La nueva moneda de dos euros que ya está en circulación

El Banco Europeo de Estonia ha encargado una pieza conmemorativa basada en su animal nacional.


La moneda es de curso legal en todos los países de la UE y previsiblemente llegará a España en los próximos meses.

La moneda, para enhorabuena de todos los amantes de la numismática, cuenta con una parte reservada a edición limitada: una gran mayoría, concretamente un millón, han sido puestas en circulación, excepto 12.000 que se reservan en calidad «Brilliant Uncirculated (BU)» (moneda no circulada brillante) para coleccionistas y que se venden por 10 euros.

La moneda, de curso legal en toda la zona euro, entró en circulación el pasado 20 de octubre y está diseñada por Maria Meos. En ella, aparece un lobo aullando de pie sobre una roca. De fondo, abetos de Estonia y un cielo nocturno estrellado.

 

La temática de la pieza ha sido valorada de manera positiva tanto dentro como fuera de Estonia, aunque hubo que modificar la figura del lobo para que no se identificara con el logotipo de una organización racista turca.

En total, han sido acuñadas, por la Casa de la Moneda de Lituania, un millón de monedas, de las cuales 12.000 son de calidad BU y se venden en una tarjeta de monedas, creada por uno de los diseñadores de los billetes de coronas estonias, Vladimir Taiger.

La designación al lobo como animal nacional de Estonia viene desde hace muy poco, abril de 2018, cuando fue «elegido» por varias organizaciones locales, como la Sociedad de la Naturaleza de Estonia, el Museo de Historia Natural de Estonia y el zoológico de Tallin.








Fuente:lasprovincias.es

El mayor tesoro de monedas falsas de Hispania está en Badajoz

 

Felicissimus era el jefe del Tesoro de Roma entre los años 270 y 271. Pero, en vez de velar por las cecas del imperio, se dedicó a quedarse con una parte de la plata con la que se fabricaban las monedas y a acuñar otras de menor calidad. El fraude fue descubierto por las autoridades, lo que originó una gigantesca revuelta entre los trabajadores, que debían de llevarse su parte en la estafa, conocida como Bellum Monetariorum (la guerra de los Monederos), que solo pudo ser sofocada enviando a las legiones. Más de 7.000 soldados perdieron la vida, al igual que Felicissimus, que fue asesinado. Incluso la propia ceca de Roma tuvo que ser clausurada temporalmente.

Cuando todo había acabado, abundantes e irregulares series de antoninianos divoclaudianos ―monedas en honor al emperador Claudio II y emitidas a partir del año 270, iniciado el reinado de Aureliano― corrían ya por todo el imperio. No solo las acuñadas en Roma, sino que el modelo de falsificación se exportó a la Galia y al norte de África, donde se crearon nuevas casas de moneda dedicadas a imitar en masa dichos ejemplares. Y así llegaron a Hispania, en un momento económicamente malo, donde la moneda menuda no existía y donde los talleres de piezas de imitación aliviaban esa escasez.


En 1986, durante unas excavaciones en la ciudad de Regina Turdulorum (Casas de Reina, Badajoz) se encontró un conjunto de 818 de estas monedas acuñadas en cobre y una fíbula que ataba la bolsa donde fueron ocultadas, posiblemente por un comerciante o un tabernero. Quizás porque no parecían de mucho valor, no se analizaron tras ser descubiertas y se almacenaron en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Pero ahora el estudio El tesoro de Regina Turdulorum (Casas de Reina, Badajoz), publicado por la editorial Archaeopress (Oxford), del historiador y doctor en arqueología David Martínez Chico, lo convierte en “el conjunto monetal de imitación divoclaudiana más destacado de Hispania”.

La mayor parte de las monedas, acuñadas en cobre, son de tipo Divo Claudio y llevan la leyenda consecratio (consagración) en el reverso. La figura más común de esta cara es la pira funeraria frente al águila, símbolos que hacían referencia a la conversión del emperador en una divinidad.


