El tesoro romano de Tomares se muda a Madrid: tres ánforas y más de 2.800 monedas se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional





El conocido como tesoro de Tomares se muda por unos meses a Madrid, aunque en versión reducida. El Museo Arqueológico Nacional (MAN) expone en la Sala de Novedades Arqueológicas, desde este lunes y hasta el próximo mes de septiembre, una muestra del mayor conjunto de monedas romanas descubierto en España guardadas en ánforas y enterradas bajo lo que fue una villa agrícola en Sevilla.

Monedas que brotan de la tierra es el nombre de una pequeña exposición de tres de las 19 ánforas de aceite que se utilizaron como contenedores para más de 50.000 monedas (llamadas nummi), datadas entre finales del siglo III e inicios del IV d.C. y que fueron encontradas en abril de 2016 por un obrero que cavaba una zanja en el Parque del Olivar del Zaudín de Tomares (Sevilla).

En concreto, en la muestra temporal del MAN, pueden verse tres de las 19 ánforas olearias originales, dos de ellas selladas y con su contenido intacto. En cambio, la tercera está rota por una excavadora. Sin embargo, ese accidente la convierte en un verdadero tesoro arqueológico por las monedas halladas en su interior. De hecho, esta última pieza se exhibe junto con las 2.800 monedas, tal y como aparecieron en el momento del hallazgo.

Además de las tres ánforas y las monedas, se expone una selección de piezas representativas de la época y monedas singulares por su iconografía. Por una parte se pueden observar nummi de bronce con un enriquecimiento superficial de plata, pertenecientes a los nueve emperadores que se sucedieron durante este periodo, así como ejemplos de los distintos talleres monetales donde fueron acuñadas. También se muestran siete monedas singulares por la iconografía de sus reversos.

Exposición 'Monedas que brotan de la tierra. 
El Tesoro de Tomares, Sevilla' que del 3 de mayo al 28 de septiembre de 2025 
se puede visitar en el MAN EFE/ Borja Sanchez-trillo

Los visitantes del MAN no solo podrán detenerse ante objetos que suman siglos de historia, sino que el ayuntamiento sevillano y los arqueólogos recuerdan que este conjunto aporta una información muy valiosa sobre la economía, la sociedad y la política durante la época de la Tetrarquía romana, fundada por Diocleciano y que finaliza con Constantino el Grande.

El tesoro de Tomares no solo constituye uno de los más excepcionales hallazgos de la reciente arqueología andaluza y estatal, sino que es considerado como un auténtico referente a nivel internacional, solo superado en tamaño por el hallado en la ciudad libia de Misurata.

La exposición Monedas que brotan de la tierra, bautizada así por la manera en que fue descubierto hace nueve años, se puede visitar hasta el próximo mes de septiembre en el MAN, con horario de martes a sábado por la mañana y por la tarde; y durante los domingos y festivos por la mañana. También se han preparado una serie de actividades relacionadas, con mesas redondas y conferencias acerca del proyecto y de la época tetrárquica.





Fuente: eldiario.es

Se pagan hasta 2 millones de dólares por la moneda norteamericana de 10 centavos de Barber de 1894-S




La historia detrás de esta moneda de 10 centavos comienza a fines del siglo XIX, cuando la Casa de la Moneda de Estados Unidos acuñó una edición limitada que, por razones aún debatidas por los expertos, tuvo un número ínfimo de ejemplares en circulación, por eso es que es tan buscada y codiciada.

Conocida como Dime de Barber de 1894-S, esta moneda pasó de ser un objeto cotidiano a transformarse en un símbolo de riqueza oculta. En los círculos de coleccionistas, el simple hecho de poseer esta pieza equivale a tocar la historia con las manos, lo que justifica que su precio supere los dos millones de dólares.

No se trata únicamente de una rareza monetaria, sino de un reflejo de un período económico, político y social muy particular de la historia norteamericana. La moneda fue emitida en la casa de San Francisco y, según registros, solo se acuñaron 24 unidades. Hoy en día, se estima que existen menos de diez en manos privadas, lo que convierte en una verdadera reliquia.

El estado de conservación es clave en la tasación de cualquier moneda, pero con ejemplares como este, incluso las imperfecciones pueden incrementar su valor. La pieza ha sobrevivido más de 130 años con marcas mínimas y sin haber sido pulida mantiene una conexión directa con su época de origen.

