros que combatían contra Roma.


El carácter sagrado de esta guerra es evidente en una de las caras de la pieza en la que hay representada la hoja Lulav, usada para elaborar un ramo durante la fiesta del Sucot. La planta está rodeada por una corona de laurel y el lema “por la libertad de Jerusalén”. En la otra cara se puede ver el nombre de Simón Bar Kokhba junto a una lira, posible referencia a los salmos del rey David.

Estos nuevos hallazgos permiten identificar con más precisión las fases de ocupación de ambos yacimientos y son asimismo un claro ejemplo de la tenaz voluntad de resistencia que los habitantes de la zona mostraron hacia los romanos.









Fuente: historia.nationalgeographic.com.ee

Pruebas en China de la fábrica de monedas más antigua del mundo



Evidencia de la instalación de acuñación de moneda más antigua del mundo ha sido encontrada en excavaciones recientes de una fundición de bronce en China.

Los orígenes de la acuñación de metales y la monetización de las economías antiguas han sido durante mucho tiempo un foco de investigación tanto en la arqueología como en la historia económica.

En una nueva investigación publicada en Antiquity se informa del hallazgo de moldes de arcilla para fundir monedas en forma de pala, características del periodo Zhou Oriental (c. 770-220 a. C.) en Guanzhuang, provincia de Henan.

Las características técnicas de los moldes demuestran que el sitio funcionaba como una casa de moneda para producir monedas estandarizadas.

La datación sistemática por radiocarbono indica que se desarrolló una acuñación bien organizada entre el 640-550 a. C., lo que convierte a Guanzhuang en el sitio de acuñación más antiguo conocido y fechado de forma segura.

Este descubrimiento proporciona nuevos datos importantes para explorar el origen de la monetización en la antigua China, según los autores, liderados por Hao Zhao, del Centro de Computación de la Universidad de Zhengzhou.

¿Por qué algunas monedas tienen ranuras y marcas en los bordes?


A lo largo de toda la historia de la humanidad, las monedas se han hecho a partir de oro y plata entre otros metales preciosos. Cuando aún no habían aparecido los billetes, las monedas eran la única forma de poder comprar cosas.

El uso de estos metales preciosos en las monedas daba pie a la picaresca. Muchas personas se dedicaban a limar las monedas, para así vender el oro o la plata y conservar al mismo tiempo la moneda. De esta forma, se ganaban un dinero extra con el polvo de los metales, y utilizaban la moneda como si esta tuviera el mismo valor que antes de limarla.

Para evitar engaños, los mercaderes decidieron pesar las monedas. Si el peso estaba por debajo de lo acordado, pedían más monedas, pues era señal de que alguna de ellas estaba limada y no tenía el valor que le correspondía. Ahora la picaresca la tenían los mercaderes, pues trucaban las básculas para pedir más monedas.

En 1696 Isaac Newton fue nombrado director de la Casa de la Moneda Inglesa, un puesto que ejerció durante 30 años. Durante ese periodo logró mejorar el sistema monetario en Inglaterra gracias a la imposición de estrictos estándares de precisión y calidad.

Una de sus medidas fue la de acuñar las monedas con ranuras y marcas en los bordes, así, cuando faltara alguna de estas marcas, se podía saber con facilidad que esa moneda había sido limada y por tanto ya no tenía el valor asignado. Con esto, Inglaterra fue el primer país que comenzó a acuñar monedas con marcas en sus bordes.

Primer plano de pila de monedas antiguas de una libra. 
Palabras en latín y galés en los bordes - Inglaterra, Reino Unido.

Las marcas siguen siendo necesarias por otros motivos

Aunque en la actualidad el componente principal de las monedas ya no es ni oro ni plata, las marcas en sus bordes siguen siendo muy útiles. Para las personas invidentes podría suponer un problema diferenciar el valor de las monedas si todas fueran iguales. Cuando en los noventa, el Banco Central Europeo (BCE) estaba creando el euro, llegaron a un acuerdo con la Unión Europea de Ciegos (UEC), para diseñar monedas y billetes que facilitaran la diferenciación a las personas con problemas de visión.

“Un diseño que responda a las necesidades de los invidentes o personas con problemas de visión responde también a las necesidades de los demás ciudadanos”, explica el BCE que este fue el principio en el que se basaron para diseñar los billetes y monedas en los años noventa.

Como explica el BCE, las monedas de 2€ tienen unos caracteres grabados en el canto, las de 1€ intercalan secciones muy finas con tres secciones lisas, las de 50 y 10 céntimos tienen un canto con festón fino, las de 20 céntimos tienen un canto liso y siete acanaladuras, las de 5 y 1 tiene el canto liso y las de 2 céntimos tienen una ranura alrededor de todo el canto.

Además de todo esto, las monedas tienen distintos tamaños, pesos y grosor según su valor, “cuanto más elevado es su valor, mayor es el peso, excepto en el caso de la moneda de 1€”, explica el BCE. Se suele decir que el canto es la tercera cara de las monedas, y conociendo esto quizás ahora tenga más sentido que nunca.