Regina Turdulorum era una ciudad bética que se encontraba en la llanura de San Bernardo, en las estribaciones de Sierra Morena. Su ubicación le permitía el fácil acceso a los recursos mineros del sur peninsular y al eje viario fundamental que unía dos grandes urbes: Híspalis (Sevilla) y Emérita Augusta (Mérida). Regina tuvo su origen en un oppidum túrdulo ―pueblo íbero de entre los siglos V y II antes de Cristo― que se convirtió en municipium durante el reinado de Vespasiano (siglo I) y desapareció a finales del IV o principios del V, momento en que se ocultó el tesoro.


Regina lleva siendo excavada desde los años ochenta del siglo pasado. Los arqueólogos han determinado que tenía una base ortogonal, con vías pavimentadas y una potente red de saneamiento, así como edificios públicos como un teatro, un foro, un templo dedicado a Pietas Augusta y una construcción de carácter comercial. Las monedas aparecieron compactadas entre los muros de la fachada meridional de este último edificio, a unos 90 metros de la calzada. Junto a ellas, se localizó también una fíbula que “debió de servir como cerradura de una bolsa de lino, tela o cuero, y donde en origen debieron estar las monedas ocultadas”. Los muros meridionales del edificio donde se halló conservan actualmente su zócalo y parte del alzado, y en él se ha exhumado un importante número de ánforas embutidas en la arena, lo que permite a los arqueólogos plantear que se trataba de una tienda o taberna.

Martínez Chico recuerda que “este conjunto, pese a los años transcurridos desde su hallazgo, nunca había sido estudiado” y que “despierta más preguntas que respuestas”. El historiador detalla que la fíbula fue fabricada entre los siglos II o III con “una bonita policromía de esmalte de colores vivos” y que la bolsa era de “de lino, tela o cuero”.

“El tesoro de Regina merece ser interpretado desde varios puntos de vista y lo principal es que quizás estamos hablando de piezas retiradas de la circulación y de forma intencionada por haber sido identificadas como imitaciones”, explica Martínez Chico. “Sea como fuere”, continúa, “esto no excluye su aceptación implícita por sus eventuales usuarios, sabiendo que eran imitaciones. Si la intención era proceder a su fundición, cambiarlas por otras monedas tras una desmonetización legal o, incluso, volver a lanzarlas oportunamente al circuito monetario, es algo que no sabremos con total seguridad”. Ese es un secreto que se llevó a la tumba el tendero.











Fuente: Vicente G. Olaya

Un chelín de Nueva Inglaterra, acuñado por John Hull en 1652 en Boston para ser utilizado como moneda por los primeros colonos

 


Una moneda extraordinariamente rara con un valor nominal de apenas unos centavos cuando se acuñó a mediados del siglo XVII en Nueva Inglaterra podría venderse por el equivalente a unos 300.000 dólares cuando sea subastada en Londres el próximo mes.

La moneda de plata de un chelín fabricada en Boston en 1652, considerada el mejor ejemplo de las aproximadamente 40 monedas de este tipo que se sabe que aún existen, se encontró recientemente en el Reino Unido dentro de una lata de dulces que contiene cientos de monedas más antiguas, dijo el subastador Morton & Eden Ltd. en un comunicado el miércoles.

James Morton, el especialista en monedas del subastador, llamó a la moneda de Nueva Inglaterra la "estrella de la colección".

"Apenas podía creer lo que veía cuando me di cuenta de que era un excelente ejemplo de un chelín de Nueva Inglaterra, acuñado por John Hull en 1652 en Boston para que lo usaran como moneda de cambio los primeros colonos de la colonia de la bahía de Massachusetts", dijo en una declaración.

La rara moneda se encontró en una caja con cientos de monedas antiguas.

El Tribunal General de Massachusetts en 1652 nombró a Hull y su asistente, Robert Sanderson, como experto de monedas de Boston, responsables de producir la primera moneda de plata de América del Norte.

La moneda de diseño rudimentario tiene las iniciales NE de Nueva Inglaterra en una cara y el número romano XII, por 12, la cantidad de centavos en un chelín, en la otra.

Jim Bailey, un experto en monedas y detector de metales en Warwick, Rhode Island, que causó sensación a principios de este año al desenterrar monedas de plata del siglo XVII que se cree están vinculadas al famoso pirata inglés Henry Every, calificó el chelín británico como "un descubrimiento fenomenal. "

"La moneda tiene un gran atractivo visual", dijo Bailey el miércoles. "Debido a que solo existen unas 40 monedas de este tipo, este espécimen puede considerarse el más fino conocido".

