Descubren un gran tesoro durante la renovación de una antigua mansión en Francia


¿Te imaginas renovar una casa y encontrar dentro de sus muros un tesoro que data del año 1645? Así lo informó la casa de remates Ivoire Angers cuando descubrió que dentro de una de las antiguas mansiones en el oeste de Francia se escondía un cofre con una suma importante de monedas de la época.

El descubrimiento de estas 239 monedas troqueladas durante los reinados de Luis XIII (1610-1643) y Luis XVI (1645-1715) se produjo en 2019 en Plozévet, una pequeña localidad de la región de Bretaña.

Allí, una pareja que compró la mansión en 2012 decidió reformar los tres edificios de la propiedad. Una gran sorpresa fue para los artesanos que hallaron un tesoro en el interior de los muros. Se trataba de una caja de metal que dentro contenía las monedas de oro.

“La caja estaba incrustada en el muro, encajada entre piedras”, aseguró el propietario de la mansión François Mion, de 63 años. Días más tarde, encontraron encima de una viga lo que debía ser una bolsa con un segundo lote de piezas.


Las monedas descubiertas incluyen luises de oro y dobles luises de oro, algunos poco comunes. Uno de ellos, acuñado en 1646, está estimado en 15.000 euros.

“Es muy poco común. Casi ya no hay en el mercado“, indicó Florian D’Oysonville, subastador en Ivoire Angers, sobre esta pieza que muestra a Luis XIV de perfil con una mechón de pelo que le cae hasta el cuello.


Según el experto, que rematará las piezas el 29 de septiembre, el tesoro puede proceder de “los ahorros de un rico comerciante o de un agricultor“.

La mitad del dinero recaudado, que se estima entre 250.000 y 300.000 euros, irá destinado a los artesanos que descubrieron el tesoro, mientras que la otra mitad será para los propietarios.




Un Doble Águila de 1933. La única que puedes poseer legalmente.



Cuando una moneda alcanza en una subasta un precio final de 18.872.250$, el comprador no está adquiriendo una moneda: está adquiriendo parte de la Historia.

El pasado 8 de junio, Sotheby´s vendía por ese precio un Doble Águila de 1933 (ejemplar Farouk-Fenton-Weitzman), cuyo diseño se debe al escultor Augustus Saint-Gaudens y se remonta a 1906. Acuñado en Filadelfia, es de oro y tiene un valor facial de 20$. Presenta en anverso a la Libertad avanzando, llevando antorcha en mano derecha y rama de olivo en izquierda; leyenda LIBERTY y fecha 1933 en campo derecho. Su reverso, muestra un águila en pleno vuelo; leyenda UNITED STATES OF AMERICA TWENTY DOLLARS y IN GOD WE TRUST en campo inferior.

Estados Unidos comenzó a acuñar oro en 1795, con unas monedas creadas por Thomas Jefferson y Alexander Hamilton.

Entre 1929 y 1933, la economía estadounidense colapsó. Y, en este contexto, el oro fue el único medio de compraventa de tal manera que las personas acudían a los bancos a sacar oro.

La situación era tan complicada que una de las primeras medidas de Franklin Delano Roosevelt como Presidente fue invocar poderes de guerra y prohibió el pago en oro por parte del Gobierno y comenzó a retirarlo de la circulación. Así, el 6 de marzo de 1933, los Estados Unidos abandonaban el patrón oro.

Esto sucedió exactamente al mismo tiempo que, en la ceca de Filadelfia, las monedas de oro con fecha de 1933 salían de las prensas: se fabricaron 445.500 Dobles Águilas que, de no ser por la orden del presidente Roosevelt, habrían circulado con total normalidad. Estas monedas se fundieron para convertirse en lingotes a lo largo de un proceso que duró más de 2 años.

Anverso del Doble Águila de 1933 

Pero no se destruyeron todos los ejemplares de Dobles Águilas de 1933 ya que, desde ese mismo año, se conocen varias ventas de estos entre coleccionistas.

En 1944, uno de ellos apareció en una subasta organizada por la casa Stacks y en el catálogo se describía como perteneciente a la colección James W. Flanagan. Es en ese momento cuando el Servicio Secreto de los Estados Unidos comienza una investigación sobre la procedencia de esta moneda.

Fruto de esa investigación, se determina que los Dobles Águilas existentes en colecciones privadas son una propiedad robada, y así lo comunican a los propietarios. Muchos de ellos devolvieron sus ejemplares al Gobierno estadounidense. Pero hubo otros que no lo hicieron.