La moneda de 10 centavos de 1894 se ha convertido en la protagonista de este auge, atrayendo tanto a veteranos numismáticos como a nuevos inversores. 
Plataformas digitales y casas de subastas internacionales compiten por ofrecer estas piezas únicas, y cada aparición pública de la famosa moneda genera una oleada de noticias y análisis especializados.









Descubren un misterioso tesoro de monedas de oro oculto en la República Checa



Lo que prometía ser un tranquilo paseo por las laderas de la colina Zvičina, cerca de la ciudad nororiental de Trutnov, en la República Checa, se convirtió en todo un acontecimiento para dos afortunados excursionistas que acabaron desenterrando un tesoro que ha sido valorado en más de 300.000 euros.

El hallazgo de este fabuloso conjunto de piezas se llevó a cabo el pasado mes de febrero, pero ha sido ahora cuando las autoridades checas han dado a conocer la noticia de su descubrimiento. En un comunicado, los responsables del Museo de Bohemia Oriental han confirmado que el tesoro esta compuesto por 598 monedas de oro, delicadas joyas y diversos objetos de gran valor.

El ocultamiento se hallaba en el interior de un cofre de aluminio que contenía 598 monedas de oro dispuestas unas encima de las otras en once cartuchos envueltos cada uno en tela negra. A poca distancia del cofre se encontraba una caja de hierro dentro de la cual se documentaron dieciséis pitilleras, diez pulseras, un monedero de alambre, un peine, una cadena y una polvera.

Para los expertos del Museo de Bohemia Oriental es todavía un misterio como este valioso tesoro pudo haber llegado hasta allí y, sobre todo, permanecer oculto durante tanto tiempo sin que nadie lo descubriera. El especialista en numismática Vojtěch Brádle ha dicho: "Me quedé boquiabierto al ver el hallazgo. A juzgar por sus marcas, las monedas vinieron desde Serbia en algún momento de las décadas de 1920 y 1930, lo que convierte su llegada a Bohemia Oriental en un enigma fascinante".

Como en todos los misterios, han surgido varias teorías para explicar la llegada de este tesoro a esta parte de Europa. Se ha sugerido la posibilidad de que fuese escondido por ciudadanos checos que huían de la ocupación nazi después de 1938, mientras que otra hipótesis plantea que lo habrían ocultado los propios alemanes ante su inminente expulsión tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Incluso existe una tercera teoría que apunta a las reformas monetarias que se llevaron a cabo durante el régimen comunista en Checoslovaquia en 1953.


El análisis llevado a cabo por especialistas en numismática ha revelado que las monedas de oro no son de origen checo, sino que proceden de diversas partes de Europa como Francia, Bélgica, Austria-Hungría, algunas de Rumanía, Italia e incluso de Turquía y Rusia. "Es difícil decir si era oro checo, alemán o judío", ha comentado el director del museo, Petr Grulich.

Un examen más detallado de las marcas en las monedas austrohúngaras sugiere que es muy probable que su destino final no fuera Bohemia, sino más bien alguna región de la antigua Yugoslavia, como Serbia o Bosnia y Herzegovina.


"Es posible que después de 1921, las monedas fueran acuñadas de nuevo en las casas de la moneda locales, y solo más tarde, en circunstancias desconocidas, llegaron desde regiones de la antigua Yugoslavia a nuestro país", aclara Vojtěch Brádle.

Para Peter Novák, jefe del Departamento Arqueológico del Museo de Bohemia Oriental, se trata de un hallazgo único. "Ocultar objetos valiosos en la tierra en forma de tesoros ha sido una práctica común desde la Prehistoria. Inicialmente, los motivos religiosos eran los más comunes, pero, más tarde, los objetos se guardaban en tiempos de incertidumbre con la intención de recuperarlos más tarde". Evidentemente, no siempre era posible.





Fuente: historia.nationalgeographic.com.es

El extraordinario hallazgo de mil monedas del siglo XVII durante la remodelación de una cocina



Reformar la cocina en cualquier hogar del mundo supone un importante desembolso económico, algo que en muchas ocasiones no está al alcance de todos los bolsillos. Esto seguramente es lo que pensaron Betty y Robert Fooks, un matrimonio del municipio inglés de Dorset, cuando se dispusieron a reformar la suya. Lo que nunca imaginaron es que esta reforma les podría acabar saliendo gratis.