La moneda fue entregada al subastador por Wentworth "Wenty" Beaumont, cuyo padre la encontró en una lata en su estudio en la finca familiar en el norte de Inglaterra.

El antepasado de Beaumont, William Wentworth, fue uno de los primeros colonos de Nueva Inglaterra que se cree que llegó a las Colonias en 1636 y probablemente obtuvo la moneda nueva. Los Wentworth se convirtieron en una familia prominente en New Hampshire.

"Solo puedo asumir que el chelín fue traído de Estados Unidos hace años por uno de mis antepasados", dijo Beaumont en un comunicado.

La subasta en línea, que incluye varias otras monedas estadounidenses tempranas, está programada para el 26 de noviembre.








Fuente:telemundonuevainglaterra.com

V Centenario de la vuelta al mundo - Moneda conmemorativa de 8 reales de plata.



Para conmemorar el V Centenario de la Vuelta al Mundo, la Real Casa de la Moneda emite una moneda de 8 Reales en plata, siendo ésta la tercera de las cuatro emisiones de esta misma métrica que, con motivo de esta efeméride, se emiten desde el año 2019 hasta el año 2022, una cada año.

La cuarta, y última, estará dedicada a la llegada de Juan Sebastián Elcano a España.


En el anverso, se reproduce la imagen de Juan Sebastián Elcano, tomada del retrato que se conservan en el Museo Naval de Madrid. A la derecha, detalle de la cabeza de la obra escultórica titulada Carlos V, realizada por Leone y Pompeo Leoni, que se conserva en el Museo Nacional del Prado, de Madrid.


En el reverso, se reproduce una imagen que recuerda la llegada de Juan Sebastián Elcano a las Islas Molucas. Esta imagen ha sido creada por el Departamento de Grabado de Moneda de la F.N.M.T. – R.C.M.

En 1519, doscientos treinta y nueve hombres y cinco barcos partieron de España en busca de una ruta hacia el oeste, hacia las Islas de las Especias (hoy llamadas Islas Molucas).

Atravesaron el Océano Atlántico, rodearon el extremo sur de Sudamérica por el Estrecho de Magallanes, y luego navegaron por el Océano Pacífico, llegando a Filipinas, donde Magallanes murió en 1521, y alcanzando finalmente las Islas de las Especias el 6 de noviembre de ese mismo año.

El 6 de septiembre de 1522, la nao Victoria regresó a España, dirigida por Juan Sebastián Elcano. Y con sólo 17 marineros más. El emperador Carlos V lo nombró como “PRIMUS CIRCUMDEDISTI ME” El primer hombre en circunnavegar el mundo, como aparece en su escudo nobiliario.

La tercera moneda de esta serie está dedicada a la llegada de Juan Sebastián Elcano a las Islas de las Especias (actualmente Islas Molucas).

El 7 de noviembre de 1521 llegaron a las islas Molucas, atracando en la isla de Tidore al día siguiente. Allí pidieron permiso a su rey para comerciar.

El 18 de diciembre de 1521, con las dos naves cargadas de clavo y canela, se dispusieron para partir de regreso a España. Sin embargo, ese mismo día se descubrió una vía de agua en la Trinidad, haciendo necesaria una larga reparación. Por ese motivo, el día 21 la nao Victoria partió en solitario hacia el oeste.


Para más información, puedes acceder a https://tienda.fnmt.es/fnmttv/



Subastan tesoro de antiguas monedas de oro halladas en una mansión en Francia

 


Centenares de antiguas piezas de oro encontradas en los muros de una mansión francesa fueron subastadas por más de un millón de euros (1,2 millones de dólares) este miércoles, informó la casa de subastas Ivoire Angers.

El tesoro está compuesto por 239 monedas de oro de los tiempos de los reyes franceses Luis XIII y Luis XIV y fue descubierto en 2019 durante los trabajos de renovación en una mansión en Finistère, cerca de Quimper, en la región de Bretaña (oeste de Francia).