Reverso del Doble Águila de 1933

En 1995, se aceleran los acontecimientos. El ejemplar que nos ocupa salió a la luz de la mano de Stephen Fenton, un distribuidor inglés. Fenton llegó, a través de varios contactos, a un comerciante de Texas quien conocía que estas monedas eran un producto “delicado” y se puso en contacto con el Servicio Secreto. Fenton fue arrestado llevando la Doble Águila de 1933 en el bolsillo.

A partir de ahí comienza un litigio que finalizó con un acuerdo entre Fenton y el Gobierno de Estados Unidos: el Gobierno daba permiso para la venta de la moneda y dividían la ganancia entre ambos (50-50).

La moneda de Sotheby´s, el espécimen Farouk-Fenton-Weitzman, se ha vendido junto con el certificado de monetización, firmado por la Directora de la Casa de la Moneda de los Estados Unidos en 2002, y que viene a legalizar de nuevo la circulación de esta moneda. Cualquier otro ejemplar que pueda existir es propiedad del Gobierno de los Estados Unidos y, en consecuencia, es ilegal poseerlo y está sujeto a incautación.

Certificado de monetización

Con todo ello, este Doble Águila de 1933 es ejemplo de la última serie de oro acuñada por Estados Unidos. Pero también es el único ejemplar de Doble Águila de 1933 que una persona puede tener en propiedad de forma legal.


Leer más >>> Sobre los Dobles Águilas









Fuente: panoramanumismatico.com

Encuentran dos monedas acuñadas por rebeldes judíos hace casi 2.000 años


El extenso yacimiento de Khirbat Jib’it, se levanta en una loma a 30 Kms al noroeste de Jerusalén.

La moneda más antigua de las dos se halló en Khirbat Jib’it, un conjunto de ruinas en territorio palestino equipadas con baños rituales y cuevas funerarias entre otros restos. Basándose en su iconografía, el director de las excavaciones Dvir Raviv afirma que esta moneda fue acuñada durante la gran revuelta judía que estalló entre los años 66-73.


Las imágenes que la decoran son típicas de Judea. En el anverso hay representadas unas hojas de parra junto a la inscripción “libertad de Sión”, mientras que el anverso muestra una ánfora con dos asas y “año dos”. Se trataría así de una acuñación hecha en el segundo año de la revuelta contra los romanos, el 68.

A principios del siglo I Judea era un conjunto de reinos clientes sometidos a los romanos, que controlan la región desde Jerusalén mediante un procurador. Sin embargo las continuas injerencias de Roma sobre el modo de vida y la religión locales unidas a los abusivos impuestos, terminaron por provocar una serie de levantamientos con el fin de recuperar la independencia.

Pese al valor que mostraron los judíos, este primer levantamiento terminó en un tremendo fracaso: Jerusalén fue tomada, los rebeldes ejecutados o esclavizados y Judea convertida en provincia romana. Pese a este duro revés los israelitas continuaron con la lucha armada, protagonizando una nueva insurrección en el 132, para oponerse a la conversión de Jerusalén en colonia romana y la construcción de un santuario a Júpiter sobre las ruinas del Templo.


En las cuevas de Wadi Rashash se encontró una de las monedas, los judíos decidieron llevar a cabo una guerra de guerrillas desde escondrijos como este para evitar enfrentarse a las legiones en batalla

De ese período es la segunda pieza, encontrada en una de las cuevas desde las que los judíos lanzaban incursiones contra los romanos a solo un kilómetro de Khirbat Jib’it. Según Raviv esta moneda fue fabricada en el 134 o el 135, como parte de un programa del líder de la insurrección Bar Kokhba para dotar de fondos y paga a los diferentes grupos guerrilleros que combatían contra Roma.


El carácter sagrado de esta guerra es evidente en una de las caras de la pieza en la que hay representada la hoja Lulav, usada para elaborar un ramo durante la fiesta del Sucot. La planta está rodeada por una corona de laurel y el lema “por la libertad de Jerusalén”. En la otra cara se puede ver el nombre de Simón Bar Kokhba junto a una lira, posible referencia a los salmos del rey David.

Estos nuevos hallazgos permiten identificar con más precisión las fases de ocupación de ambos yacimientos y son asimismo un claro ejemplo de la tenaz voluntad de resistencia que los habitantes de la zona mostraron hacia los romanos.









Fuente: historia.nationalgeographic.com.ee

Pruebas en China de la fábrica de monedas más antigua del mundo



Evidencia de la instalación de acuñación de moneda más antigua del mundo ha sido encontrada en excavaciones recientes de una fundición de bronce en China.