Una vez iniciadas las obras, la gran sorpresa se produjo cuando, al rebajar el suelo de hormigón de la cocina para ganar más altura, el ingeniero agrónomo que estaba ayudando en el proyecto de reforma encontró un cuenco de cerámica vidriada que contenía mas de ¡  mil monedas de siglo XVII  !

Tras el sorprendente hallazgo, la pareja informó rápidamente a las autoridades locales y el tesoro fue enviado al Museo Británico para que los especialistas de la institución procediesen a documentarlas y restaurarlas. El descubrimiento, que fue bautizado como Tesoro de Poorton por el nombre de la granja donde las monedas fueron encontradas, tuvo lugar en el año 2019 y ahora es noticia porque ha salido a subasta este 23 de abril por un valor de 35.000 libras (40.514,98 euros).

Betty, visitadora del Servicio Sanitario de Salud de Reino Unido y propietaria de la vivienda junto con su marido, explica que el escenario del hallazgo es una casa de 400 años de antigüedad que requería una reforma prácticamente integral del edificio. En cuanto al singular descubrimiento, Betty ha explicado cómo tuvo lugar:

"Fuimos quitando todos los suelos y techos para dejar las paredes originales de piedra. Decidimos rebajar la planta baja para darnos más altura. Una noche estaba yo con los niños mientras mi marido cavaba con un pico cuando llamó para decir que había encontrado algo. Puso todas las monedas en un cubo. Si no hubiéramos rebajado el suelo, las monedas todavía estarían escondidas allí".

Imagen de dos de las monedas del siglo XVII 
descubiertas durante la remodelación de una cocina.

Imagen del cuenco de cerámica vidriada 
en cuyo interior se hallaron las mil monedas del siglo XVII.

Por su parte, Julian Smith, especialista de la casa de subastas Duke's Auctions, que es la encargada de sacar el Tesoro a subasta, ha detallado la composición del mismo: "El tesoro que se encontró en la granja comunal del siglo XVII lo conforman monedas de oro, medias coronas de plata, chelines y peniques de Jaime I y Carlos I, así como otras de Isabel I, Felipe y María".

Asimismo, Smith cree que estas monedas fueron depositadas en el lugar en el que se aparecieron en una única ocasión. El cómo y el porqué continuarán siendo un misterio.





Fuente: J.M.Sadurní - historia.nationalgeographic.com

¿Por qué Judas entregó a Jesús a cambio de 30 monedas?



Como era de esperar, algún que otro experto en numismática se ha lanzado al interesante ejercicio de averiguar qué valor tendrían esas monedas hoy en día. Claro, para ello hay que determinar de qué monedas se trataba, y eso no es fácil, ya que había un montón de tipos de dineros en aquella región, dominada en los tres siglos anteriores por los persas, los griegos y los romanos (talentos, dracmas, didracmas, tetradracmas, denarios, estateros, leptos). En los propios Evangelios se mencionan varias. Pero debemos tener en cuenta que el pago lo realizaron, según Mateo, los sacerdotes del Templo de Jerusalén, y en el Templo solo se podían atesorar siclos de Tiro (tetradracmas), ya que el pago de tributos de los habitantes de Judea debía de hacerse en esa moneda (en didracmas, medio siclo, que era el pago ordenado según la Torá). Tenían la imagen del dios Melcart por un lado y un águila en el otro, y contaban con un 92 % de plata.

De hecho, en el propio Evangelio de Mateo se menciona esto: "Llegaron a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los recaudadores del didracma del Templo y dijeron: '¿Vuestro maestro no paga el didracma?" (Mt 17,24).

Un experto mexicano llamado Carlos Amaya Guerra plantea que, en función del grado de conversión, el precio unitario actual oscilaría entre 800 y 3.000 dólares. Sea como fuere, la paga de un trabajador cualificado era más o menos de un dracma diario. Por lo tanto, si Judas cobró 30 didracmas (dos dracmas cada uno), sería el equivalente a dos meses de trabajo. Una miseria, teniendo en cuenta el valor mercantil de lo que el supuesto traidor ofreció a cambio. Esa parece ser la idea de Mateo: mostrar que Judas entregó a Jesús por una cantidad irrisoria. Ahora bien, desde una perspectiva teológica, se podría plantear que, por esa cantidad irrisoria de dinero, Jesús se sacrificó por todos nosotros. Salió barato.

