¿Por qué al lanzar una moneda se da a elegir entre ‘cara o cruz’?



Existe un conocidísimo juego o apuesta que consiste en decir algo lanzando una moneda al aire y escogiendo cara o cruz. Incluso es habitual realizarlo en los eventos deportivos, donde se decide de ese modo qué equipo elige campo o saque.

Pero los antecedentes más antiguos los encontramos en los escritos de Pollux, un retórico del siglo II, quien describe un juego denominado “ostrakinda” (ostrakinda), que consiste en lanzar al aire un fragmento de concha de ostra (u otro molusco bivalvo, e incluso pequeños fragmentos de ánfora), y ver si la cara que queda hacia arriba es la oscura de la superficie externa del animal o la nacarada más clara del interior de la concha. Otro juego similar, e incluso más antiguo, es el del astrágalo, conocido popularmente como “taba”, que es un hueso corto, parte del tarso del pie. Con la taba de algunos animales, normalmente de cerdo o vaca, se practica un juego de apuestas muy simple que consiste en lanzarla al aire, ganando el jugador si queda la parte convexa del hueso hacia arriba o perdiendo si queda la parte cóncava en la cara superior,

En realidad, el juego del astrágalo sería más bien el precursor del de los dados, donde se recuperan estrictamente las leyes del azar (los primeros dados se fabricaban en hueso), y posee también un componente mágico adivinatorio (aún en uso en culturas primitivas).

Onza de Aes grave, (Roma, 269-240 a.C.) mostrando un astrágalo.

En su práctica con monedas, hay constancia de realizarse ese tipo de apuestas para decidir algo desde la época de la Antigua Roma, donde era conocido como ‘Navia aut Capita’ -Barco o Cabeza- (en algunos lugares se menciona como ‘Navia aut Caput’, con idéntico significado), debido a que la moneda tenía en una parte una cabeza humana con dos rostros y en la otra una nave y a veces, una guirnalda, y representarían sin duda la cabeza simbólica de Jano y la nave con la cual pasó a Italia esta divinidad o héroe, considerado como el primero que introdujo el uso de la moneda de metal.


En castellano las palabras “cara” y “cruz” hacen alusión a las antiguas emisiones en cobre de los monarcas Borbones de la segunda mitad del s. XVIII y del s. XIX, donde aparecía el busto del rey en el anverso y la cruz de San Pelayo en el reverso.

Carlos III - 8 Maravedíes Segovia 1773

Pero también podemos encontrar variantes más arcaicas, por ejemplo en algunas zonas rurales del País Vasco, la expresión fosilizó mucho antes bajo la forma de “leon-kastillo”, en clara reminiscencia a las abundantes emisiones de maravedís de cobre, acuñados por los monarcas de la casa de Austria durante los siglos XVI y XVII, que llevaban en una cara la figura de un castillo y en la opuesta la de un león rampante (símbolos de Castilla-León)


En la época colonial las monedas que circulaban en el Imperio español tenían obviamente la cara del emperador y en el anverso una cruz, pero cuando se produce el proceso de independencia hispanoamericana los nuevos estados, como una manifestación de su soberanía, acuñarán sus propias monedas. En ese caso al otro lado de la moneda se le llama escusón, palabra que proviene del francés medieval escuçon, cuyo significado es ‘escudo’.

Moneda de 4 Reales de 1820

En época medieval, en Francia este juego se denominó “croix et pile”, términos alusivos a la iconografía de los dineros torneses, que circularon por gran parte de Europa durante los siglos XIII y XIV, en un trágico período de tiempo marcado por la guerra y la peste en el que -como suele ocurrir en tiempos de crisis-, proliferaron todo tipo de juegos de azar. En estas monedas aparece por un lado la cruz y en el otro, el denominado “castillo tornés” simplificado en forma de triángulo, y que recuerda al cuño de anverso o “pila” utilizado en el proceso de fabricación de la moneda, y la expresión francesa “n’avoir ni croix ni pile” podía traducirse por nuestra popular frase de “estar sin blanca”, es decir sin dinero.

Carlos II de Navarra - Imitación del “dinero tornés” de Francia, muestra por una cara la cruz, y por la otra la “pila”.

Los ingleses también llaman a esta práctica como ‘Cross and Pile’, debido a que en muchas monedas, antiguamente, eran acuñadas con una cruz en un lado y una columna (pilar) en el otro. También se conoce en el mundo anglosajón como ‘Heads or tails’ (de idéntico significado que el dado al que realizaban los romanos, aunque su traducción literal es ‘cabeza o cola’).

En otros, describe las características de las actuales monedas. Como en el caso de México donde los lados de la moneda se llaman "águila" o "sol" ya que una cara de la antigua moneda de 20 centavos (la más usada en el volado como también se le llama al lanzamiento) tenía el águila del Escudo de México mientras que la otra cara tenía la pirámide del sol de Teotihuacan con un gorro frigio del que salían rayos como de un sol.


En otros lugares del planeta, por poner unos pocos ejemplos, se le llama ‘testa o croce’ (cabeza o cruz) en Italia; ‘pile ou face’ (columna o cara) en Francia; ‘cara o sello’ en varios países de Hispanoamérica.

Cabe destacar que desde hace varias décadas, cada vez son más los países que acuñan sus monedas en las que no aparece ninguna cara ni escudo o cruz en alguno de sus lados, pero de todos modos se ha mantenido la misma denominación para esta práctica.

Como dato curioso, el uso de una moneda para determinar en qué mitad del terreno de juego jugará cada equipo es obligatorio.


La primera línea de la regla ocho del reglamento establece que «se lanzará una moneda al aire y el equipo favorecido decidirá la dirección en la que atacará en el primer tiempo del partido».
Y aunque no especifica qué moneda hay que lanzar, la FIFA proporciona a sus árbitros internacionales una moneda especial con un lado azul y el otro amarillo, con logotipos de FIFA a cada lado, conocida como moneda fair play [o del juego limpio]. Dicha moneda también se utiliza en los lances del juego en el que se precise una decisión o un saque neutral.

La moneda del juego limpio se utilizó por primera vez en el partido que enfrentó a Estonia y Escocia que se disputó el 11 de febrero de 1997 con motivo de la celebración de un partido entre ambas selecciones valedero para la clasificación del Mundial de Fútbol Francia 1998. El encargado de estrenarla fue el árbitro yugoslavo Miroslav Radoman.

Algunas federaciones entregan monedas parecidas a sus colegiados y algunas tiendas especializadas crean sus propias monedas dirigidas a árbitros.







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