Los orígenes de la acuñación de metales y la monetización de las economías antiguas han sido durante mucho tiempo un foco de investigación tanto en la arqueología como en la historia económica.

En una nueva investigación publicada en Antiquity se informa del hallazgo de moldes de arcilla para fundir monedas en forma de pala, características del periodo Zhou Oriental (c. 770-220 a. C.) en Guanzhuang, provincia de Henan.

Las características técnicas de los moldes demuestran que el sitio funcionaba como una casa de moneda para producir monedas estandarizadas.

La datación sistemática por radiocarbono indica que se desarrolló una acuñación bien organizada entre el 640-550 a. C., lo que convierte a Guanzhuang en el sitio de acuñación más antiguo conocido y fechado de forma segura.

Este descubrimiento proporciona nuevos datos importantes para explorar el origen de la monetización en la antigua China, según los autores, liderados por Hao Zhao, del Centro de Computación de la Universidad de Zhengzhou.

¿Por qué algunas monedas tienen ranuras y marcas en los bordes?


A lo largo de toda la historia de la humanidad, las monedas se han hecho a partir de oro y plata entre otros metales preciosos. Cuando aún no habían aparecido los billetes, las monedas eran la única forma de poder comprar cosas.

El uso de estos metales preciosos en las monedas daba pie a la picaresca. Muchas personas se dedicaban a limar las monedas, para así vender el oro o la plata y conservar al mismo tiempo la moneda. De esta forma, se ganaban un dinero extra con el polvo de los metales, y utilizaban la moneda como si esta tuviera el mismo valor que antes de limarla.

Para evitar engaños, los mercaderes decidieron pesar las monedas. Si el peso estaba por debajo de lo acordado, pedían más monedas, pues era señal de que alguna de ellas estaba limada y no tenía el valor que le correspondía. Ahora la picaresca la tenían los mercaderes, pues trucaban las básculas para pedir más monedas.

En 1696 Isaac Newton fue nombrado director de la Casa de la Moneda Inglesa, un puesto que ejerció durante 30 años. Durante ese periodo logró mejorar el sistema monetario en Inglaterra gracias a la imposición de estrictos estándares de precisión y calidad.

Una de sus medidas fue la de acuñar las monedas con ranuras y marcas en los bordes, así, cuando faltara alguna de estas marcas, se podía saber con facilidad que esa moneda había sido limada y por tanto ya no tenía el valor asignado. Con esto, Inglaterra fue el primer país que comenzó a acuñar monedas con marcas en sus bordes.

Primer plano de pila de monedas antiguas de una libra. 
Palabras en latín y galés en los bordes - Inglaterra, Reino Unido.

Las marcas siguen siendo necesarias por otros motivos

Aunque en la actualidad el componente principal de las monedas ya no es ni oro ni plata, las marcas en sus bordes siguen siendo muy útiles. Para las personas invidentes podría suponer un problema diferenciar el valor de las monedas si todas fueran iguales. Cuando en los noventa, el Banco Central Europeo (BCE) estaba creando el euro, llegaron a un acuerdo con la Unión Europea de Ciegos (UEC), para diseñar monedas y billetes que facilitaran la diferenciación a las personas con problemas de visión.

“Un diseño que responda a las necesidades de los invidentes o personas con problemas de visión responde también a las necesidades de los demás ciudadanos”, explica el BCE que este fue el principio en el que se basaron para diseñar los billetes y monedas en los años noventa.

Como explica el BCE, las monedas de 2€ tienen unos caracteres grabados en el canto, las de 1€ intercalan secciones muy finas con tres secciones lisas, las de 50 y 10 céntimos tienen un canto con festón fino, las de 20 céntimos tienen un canto liso y siete acanaladuras, las de 5 y 1 tiene el canto liso y las de 2 céntimos tienen una ranura alrededor de todo el canto.

Además de todo esto, las monedas tienen distintos tamaños, pesos y grosor según su valor, “cuanto más elevado es su valor, mayor es el peso, excepto en el caso de la moneda de 1€”, explica el BCE. Se suele decir que el canto es la tercera cara de las monedas, y conociendo esto quizás ahora tenga más sentido que nunca.


Los cantos de todas las monedas de 2 euros y sus variantes

Para algunos coleccionistas, como yo, el canto de la moneda es lo ultimo que miramos y algo en lo que no reparamos demasiado. En cambio para otros muchos es una parte muy importante de la que también coleccionan sus diferencias, si las hay.


Los compañeros de Les Amis De L’Euro han publicado un documento PDF en el que podéis ver todos los cantos y sus variantes, conocidas popularmente como tipos A y B, de todas las monedas de 2 euros emitidas hasta la fecha.