Esto vendría a estar legitimado por algo que aparece en el libro bíblico del Éxodo: "Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, el dueño dará a su amo treinta siclos de plata, y el buey será apedreado". (Éx 21,32). ¡Era la mitad del precio de un esclavo! Es más, en el Génesis se cuenta que los hermanos de José (todos hijos de Jacob, los que encabezaron las doce tribus), lo vendieron como esclavo a unos mercaderes madianitas por "veinte piezas de plata" (Gn 37,28).

Además, según una antigua tradición babilónica, o quizás anterior (sumeria), cuando algo carecía de valor, se decía que valía tan solo treinta monedas. Esto guarda relación con el sistema sexagesimal que se usaba en la antigua Mesopotamia, un sistema que emplea como base el número 60 (se trata del número más pequeño que se puede dividir por los seis primeros), que aún empleamos para medir el tiempo y los ángulos. Pues bien, el 30, en cambio, no era útil ni necesario, ni servía para medir nada.

Tetradracma de Tiro, 
la moneda en la que Judas habría recibido el pago por entregar a Jesucristo. 







Fuente: elconfidencial.com

El país que "no existe" (ni sale en los mapas) tiene una de las monedas más curiosas del mundo



Pese a las ideas preconcebidas que hay, irse de vacaciones por Europa puede ser algo "loco e inesperado". Más allá de los países que conocemos, hay uno del que probablemente no te suene ni el nombre y es que, oficialmente no existe. Pese a ello, sí que podemos hablar de sus 4.000 kilómetros cuadrados y de su medio millón de habitantes, un poco contradictorio. Como es de esperar, tampoco aparece en los mapas.

Estamos hablando de la Transnistria, ubicado entre Moldavia y el oeste de Ucrania. Pasear por sus calles es como viajar al pasado, ya que se trata del último reducto de la Unión Soviética y parece que se haya quedado anclado en aquella época. Ejemplo de ello son las estatuas que sigue habiendo de Lenin y Stalin.

A pesar de no estar reconocido como un país oficial, cuenta con su propia constitución, gobierno, ejército y hasta su propia moneda. Esta es una de las cosas que más llaman la atención a los pocos turistas que se animan a visitar su capital, Tiraspol. Se llama rublo transnistrio y aunque solo es válido dentro de sus fronteras, sus colores, su forma y material.

A parte de sus billetes y sus monedas normales, existen estas otras monedas que parecen sacadas de algún juego de colores y de plástico. 


Estas monedas de plástico se pusieron en circulación en Transnistria en 2014 porque lo consideraban un material más resistente que el de los billetes y porque las distintas formas las hacían reconocibles y fáciles de usar para la gente mayor. Sin embargo, no tuvieron mucho éxito entre sus habitantes, así que no siguieron fabricándolas, pero aún hay muchas en circulación, aunque como últimamente los turistas vamos buscando las monedas, cada vez es más dificil verlas en uso y la gente las tiene guardadas para venderlas. También se pueden conseguir en el banco a modo de souvenir: comprar las 4 monedas cuestan unos 7 u 8€, aunque su valor real total es poco más de 1€.




Fuente: eleconomista.es

Un hombre encuentra un conjunto de monedas de Guillermo el Conquistador: las ha vendido por más de 5 millones de euros



Un grupo de aficionados a la detección de metales realizó un hallazgo excepcional en el valle de Chew, en el condado de Somerset, Inglaterra. Durante una expedición en 2019, encontraron un tesoro compuesto por 2.584 monedas de plata de la época de la conquista normanda. Esta colección, una de las más importantes descubiertas en el Reino Unido, ha sido valorada en 5,1 millones de euros, marcando un hito en la arqueología británica.

El conjunto de monedas incluye ejemplares con los retratos de Haroldo II, el último rey anglosajón de Inglaterra, y de Guillermo el Conquistador, quien asumió el trono tras la batalla de Hastings en 1066, según informan desde Associated Press (AP). Según los expertos, este hallazgo ofrece información clave sobre la transición política y económica de la época, además de reflejar la inestabilidad que llevó a muchas personas a ocultar sus riquezas.

Gracias al apoyo del South West Heritage Trust y el National Lottery Heritage Fund, el tesoro fue adquirido para su conservación y exhibición pública. A partir del pasado 26 de noviembre, las monedas pueden verse en el Museo Británico, antes de ser trasladadas a otros museos del Reino Unido. Esta exhibición permitirá a historiadores y visitantes conocer mejor el contexto de la conquista normanda.