La casa de subastas Ivoire Angers indicó que la familia propietaria de la mansión se guardó cuatro monedas como recuerdo y puso en subasta el resto por un valor inicial estimado entre 250.000 y 300.000 euros, cifra que fue superada.

La subasta se abrió con la venta a precio inicial de 8.000 euros de una excepcional moneda de un Luis de oro, con la imagen de Luis XIV y con fecha de 1646, que alcanzó un precio de 46.00 euros.

La ganancia será partida en dos: una mitad para los tres artesanos que descubrieron el tesoro y la otra para los propietarios, según la ley que estaba en vigor en Francia hasta julio de 2016.

Según una nueva ley, el patrimonio arqueológico pertenece 100% al Estado, pero en este caso cuenta la fecha de compra de la mansión, en 2012, y no la del hallazgo.

El descubrimiento de las piezas reales fue revelado a inicios de septiembre.

La pareja propietaria había decidido restaurar la mansión en Plozévet, al oeste de Quimper, informó la casa de subastas. Tres artesanos talladores de piedra, contratados por la pareja para renovar la casa, descubrieron dentro de un muro una caja metálica llena de monedas de oro.

Florian D'Oysonville, experto comisario de la casa de subastas Ivoire Angers, dijo que el tesoro "es considerado como el fruto de los ahorros de un rico comerciante o propietario agrícola".






Fuente: swissinfo.ch (AFP)

Una perra encuentra 380 monedas de plata del siglo XIV en pleno campo

Masa es una perra que vive junto a su dueño en la región de la Valaquia Morava, en el este de la República Checa y cerca de las fronteras con Eslovaquia y Polonia. El pasado mes de agosto, como hace cada día, Masa salió a pasear por el campo junto a su dueño, pero aquel no iba a ser un día más: se iba a convertir en la gran protagonista de un gran hallazgo arqueológico.

El animal comenzó a excavar en una zona boscosa cercana a la localidad de Ústí cuando, de repente, encontró algo. Tal y como publica Czech Radio, cerca de la superficie había una vasija repleta de monedas antiguas. El dueño de Masa se dio cuenta rápidamente de que se trataba de un hallazgo importante, por lo que corrió a dar parte a las autoridades.

Las monedas se limpiarán una a una antes de ser expuestas 
(Museo de la Región de la Valaquia Morava)

Las autoridades lograron desenterrar la vasija, pero su contenido estaba totalmente apelmazado, por lo que se decidió llevarlo todo a un hospital para realizar una tomografía. Ahí se descubrió que estaba llena de monedas, muchas de las cuales aún estaban guardadas en el interior de pequeñas bolsas que, con el tiempo, se habían ido volatilizando.

El estado de conservación de la vasija la convierte en un hallazgo único

Samuel Španihel, arqueólogo del Museo de la Región de la Valaquia Morava, asegura que se trata de un "hallazgo relativamente extraordinario, especialmente en esta región y para el distrito de Vsetín, donde hay pocos vestigios de la Edad Media. En ese aspecto sí es único a nivel regional, ya que no son habituales en Moravia los tesoros de monedas del siglo XIV". 

El portavoz del Museo, Jiří Koňařík, confirma que gracias a la tomografía "se demostró que la vasija estaba llena de monedas. Nuestros expertos lograron extraerlas con procedimientos especializados y hemos contado 374 monedas, además de otro conglomerado con tres monedas más que aún no hemos sido capaces de separar".

Ahora, limpiarán una a una todas las monedas, que se remontan al siglo XIV, pero también se realizarán análisis a la tierra de la vasija "porque es un hallazgo único en el sentido de que se ha conservado entera. Normalmente, cuando se encuentra algo así, lo que hay son restos y trozos dispersos, pero esto es todo un bloque". Mientras, Masa puede presumir de haber encontrado algo histórico en mitad del campo: su descubrimiento podrá ser contemplado dentro de poco en el museo.






Fuente: elconfidencial.com

El hallazgo de dos buzos aficionados permite descubrir una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa

Expertos de la Universidad de Alicante creen que el tesoro pudo ser escondido para protegerlo de los pueblos bárbaros que saqueaban el Imperio romano de Occidente en los siglos IV y V.