Básicamente para saber si la moneda es tipo A o tipo B debemos poner la moneda con la cara común hacia abajo y según las inscripciones que se vean, comparándola con el documento enlazado más arriba, sabremos que tipo es.



Hallan en Florida una moneda rara de oro en un galeón español del siglo XVII valorada en más de 80.000 euros


La empresa Mel Fisher's Treasures ha encontrado, por primera vez en 20 años, una moneda de oro del cargamento del galeón Nuestra Señora de Atocha, cuyos restos fueron descubiertos en 1985 en aguas de los Cayos de Florida por un equipo comandado por el buceador y cazatesoros Mel Fisher (1922-1998).

Los galeones Santa Margarita (encontrado en 1980) y Nuestra Señora de Atocha, formaban parte de la Flota de Tierra Firme, que había zarpado de La Habana con destino a España cargada de riquezas del nuevo mundo y fue sorprendida por un huracán frente a la costa de los Cayos de Florida en 1622.


El buque de rescate de Mel Fisher's Treasures, JB Magruder, con el recién nombrado capitán Tim Meade al timón, descubrió esta moneda de oro de Atocha, extremadamente rara, el 16 de julio de 2021. La moneda fue encontrada por el buscador de tesoros de segunda generación, el ingeniero Zach Moore. Curiosamente, su padre, William Moore, fue parte de la tripulación que halló y recuperó la carga originiaria del Atocha en 1985.


Durante una inmersión hace más de 35 años, William y los otros buzos encontraron 165 libras de lingotes, cadenas y discos de oro. Su madre, Julie Moore, también fue buceadora en el yacimiento de Atocha durante este hallazgo y también fue parte de muchos otros. Bill también trabajó como Conservador Jefe en la Operación de Flota de 1715 en el Museo del Tesoro de Mel Fisher en Sebastian Florida durante muchos años.

La última moneda de oro recuperada en este pecio tuvo lugar en 2001, siendo con esta última 121 las monedas de oro encontradas en el enclave subactuático. Su valor actual, según la propia página web de la empresa de cazatesoros, es de 83.000 euros e incluso creen que podría ser mayor.
Golpe a nuestra historia


Recordemos que este y otros casos son el recuento de un robo, del gran golpe de la historia. Lleva ocurriendo décadas, en los que España apenas ha salido de una pasividad casi tan perniciosa como el expolio. Tanto en el Atocha como en otros casos, hay un patrón que se repite: el expolio se comete utilizando la información de nuestros archivos y acabamos comprando las piezas expoliadas y exponiéndolas en nuestros museos, o enredados en largos litigios, muy costosos que no aportan verdadero conocimiento. España no ha excavado aún ni un navío de Indias ni un galeón.

La industria cazatesoros lleva actuando desde los años sesenta sobre buques de origen hispánico con un fin lucrativo, pero el resultado ha sido la destrucción de yacimientos arqueológicos. Ese daño ha borrado zonas de la historia común de España y América que nunca más se podrán recuperar. Lo peor es que no sabemos el alcance global de su actividad, aunque lo poco que sabemos supone demasiado daño. Y lo peor, una sociedad como la española no ha sabido organizarse para poner enfrente de las actividades destructivas de estas empresas todo el saber de la ciencia para que aquellos naufragios ayuden a entender nuestro pasado y nuestro presente.


El Atocha es el caso más mediático de la historia. Mel Fisher destrozó el yacimiento haciendo agujeros con los motores de su barco y desperdigando todo lo que no fuera de metal. Una vez más en su día España, el Ministerio de Cultura, compró algunos objetos, depositados en el Museo de Artes Decorativas. Y un cañón permanece como recordatorio en el Archivo de Indias, donde entran a diario los «espías» o investigadores mercenarios que ofrecen a las empresas la información precisa para acabar expoliando nuestro patrimonio y lucrarse.

Los arqueólogos que han podido ver yacimientos reventados con las turbinas describieron la desolación que produce contemplar el fondo marino horadado, que comparan con un «patatal» o «un campo de tiro». Imaginar lo que los científicos habrían sido capaces de hacer con toda la información volada por la fuerza de los motores de un barco concentrada en el fondo, entristece: objetos personales, textiles, información vital sobre aquella sociedad...