De acuerdo con la Ley del Tesoro de 1996, los descubridores y el propietario del terreno donde se encontraba la colección han recibido una compensación económica. Las ganancias, repartidas entre las partes involucradas, han supuesto una oportunidad única para los aficionados, quienes han logrado beneficios económicos significativos tras su hallazgo.





Fuente: elconfidecial.com

El primer molde de piedra usado para la acuñación de moneda en Hispania en el siglo II a.C., encontrado en el yacimiento de Obulco en Jaén



Un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén ha identificado el primer molde de piedra utilizado para la producción de moneda en la Hispania antigua. El descubrimiento, realizado en el yacimiento arqueológico de Obulco, en la actual localidad de Porcuna (Jaén), arroja nueva luz sobre los procesos de fabricación de moneda en el periodo republicano y sobre la organización de los talleres de acuñación, cuya ubicación y funcionamiento han permanecido hasta ahora en gran medida desconocidos.

Desde finales del siglo III hasta el siglo I a.C., un número significativo de cecas surgió en la península ibérica, acuñando moneda con regularidad o de manera esporádica. Pese a la abundancia de emisiones, la evidencia material de los talleres de producción es escasa, limitándose en muchos casos a las propias monedas halladas en contextos arqueológicos dispersos. Esta situación ha planteado interrogantes sobre la localización física de las cecas, la cadena operativa de producción y la organización social en torno a estos espacios artesanales.

Las monedas ibéricas frecuentemente llevaban inscritos topónimos que indican la vinculación de la acuñación con las autoridades locales, pero la falta de restos arquitectónicos o herramientas específicas ha dificultado la identificación de los talleres donde se realizaba la producción. En este contexto, el hallazgo de un molde de piedra en Obulco constituye un testimonio excepcional de la actividad monetaria en el sur de la península ibérica.

Imágenes detalladas del molde de piedra utilizado para la fabricación de cospeles. 
Corresponde a la válvula plana de un molde bivalvo. 

Un molde único en su tipo

El objeto descubierto es una de las dos válvulas de un molde bivalvo utilizado para la producción de cospeles monetarios (discos metálicos en bruto, sin acuñar, que se usan para fabricar monedas) mediante colada de metal fundido. La pieza, de 11 cm de altura, 13,7 cm de longitud y 5,4 cm de anchura, presenta una superficie plana con huellas circulares de fundición y evidencias de uso térmico. A través de análisis petrográficos, se ha determinado que la piedra utilizada para su fabricación procede de la unidad geológica de Porcuna, lo que confirma la explotación local de recursos para la manufactura de herramientas industriales en la Antigüedad.

El análisis de espectrometría de fluorescencia de rayos X (µ-XRF) reveló la presencia de una aleación binaria de cobre y plomo en las impresiones metálicas del molde, en coherencia con las composiciones previamente identificadas en monedas de Obulco. A partir de la métrica de las huellas circulares, los investigadores han asociado este molde con la producción de ases de bronce datados entre 189 y 165 a.C., pertenecientes a una de las primeras series monetarias emitidas por la ciudad.

El oppidum de Obulco, una de las ciudades más importantes del Alto Guadalquivir en época ibérica y romana, jugó un papel destacado en la economía de la Hispania republicana. Su ceca fue una de las más activas del sur peninsular, con emisiones que abarcan desde finales del siglo III hasta el siglo I a.C. La iconografía de sus monedas refleja la integración de la ciudad en el sistema económico romano, con motivos agrícolas como arados, espigas de trigo y yugos, símbolos de la producción cerealística que sustentaba la economía local.

A) Reconstrucción del molde bivalvo en vista frontal y sección; 
B) Serie 2 del MIB y Serie 3 de Arévalo (1999), 
muy probablemente las monedas producidas con el molde estudiado 
(Foto: Kunsthistorisches Museum Wien. Münzkabinett GR 145); 
C) Fotogrametría de la muralla urbana identificada en la excavación donde se encontró el molde, 
mostrando que la construcción donde se halló el molde corresponde a un edificio suburbano adyacente a la muralla urbana; 
D) Topografía del antiguo oppidum de Obulco (según Casado Millán, 2017) 
mostrando la hipotética ubicación propuesta de la ceca. 