El pasado mes de agosto, los buceadores aficionados Luis Lens y César Gimeno encontraron ocho antiguas monedas en el fondo de la bahía de Portitxol, en la provincia española de Alicante, en la costa mediterránea del país. Este hallazgo dio lugar al descubrimiento de una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa, según un comunicado emitido esta semana por la Universidad de Alicante.

El hallazgo fue entregado por los submarinistas a los científicos del centro educativo, dando pie a una investigación arqueológica subacuática que recuperó otras 45 monedas en perfecto estado.


La colección, presentada el 21 de septiembre en la localidad de Jávea, consta de 53 monedas de oro del período imperial romano y fueron datadas entre finales del siglo IV y principios del siglo V por los expertos del Instituto de Arqueología y Patrimonio Histórico de la universidad alicantina.

Su perfecto estado de conservación, que incluso permite leer las inscripciones, las identificó como monedas de los períodos de los emperadores Valentiniano, Valentiniano II, Teodosio I, Flavio Arcadio y Honorio, menos una de ellas que no pudo ser identificada.


Además de las monedas, los arqueólogos subacuáticos hallaron tres clavos, probablemente de cobre, y pedazos de plomo que podrían proceder del casco de un barco.

Jaime Molina, profesor de Historia antigua en la Universidad de Alicante y jefe del equipo de investigación, sugirió que el oro podría haber sido ocultado por un terrateniente local en medio de las continuas incursiones de pueblos bárbaros, en particular de los alanos, que saqueaban el Imperio romano de Occidente en esa época.






Fuente: actualidad.rt.com

Dos tesoros califales cordobeses



La moneda que encabeza este artículo corresponde al reverso de un dirham de Al Hakam II, acuñado en la ceca al-Andalus en el año 365 H. Formaba parte de un tesoro hallado en la zona oeste de Córdoba.

Si bien el hallazgo de monedas es muy habitual en yacimientos arqueológicos de cualquier época, el hallazgo de un tesorillo es un hecho de gran relevancia para la investigación histórica y numismática porque ofrece una gran cantidad de información, a modo de foto fija monetaria.

Las excavaciones arqueológicas de la parcela correspondiente al Plan Parcial O7 de Córdoba, realizadas en la última década, permitieron documentar el arrabal oeste de Córdoba, instalado en el camino a Madinat al-Zahra. Fue esta una zona densamente poblada, completamente urbanizada y dotada de instalaciones como mezquitas, zocos, baños y cementerios.

En una de las viviendas de este arrabal, se descubrió una pequeña vasija de cerámica común que contenía 370 monedas, colocadas cuidadosamente para optimizar el espacio del recipiente. Su estudio ha sido recientemente publicado por Canto, Clapés y Jablonska.

Las fechas de acuñación de estas monedas van desde el 317 H./929 d. C. al 400 H./1009 d. C. y corresponden a los cinco primeros califas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (90), Al Hakam (55), Hisam II (181) Muhammad II (36) y Sulaymān al-Must‛ain (7). A estas, habría que añadir un fragmento de dírham del califa fatimí Al-Ḥākim bi-amr Allāh.

Sus cecas de acuñación fueron: sikkat al-Andalus (1), al-Andalus (237), madīnat al-Zahrā’ (112), madīnat Fās (19) y Nakūr (1) (386-412 H. /996-1021 d. C.).

Fig. 1.- Tesoro de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba 
(tomada de Canto, Clapés y Jablonska, 2020, p. 202).

Según los investigadores, el cierre temporal del tesorillo está “absolutamente relacionado con los acontecimientos de la fitna y las destrucciones o abandonos de los arrabales occidentales de Córdoba en los primeros momentos de la guerra civil”. Las últimas monedas que contiene este tesorillo son las acuñadas por Sulaymān al-Must‛ain en el año 400 H./1009 d. C. en madīnat al-Zahrā’, donde se refugió junto con las tropas bereberes.

En la misma zona oeste de Córdoba, en la finca El Fontanar, se halló, en los años 90, otro tesoro de 764 dirhams califales. A diferencia del ejemplo anterior, no presentaba un contexto arqueológico cerrado, aunque se ubicaba en las cercanías de una mezquita y dentro de uno de los arrabales cordobeses.