Los cantos de todas las monedas de 2 euros y sus variantes

Para algunos coleccionistas, como yo, el canto de la moneda es lo ultimo que miramos y algo en lo que no reparamos demasiado. En cambio para otros muchos es una parte muy importante de la que también coleccionan sus diferencias, si las hay.


Los compañeros de Les Amis De L’Euro han publicado un documento PDF en el que podéis ver todos los cantos y sus variantes, conocidas popularmente como tipos A y B, de todas las monedas de 2 euros emitidas hasta la fecha.


Básicamente para saber si la moneda es tipo A o tipo B debemos poner la moneda con la cara común hacia abajo y según las inscripciones que se vean, comparándola con el documento enlazado más arriba, sabremos que tipo es.



Hallan en Florida una moneda rara de oro en un galeón español del siglo XVII valorada en más de 80.000 euros


La empresa Mel Fisher's Treasures ha encontrado, por primera vez en 20 años, una moneda de oro del cargamento del galeón Nuestra Señora de Atocha, cuyos restos fueron descubiertos en 1985 en aguas de los Cayos de Florida por un equipo comandado por el buceador y cazatesoros Mel Fisher (1922-1998).

Los galeones Santa Margarita (encontrado en 1980) y Nuestra Señora de Atocha, formaban parte de la Flota de Tierra Firme, que había zarpado de La Habana con destino a España cargada de riquezas del nuevo mundo y fue sorprendida por un huracán frente a la costa de los Cayos de Florida en 1622.


El buque de rescate de Mel Fisher's Treasures, JB Magruder, con el recién nombrado capitán Tim Meade al timón, descubrió esta moneda de oro de Atocha, extremadamente rara, el 16 de julio de 2021. La moneda fue encontrada por el buscador de tesoros de segunda generación, el ingeniero Zach Moore. Curiosamente, su padre, William Moore, fue parte de la tripulación que halló y recuperó la carga originiaria del Atocha en 1985.


Durante una inmersión hace más de 35 años, William y los otros buzos encontraron 165 libras de lingotes, cadenas y discos de oro. Su madre, Julie Moore, también fue buceadora en el yacimiento de Atocha durante este hallazgo y también fue parte de muchos otros. Bill también trabajó como Conservador Jefe en la Operación de Flota de 1715 en el Museo del Tesoro de Mel Fisher en Sebastian Florida durante muchos años.

La última moneda de oro recuperada en este pecio tuvo lugar en 2001, siendo con esta última 121 las monedas de oro encontradas en el enclave subactuático. Su valor actual, según la propia página web de la empresa de cazatesoros, es de 83.000 euros e incluso creen que podría ser mayor.
Golpe a nuestra historia


Recordemos que este y otros casos son el recuento de un robo, del gran golpe de la historia. Lleva ocurriendo décadas, en los que España apenas ha salido de una pasividad casi tan perniciosa como el expolio. Tanto en el Atocha como en otros casos, hay un patrón que se repite: el expolio se comete utilizando la información de nuestros archivos y acabamos comprando las piezas expoliadas y exponiéndolas en nuestros museos, o enredados en largos litigios, muy costosos que no aportan verdadero conocimiento. España no ha excavado aún ni un navío de Indias ni un galeón.

La industria cazatesoros lleva actuando desde los años sesenta sobre buques de origen hispánico con un fin lucrativo, pero el resultado ha sido la destrucción de yacimientos arqueológicos. Ese daño ha borrado zonas de la historia común de España y América que nunca más se podrán recuperar. Lo peor es que no sabemos el alcance global de su actividad, aunque lo poco que sabemos supone demasiado daño. Y lo peor, una sociedad como la española no ha sabido organizarse para poner enfrente de las actividades destructivas de estas empresas todo el saber de la ciencia para que aquellos naufragios ayuden a entender nuestro pasado y nuestro presente.


El Atocha es el caso más mediático de la historia. Mel Fisher destrozó el yacimiento haciendo agujeros con los motores de su barco y desperdigando todo lo que no fuera de metal. Una vez más en su día España, el Ministerio de Cultura, compró algunos objetos, depositados en el Museo de Artes Decorativas. Y un cañón permanece como recordatorio en el Archivo de Indias, donde entran a diario los «espías» o investigadores mercenarios que ofrecen a las empresas la información precisa para acabar expoliando nuestro patrimonio y lucrarse.

Los arqueólogos que han podido ver yacimientos reventados con las turbinas describieron la desolación que produce contemplar el fondo marino horadado, que comparan con un «patatal» o «un campo de tiro». Imaginar lo que los científicos habrían sido capaces de hacer con toda la información volada por la fuerza de los motores de un barco concentrada en el fondo, entristece: objetos personales, textiles, información vital sobre aquella sociedad...