Las dos monedas de oro halladas en Valencia que desvelan un nuevo enigma de Al-Ándalus


Dinar de oro de la taifa de Zaragoza del año 1020-1021 descubierto en Valencia. 
Museo de la Ciudad de Valencia

La vasija cerámica ocultaba un gran tesoro de más de mil monedas, 19 de oro y el resto de plata, la mayoría acuñadas en el primer tercio del siglo XI, aunque las más antiguas correspondían al califa Abderramán III. Su propietario las ocultó en un descampado o un huerto de la actual ciudad de Valencia, durante los primeros compases de la taifa homónima y probablemente en algún momento de incertidumbre. Pero algo le ocurrió al individuo y no pudo recuperar el conjunto numismático, que pasó un milenio enterrado hasta que la inspección arqueológica de unas obras en la Avenida de la Constitución lo sacó a la luz.

El lote estaba formado principalmente por piezas de plata fatimí, emisiones andalusíes de los califas omeyas y sus sucesores, los hammudíes, de la fitna o guerra civil que se vivió en al-Ándalus en las primeras décadas del siglo XI y un pequeño grupo de monedas de oro entre las que se encontraban seis ejemplares de la dinastía tuyibí de la taifa de Zaragoza, fundada por Mundir I en 1018. Según los expertos, estas monedas están consideradas como "excepcionales" dentro de la Hispania musulmana por ser las primeras acuñaciones áureas de un reino independiente de Córdoba.

Pero el conjunto monetario hallado en Valencia ha arrojado una importante novedad: la aparición de dos dinares acuñados en Zaragoza en 1020-21 y que adelantan en cuatro años el inicio de las emisiones de oro realizadas por un gobernante independiente de al-Ándalus. Los resultados del estudio de ambas piezas, realizado por Carolina Doménech-Belda, profesora titular del Área de Arqueología de la Universidad de Alicante y miembro del Instituto de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico, acaban de publicarse en un artículo en la revista Arqueología y Territorio Medieval.

Imagen del llamado 'tesoro de la Avenida de la Constitución de Valencia'
Museo de Historia de la ciudad. 

"El hallazgo es importante porque son las primeras monedas de oro taifas acuñadas en una ceca local y su estudio evidencia lo mucho que nos queda por saber de ese interesante periodo histórico y cómo los objetos materiales pueden plantear problemáticas históricas de gran interés", explica la investigadora. De hecho, lo único que se puede afirmar con rotundidad de las emisiones es su fecha de expedición —el año 411 de la Hégira— y que, a pesar del "deseo de autonomía", reconocen al califa al-Qasim. Quién las mandó acuñar es una cuestión que presenta más incógnitas.

Según el escritor andalusí al-Udri, contemporáneo de los hechos, la dinastía de los tuyibíes comprendió tres gobernantes: Mundir I (padre), Yahya Ibn Mundir (hijo) y Mundir II (nieto), supuestamente asesinado por un primo que dirigiría la taifa durante 28 días antes de ser derrocado por una nueva familia, los Banu Hud del célebre al-Muqtadir, señor del Cid Campeador. Esta cronología fecharía los dinares descubiertos en Zaragoza durante el reinado de Mundir I, pero existe un problema: las leyendas de las piezas no mencionan su nombre.
Acción política

Mundir I fue un personaje muy activo durante la fitna y con gran ambición política. Tras revelarse en un miembro destacado de las tropas del caudillo Almanzor, quien lo nombró caíd por sus cualidades guerreras, el tuyib desarrolló un carácter ambicioso, astuto y oportunista —en un periodo de ocho años apoyó cinco causas distintas—. Al convertirse en el soberano de la taifa de Zaragoza se arrogó los títulos de hayib, que, durante el califato, suponía ser el jefe directo de la administración del Estado, incluido el ejército y podía suplir al califa en el ejercicio del poder, ostentando la más alta magistratura de al-Ándalus; y de al-Mansur, "el Victorioso", el mismo que había llevado su antiguo señor.

En su corte de Zaragoza, donde llevaba una vida fastuosa rodeada de música y concubinas, acogió a literatos cordobeses y promovió construcciones públicas como unos baños o la ampliación de la mezquita. También es muy probable que fuese el artífice de la apertura de la ceca de madinat Saraqusta, como aparece en las monedas, y que constituye el primer testimonio distinto al genérico de al-Ándalus para acuñar oro que se utiliza en la Península Ibérica.

"No sería extraño que Mundir I, dada su ambición y estrategia política y como dirigente máximo de un territorio fronterizo y alejado de la antigua capital [Córdoba], se atreviera a acuñar moneda, o que negociara y consiguiera el privilegio de su acuñación en alguno de sus tratos con los hammudíes como símbolo de su programa político", desgrana Carolina Doménech-Belda. Pero la fecha de la muerte del hayib de Zaragoza es diferente según la fuente medieval consultada, desde el 1021-1022 que asegura al-Udri hasta el 1024-1025 del historiador Ibn Jaldún.