El hallazgo del molde en una zona suburbana, junto a las fortificaciones de la ciudad, plantea nuevas preguntas sobre la ubicación de la ceca en el entramado urbano de Obulco. En el caso de Carteia, otra de las escasas cecas hispanas identificadas arqueológicamente, los hallazgos de cospeles monetarios en un sector reocupado de la muralla sugieren que los talleres de acuñación podían situarse en espacios periféricos y bajo el control de magistrados locales o contingentes militares.

El estudio de este molde no solo aporta información sobre los aspectos técnicos de la producción monetaria, sino que también refleja los cambios socioeconómicos impulsados por la expansión romana en Hispania. Las monedas acuñadas en Obulco durante el siglo II a.C. llevan los nombres de magistrados locales, inscritos en caracteres ibéricos y latinos, lo que evidencia la progresiva asimilación de modelos administrativos romanos en las comunidades indígenas.

Además, la creciente producción monetaria en este periodo coincide con la reorganización del territorio y la expansión de la agricultura cerealística en la región, fenómeno vinculado al sistema económico depredador de la República romana. Así, el molde de Obulco no es solo un testimonio material de una actividad artesanal, sino un indicio tangible de las transformaciones que experimentaron las ciudades ibéricas al integrarse en la estructura imperial romana.

Este hallazgo, único en la península ibérica, desafía la tradicional invisibilidad arqueológica de las cecas y abre nuevas vías de investigación sobre la ubicación y funcionamiento de estos espacios en la Hispania republicana. Con ello, se da un paso más en la reconstrucción del complejo entramado económico, político y social que marcó la progresiva romanización de la península y el papel central que desempeñó la moneda en este proceso.





Fuentes:
  • Guillermo Carvajal - labrujulaverde.com
  • María Isabel Moreno-Padilla, Mario Gutiérrez-Rodríguez - Dealing with the archaeological invisibility of the Iberian mints: A technological and contextual analysis of the first stone mould for blank coin production found in Hispania. Journal of Archaeological Science: Reports, Volume 63, May 2025.

Dos mujeres hallan 600 monedas de oro y plata del siglo XV, valoradas en miles de euros




Un descubrimiento histórico ha tenido lugar en Escocia, donde dos aficionados a la detección de metales han encontrado un tesoro de 35 monedas de oro y plata con más de 600 años de antigüedad. El hallazgo, localizado en la región de los Borders escoceses, podría alcanzar un alto valor económico debido a su rareza y estado de conservación. Expertos han destacado la relevancia de estas monedas, que reflejan la circulación de divisas en la Baja Edad Media.

Los detectores de metales Keith Young y Lisa Stephenson exploraban una zona cercana a Cappercleuch cuando sus dispositivos marcaron una señal inusual. Tras excavar, encontraron una serie de monedas con inscripciones que, posteriormente, fueron identificadas por el Museo Nacional de Escocia y la Treasure Trove Unit. En un primer momento, el hallazgo constaba de 30 piezas, pero un análisis más profundo permitió descubrir cinco adicionales, completando un total de 35, según informó el periódico británico The Times.

Entre las monedas destacan los groats de plata, emitidos en Inglaterra bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, junto con los demys de oro escoceses de los monarcas Jacobo I y Jacobo II. Estos objetos, además de su valor numismático, ofrecen pistas sobre los intercambios comerciales entre Escocia e Inglaterra en el siglo XV, una época marcada por conflictos y acuerdos estratégicos. Su estudio permitirá conocer mejor la economía medieval y la relación entre ambos territorios.

Este hallazgo, además de su importancia monetaria, aporta una nueva visión sobre la circulación de divisas en la Edad Media y la interconexión económica entre reinos en tiempos de tensión política. La combinación de monedas de distintos orígenes refuerza la teoría de un comercio activo y diverso en la región, lo que demuestra la utilidad de la arqueología para reconstruir la historia con hallazgos reales y documentados.





Fuente: elconfidencial.com

Detectores aficionados descubren un tesoro oculto de monedas de oro y plata del siglo XV en Escocia



En un rincón remoto de Escocia, cerca de la frontera con Inglaterra, dos entusiastas de la detección de metales han hecho un descubrimiento extraordinario: un tesoro compuesto por 35 monedas de oro y plata que datan del siglo XV. Este hallazgo, descrito por los expertos como “único en su tipo”, arroja nueva luz sobre las complejas relaciones económicas y políticas entre Escocia e Inglaterra durante la Baja Edad Media.