Dichos ejemplares pertenecen a los dos primeros califas omeyas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (300-350 H./912-961 d.C.) y Al Hakam II (350- 366 H./961-976 d.C.). La fecha de inicio de la ocultación es del 330 H./941 d. C. y la de cierre del 365 H./975 d. C.

Los investigadores de este hallazgo, Canto y Martín Escudero, llaman la atención sobre la circunstancia de que únicamente estén representados ‘Abd al-Rahmān III y Al Hakam II, cuando es más habitual que en los tesoros de esta época también se documenten piezas de Hisam II (366-399 H./977-1008 d.C.).

Fig. 2.- Zona del hallazgo del tesoro de El Fontanar 
(tomada de Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 134).

Esta ausencia es interpretada por los autores como la demostración de que el ocultamiento se produjo en el último año de reinado de Al Hakam II, en el 366 H./976 d.C. “Resulta sugerente pensar que este conjunto pudo ser ocultado en los turbulentos sucesos acaecidos en Córdoba en el momento del nombramiento de Hisam como califa, que tuvo una fuerte oposición por parte de otros miembros de la familia omeya. Podría darse el caso de que este hallazgo se hubiese ocultado debido a dichas circunstancias en la citada fecha por un partidario de la oposición a Hisam II y que, por razones evidentes, no pudo ser recuperado” (Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 130-131).

En la siguiente tabla comparamos los califas representados en ambos conjuntos para poder valorar el arco cronológico que nos ofrecen:



Podemos decir que el primer tesoro, a pesar de contener menos cantidad de monedas, tiene unas fechas mucho más amplias que el segundo. De tal manera, podríamos aproximar que las monedas ‘Abd al-Rahmān III circulan, al menos, hasta el gobierno de Sulayman al-Must´ain. Para confirmar esta hipótesis, sería necesario realizar un estudio mucho más amplio, en el que se incluyeran otros hallazgos monetarios realizados en contextos arqueológicos y otros tesorillos de cronología similar.

Por lo general, en el estudio de los tesoros, se entiende que reúnen moneda que está en circulación al mismo tiempo, considerando que el periodo en el que se produce el atesoramiento no es demasiado largo.

Determinar los motivos de las ocultaciones suele ser más complicado. El estudio del contexto histórico y arqueológico suele llevar a concluir que los tesoros se esconden en épocas de enfrentamientos políticos y/o militares, de inestabilidad general, en los que los dueños del dinero lo ocultan para ponerlo a salvo. Sirvan como ejemplo los dos tesoros aquí referidos, en cuyas respectivas publicaciones se pueden encontrar las referencias catalográficas de cada moneda que los componen.

El hecho de que estos hayan llegado hasta nosotros significa que los propietarios de los mismos no volvieron a recogerlos. Y aquí, ni la Historia, ni la Arqueología, ni la Numismática pueden ayudar a averiguar que les pasó a esas personas. Y, tal vez, esa sea la única pregunta que nos gustaría poder contestar.



PARA SABER MÁS:

CANTO, A.; CLAPÉS, R.; JABŁOŃSKA, W. (2020): “Un hallazgo de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba”; OMNI n°14 – 08/2020, pp. 199-255. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7726327

CANTO GARCÍA, A.; MARTIN ESCUDERO, F. (2007): “El hallazgo de moneda califal de Fontanar (Córdoba)”; Documenta & Instrumenta, 5, pp. 129-156. https://revistas.ucm.es/index.php/DOCU/article/view/DOCU0707110129A





Fuente: panoramanumismatico.com

Las viejas monedas de oro de la Catedral de Málaga



Este lujoso estuche con 133 monedas de oro romanas, fue el regalo del cabildo de la Catedral de Málaga, para el rey Felipe V en 1722. La mayor parte de las monedas aparecieron durante las obras de la fachada principal del templo de la capital, las cuales fueron limpiadas y restauradas por el platero Juan de Porras. En las monedas se representa a los grandes césares, como Tiberio, Nerón, Vespasiano, Marco Aurelio y Trajano, entre otros. El vicario de Ronda, el malagueño Félix Bernuy -más tarde obispo de Canarias-, fue el encargado de entregar este presente al rey, que las mandó colocar en su Real Gabinete. Forrado en el exterior con terciopelo carmesí y en el interior de raso de seda amarillo, el estuche estaba cubierto con una placa de plata calada con motivos vegetales de estilo barroco con una inscripción en latín que hablaba de las monedas encontradas en la construcción de la centenaria catedral. En 1791, esta pieza ingresó en el Monetario y Museo de Antigüedades de la Real Librería -en la actualidad, Biblioteca Nacional de España-, para más tarde constituir parte de los fondos fundacionales del Museo Arqueológico Nacional.