El otro dinar de Zaragoza del año 1020-1021. Museo de la Ciudad de Valencia

Entonces, ¿quién acuñó los dinares de oro: fue Mundir I o su hijo? Las inscripciones de ambas monedas están dedicadas al hayib Yahya, el heredero, una información que entra en contradicción con la fecha en la que se emitieron las monedas, 1020-1021, supuestamente con el fundador de la dinastía todavía vivo. La principal hipótesis que defiende la investigadora es que se trataría de piezas grabadas durante el reinado de Mundir I, pero que hacen referencia a su descendiente en una acción destinada a afianzar la dinastía. Las monedas suponían "uno de los mayores símbolos de autoridad a la vez que el mejor instrumento que el Estado tenía en sus manos para transmitir mensajes".

De hecho, las crónicas islámicas señalan que el rey taifa otorgó el título de hayib a su vástago por su destacado papel en la guerra contra Pamplona. "Desde esta visión, los dos dinares analizados podrían ser emisiones de Mundir I en las que asocia a su hijo al gobierno y plasma dicha sucesión en las monedas designando claramente a su heredero y afianzando de esta forma su linaje, en un momento en el que otros gobernantes empezaban a ser reconocidos en territorios próximos", sugiere Doménech-Belda. La otra posibilidad sería adelantar la fecha de la muerte de Mundir I y de la sucesión que recogen los textos medievales, un supuesto menos probable.

En cualquier caso, aunque los resultados no pueden ser considerados definitivos, los dos dinares de la taifa de Zaragoza hallados en Valencia, territorios con estrechos lazos en época islámica, arrojan un nuevo pedazo de luz sobre la viva y compleja historia de al-Ándalus. Son un testimonio más del convulso momento en que se derrumbó el poder califal y emergieron los reinos independientes.








Fuente: elespanol.com

Descubren un tesoro de monedas vikingas en la isla de Man


El rico legado vikingo de la isla de Man acaba de verse aumentado por el descubrimiento de un último tesoro que se suma al que hace unos meses fue localizado en la isla. El reciente hallazgo consta de 87 monedas de plata, trece piezas cortadas y varios fragmentos de brazaletes de plata. Fue descubierto el pasado abril por la detectora de metales Kath Giles (la misma que realizó el hallazgo de finales de 2020). Este descubrimiento vuelve a poner en el mapa de la era vikinga a esta pequeña isla del mar de Irlanda.

Kath Giles, la buscadora de metales que ha descubierto este tesoro de época vikinga.
Foto: Manx National Heritage

Las monedas que componen el tesoro que acaba de descubrirse miden alrededor de dos centímetros de diámetro y pesan alrededor de un gramo. La mayoría se han datado desde la década de 990 d.C. hasta la de 1030. Según Allison Fox, conservadora de Arqueología del Manx National Heritage, "este es un hallazgo maravilloso que nos ayuda a comprender mejor la sorprendentemente compleja economía de la época vikinga en la isla de Man y alrededor del área del mar de Irlanda. Kristin Bornholdt-Collins, investigadora independiente y numismática de New Hampshire, en Estados Unidos, ha confirmado que el tesoro incluye monedas de un centavo acuñadas en Dublín [de un tipo conocido como hiberno-manx], Inglaterra, la Alemania actual y la propia isla de Man [lo que ilustra la importancia de las redes comerciales en esa época].

Al igual que nuestras monedas modernas, muchas presentan una efigie del monarca reinante. En las monedas irlandesas y de la isla de Man, se aprecia el perfil del rey Sihtric Silkbeard (barba de seda), que fue rey nórdico de Dublín entre 989 y 1036 d.C. También se puede ver a Canuto, rey de Inglaterra, Dinamarca y Noruega, al rey Etelredo II de Inglaterra y también a un emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Otón de Sajonia. Algunas de las monedas tienen un diseño llamado de 'cruz larga' en el reverso. Estas líneas se usaron para cortar las monedas cuando literalmente solo se necesitaba medio centavo. Las piezas de plata cortadas que se han descubierto junto con las monedas forman parte de un sistema de pago flexible, donde el valor dependía del peso y de la pureza de la plata. Creemos que el contenido de plata de estas piezas es superior al noventa por ciento", concluye la investigadora.