Catedral de Málaga

La historia nos la proporciona el académico de la Historia, de San Telmo y de la Malagueña de Ciencias Manuel Olmedo Checa.

Para ello, debemos situarnos en el año de gracia de 1722, cuando se iniciaron las obras para cimentar la que terminaría siendo la torre inconclusa de la Catedral (y a estas alturas del siglo XXI el Templo Mayor sigue sin una cubierta para resguardarse de la lluvia).

Cuando comenzaron las obras se localizaron un buen número de monedas de oro romanas con las efigies de varios emperadores. Semejante hallazgo decidió al cabildo catedralicio a regalárselas al rey de España, el primer Borbón, Felipe V. La cantidad total de monedas enviadas fue de 133, una vez restauradas y limpiadas.

El regalo se presentó en un hermoso estuche forrado de terciopelo, entre otras telas.

Como recordó Manuel Olmedo, hacia 2002 o 2003 el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, el abogado y gran experto en los clásicos latinos Alfonso Canales, envió una carta dirigida a la reina Sofía, en la que le consultaba si la Casa Real conservaba en su patrimonio ese regalo malagueño. La Casa Real contestó que no.

Esta historia la recordó poco después el propio Manuel Olmedo en un recorrido guiado por la Catedral. En esa visita estuvo su primo, el abogado malagueño Antonio Checa Gómez de la Cruz, quien en una visita al Museo Arqueológico Nacional, con sede en Madrid, localizó por fin y fotografió la famosa colección de monedas romanas, con efigies de emperadores desde Nerón a Cómodo.

El hallazgo, por cierto, recuerda la importancia de la suave colina de la Catedral, bajo la cual, posiblemente, descansen los restos de algún templo romano y por qué no, los de algún templo fenicio.



Fuentes: 
malagaenelcorazón.com
laopiniondemalaga.es

Descubren un gran tesoro durante la renovación de una antigua mansión en Francia


¿Te imaginas renovar una casa y encontrar dentro de sus muros un tesoro que data del año 1645? Así lo informó la casa de remates Ivoire Angers cuando descubrió que dentro de una de las antiguas mansiones en el oeste de Francia se escondía un cofre con una suma importante de monedas de la época.

El descubrimiento de estas 239 monedas troqueladas durante los reinados de Luis XIII (1610-1643) y Luis XVI (1645-1715) se produjo en 2019 en Plozévet, una pequeña localidad de la región de Bretaña.

Allí, una pareja que compró la mansión en 2012 decidió reformar los tres edificios de la propiedad. Una gran sorpresa fue para los artesanos que hallaron un tesoro en el interior de los muros. Se trataba de una caja de metal que dentro contenía las monedas de oro.

“La caja estaba incrustada en el muro, encajada entre piedras”, aseguró el propietario de la mansión François Mion, de 63 años. Días más tarde, encontraron encima de una viga lo que debía ser una bolsa con un segundo lote de piezas.


Las monedas descubiertas incluyen luises de oro y dobles luises de oro, algunos poco comunes. Uno de ellos, acuñado en 1646, está estimado en 15.000 euros.

“Es muy poco común. Casi ya no hay en el mercado“, indicó Florian D’Oysonville, subastador en Ivoire Angers, sobre esta pieza que muestra a Luis XIV de perfil con una mechón de pelo que le cae hasta el cuello.


Según el experto, que rematará las piezas el 29 de septiembre, el tesoro puede proceder de “los ahorros de un rico comerciante o de un agricultor“.

La mitad del dinero recaudado, que se estima entre 250.000 y 300.000 euros, irá destinado a los artesanos que descubrieron el tesoro, mientras que la otra mitad será para los propietarios.