Moneda con la efigie del rey Sihtric Silkbeard (barba de seda).
Foto: Manx National Heritage

Por su parte, Kristin Bornholdt Collins ha comentado lo siguiente respecto al hallazgo: "Este es el cuarto tesoro de monedas de la época vikinga que se encuentra en la isla de Man en los últimos cincuenta años. Es posible que las piezas que lo componen se hayan ido agregando con el tiempo, como si fuera una especie de hucha, lo que vemos por algunas de las monedas más antiguas, aunque en su mayor parte es un reflejo directo de lo que circulaba en la isla y sus alrededores a finales de la década de 1020-1030. Al igual que el tesoro de Glenfaba, de fecha similar, pero mucho más grande, hallado en la isla en 2003, este nuevo tesoro podría compararse con una "billetera" que contiene todo tipo de tarjetas de crédito, billetes y monedas, quizá de diferentes nacionalidades (como cuando uno se prepara para viajar al extranjero), y muestra la variedad de monedas disponibles en la época para un comerciante del mar de Irlanda o un habitante de Man.

Estos dos tesoros juntos brindan una excelente oportunidad de estudiar hasta el detalle de los troqueles utilizados para golpear las monedas. Tener este material comparativo perfectamente fechado de hallazgos separados es muy inusual y esencialmente 'duplica' el valor de cada uno de ellos. Además de la variedad de monedas, ambos tesoros contienen una porción significativa de plata en forma de lingotes (los fragmentos de brazaletes cortados funcionarían como tales), que se habrían pesado y posiblemente probado por su calidad en el curso de las transacciones. Esto es habitual generalmente en hallazgos vikingos de los siglos IX y X, pero también parece ser una característica especial de los últimos tesoros localizados en la isla de Man. Tal vez se deba a que el lingote era especialmente útil para el comercio internacional, ya que era práctico para transacciones de cualquier tipo y estaba descentralizado; era una moneda sin fronteras ni afiliación política. En este sentido sería un equivalente moderno a una criptomoneda. ¡Incluso podríamos decir que era algo así como la bitcoin original! Parece lógico, entonces, que fuera tan popular en un centro comercial tan cosmopolita como era en aquel entonces la isla de Man, incluso varias décadas después del siglo XI, cuando la plata acuñada estrictamente regulada estaba a punto de convertirse en la norma en el norte de Europa".

Kath Giles y Allison Fox, conservadora de Arqueología, posando con algunas piezas del tesoro.
Foto: Manx National Heritage

En la isla de Man se han producido varios descubrimientos de tesoros mixtos de monedas de plata de ese período y de objetos de plata extraída de la isla. Todos ellos fueron el resultado de una ocultación deliberada y en muchos casos se escondieron con la intención del propietario de recuperar sus propiedades posteriormente, como parece ser el caso del último hallazgo. Las investigadoras piensan que, por su riqueza, este conjunto de piezas de plata habría pertenecido a un individuo con un estatus social relativamente elevado.

Las circunstancias completas que rodearon la ocultación de este tesoro (de tamaño mediano y posiblemente acumulado durante un período de pocos años) probablemente seguirán siendo un misterio, pero lo más probable es que fuera un hecho aislado, posiblemente apresurado, en respuesta a una amenaza puntual, o tal vez fuera el equivalente a un depósito a corto plazo. Es difícil de precisar. Lo que sí se atreven a aventurar las investigadoras es la fecha de ocultación del tesoro, que se ha podido fechar aproximadamente alrededor del año 1035. Este es uno de los últimos momentos en que se produjeron ocultaciones de tesoros de metales preciosos durante la época vikinga, ya que esta práctica solo se prolongaría unos cuarenta años más (los tesoros más antiguos datan de la década de 950).

Está previsto que el tesoro se exponga en la nueva Galería Vikinga del Museo Manx a partir del 14 de julio. Después viajará fuera de la isla para su estudio por parte del Treasure Valuation Committee, un comité independiente que se reúne en el Museo Británico y que brinda asesoramiento científico y técnico sobre antigüedades.

 








Fuente: nationalgeographic.com.es

Blas de Lezo tendrá una moneda ‘auténtica’ humillando a su enemigo británico en Cartagena de Indias



La figura histórica de Blas de Lezo y Olavarrieta lleva años siendo homenajeada y recordada en nuestro país, como uno de los héroes de la Historia de España olvidados hasta fechas recientes. De él se destaca sobre todo su participación en la defensa de Cartagena de Indias frente a la gran flota británica que atacó la ahora ciudad colombiana en 1741.

El más reciente homenaje al almirante español, natural de Pasajes (Guipúzcoa), es un proyecto para fabricar unas monedas conmemorativas que “le dan la vuelta” a la moneda que en Gran Bretaña se acuñó, antes de tiempo, dando por hecho y celebrando que los españoles rendirían Cartagena de Indias ante la gran flota comandada por el almirante Edward Vernon.

Algunas de esas monedas, que acuñaron artesanos locales, no el gobierno británico, mostraban dos figuras: una, a la derecha, aparecía arrodillada y le hacía entrega de una espada a la otra, a la izquierda y de pie, que la cogía con satisfacción. A la figura de la derecha se la citaba como “Don Blass”, se entiende que una referencia en inglés a Blas de Lezo.

Alrededor se podía leer en esas monedas la inscripción “El orgullo español humillado por Vernon”.


Confidencial Digital ha podido saber que un grupo de modeladores y diseñadores, con experiencia como creadores de contenidos para museos, va a poner a la venta unas monedas conmemorativas que se inspiran en las piezas británicas, pero que le dan la vuelta: en vez de mostrar a Blas de Lezo arrodillado ante Edward Vernon, es el almirante británico el que se humilla ante el español, como signo de que fue el defensor de Cartagena de Indias el que derrotó al atacante en 1741.

Los responsables de la idea se agrupan en “Proyecto XVI”, un grupo dedicado a producir miniaturas y bustos de personajes de la Historia de España, sobre todo en torno al siglo XVI. Ya venden figuras de la reina Isabel I ‘la Católica’, el rey Carlos I, Gonzalo Fernández de Córdoba (‘El Gran Capitán’), Juan Sebastián Elcano, Hernán Cortés, el conquistador de América Hernando de Soto, Juan de Austria...

Hace un tiempo esos diseñadores se fijaron en Blas de Lezo y en esas conocidas monedas británicas. Para homenajear al marino español, han diseñado unas monedas muy similares, pero a la inversa, y pronto las pondrán a la venta a través de Internet.

Las piezas están fabricadas en resina, y después son pintadas y barnizadas. Su idea inicial es fabricar entre 100 y 200 piezas, con vistas a producir más si el proyecto tiene éxito y la demanda agota es primera tirada.


En las monedas conmemorativas, Blas de Lezo aparece a la derecha, como en las británicas. Pero en este caso se le ve de pie, con su pata de palo, y es el almirante Vernon, a la izquierda, quien aparece arrodillado y ofreciéndole la espada al marino y militar vasco.


A Lezo se le ve sin parche, pese a ser tuerto, ya que los diseñadores se han inspirado en el monumento al marino que se puede ver en la plaza de Colón, en Madrid, y que es obra del escultora Salvador Amaya. En esa figura, Amaya le esculpió sin parche, pero con el ojo herido entrecerrado.

El lema de las monedas británicas también se imita: “El orgullo de Inglaterra humillado por el almirante Blas de Lezo”, se puede leer alrededor de la imagen central.





La ‘moneda de dos euros COVID’ que está revolucionando las redes

Es probable que de aquí a unos meses, tengas en tu poder una moneda de dos euros con el coronavirus grabado.


El Gobierno de Andorra ha sorprendido a ciudadanos propios y curiosos en el anuncio de la emisión de dos nuevas monedas de dos euros conmemorativas y de colección. Esto no tendría mayor misterio, a no ser que una de estas monedas tenga un grabado bastante particular y polémico: el coronavirus.

El anuncio procede del Ministro de Finanzas y Portavoz, Eric Jover, que ayer miércoles presentó una nueva emisión de monedas conmemorativas y de colección. Una de ellas hace referencia al centenario de la coronación de Nuestra Señora de Meritxell y que tendrá una tirada de 70.000 unidades.

La otra moneda, la polémica, y que ha incendiado las redes sociales, tiene un grabado dedicado a los abuelos y donde aparece el propio coronavirus.

Explican que esta moneda está dedicada a los abuelos que “queremos ponerlos en valor, en especial después de que la crisis provocada por la COVID-19 haya tenido un impacto importante en este colectivo, tanto sanitario como de aislamiento social”. No obstante, se incluye el texto de “cuidemos a nuestros mayores”, y se hará otra tirada de 70.000 unidades.

A pesar de la explicación, en redes sociales consideran que no es una buena forma de hacer un homenaje a nuestros abuelos, donde muchos de ellos han perdido la vida.

Por otra parte, habrá gente supersticiosa que podría incluso rechazar este tipo de monedas con el grabado de la enfermedad.

Ambas monedas entrarán en circulación a finales de este mismo año, y en principio la acogida en redes sociales ha sido bastante negativa porque la mayoría de los usuarios no entienden que para hacer un homenaje a los mayores haya que grabar la figura del coronavirus.