La historia comenzó con una jornada de exploración aparentemente rutinaria. Equipados con sus detectores de metales, Keith Young y Lisa Stephenson recorrían los alrededores del pequeño pueblo de Cappercleuch, en la región de los Borders escoceses, cuando sus dispositivos comenzaron a emitir señales prometedoras. Al excavar con cuidado, fueron apareciendo una tras otra monedas de plata y oro, con las efigies de antiguos monarcas grabadas en su superficie. Sin imaginar la magnitud de su hallazgo, los detectoristas pronto se dieron cuenta de que estaban ante algo excepcional.

La colección inicial constaba de 30 monedas, aunque, tras la intervención de arqueólogos del Museo Nacional de Escocia y la Treasure Trove Unit, se localizaron cinco piezas adicionales, elevando el total a 35. Los análisis preliminares sugieren que las monedas fueron depositadas en la zona en algún momento de la década de 1460, una época convulsa en la historia de Escocia e Inglaterra.


El tesoro es una muestra fascinante de la economía medieval en las islas británicas. Las monedas inglesas incluyen groats de plata, emitidos bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, dos figuras clave en la Guerra de las Rosas, conflicto que dividió a Inglaterra en la segunda mitad del siglo XV. Por otro lado, las piezas escocesas consisten en monedas de oro conocidas como demys y half-demys, acuñadas durante los reinados de Jacobo I y Jacobo II de Escocia.

El groat inglés, introducido en el siglo XIII, equivalía a cuatro peniques y era una de las monedas de plata más utilizadas en el comercio de la época. En Escocia, el demy dorado tenía un valor cercano a los nueve chelines, y su versión de medio valor, el half-demy, circulaba con una equivalencia de aproximadamente 4,5 chelines. La presencia de ambas divisas en un mismo alijo sugiere un intenso comercio entre ambos reinos y la posible circulación transfronteriza de bienes y dinero, a pesar de las constantes tensiones entre Escocia e Inglaterra.

El hallazgo se vuelve aún más interesante si se considera el contexto de la época. La frontera entre ambas naciones no solo era una línea divisoria, sino también una región de conflictos, alianzas y comercio. Las luchas dinásticas inglesas y las ambiciones de los monarcas escoceses por consolidar su poder influyeron en el flujo de riqueza a lo largo de esta zona. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién enterró este tesoro y por qué?

El hecho de que estas monedas fueran cuidadosamente enterradas sugiere que su propietario tenía la intención de recuperarlas más tarde. En épocas de inestabilidad política y militar, era común que las personas escondieran sus bienes más valiosos para protegerlos de saqueos o pérdidas forzadas. La década de 1460 estuvo marcada por el conflicto en Inglaterra entre los partidarios de la Casa de York y la Casa de Lancaster, además de las tensiones continuas con Escocia.

La hipótesis más aceptada entre los arqueólogos es que este tesoro perteneció a un comerciante o a un noble de la región que, ante la incertidumbre del momento, optó por ocultar su riqueza hasta que la situación se estabilizara. Sin embargo, algo ocurrió que impidió su regreso para recuperarlo, dejando enterrado este testimonio invaluable del pasado.

Una moneda de oro escocesa del siglo XV (izquierda) 
y una moneda de plata con la imagen del rey Enrique VI (derecha), 
ambas parte del tesoro descubierto. Foto: Crown Office

Tras el hallazgo, el tesoro fue reportado a la Treasure Trove Unit, la entidad encargada de registrar y analizar este tipo de descubrimientos en Escocia. Posteriormente, será evaluado por el Panel de Asignación de Hallazgos Arqueológicos de Escocia (SAFAP, por sus siglas en inglés), que decidirá su destino final y otorgará una compensación económica a los descubridores.

En el caso de tesoros de relevancia histórica, lo habitual es que sean adquiridos por museos, donde pueden ser estudiados y expuestos al público. De ser así, este conjunto de monedas podría formar parte de las colecciones del Museo Nacional de Escocia, donde ayudaría a contar la historia de las relaciones entre Escocia e Inglaterra en el siglo XV.

El hallazgo de este tesoro no solo aporta información sobre la circulación de moneda en la época, sino que también sirve como un recordatorio de la riqueza y complejidad de la historia escocesa. Cada moneda es un pequeño fragmento de un pasado vibrante, testigo silencioso de una época de cambios, conflictos y aspiraciones.

A medida que los arqueólogos continúan su trabajo para estudiar en profundidad este conjunto de monedas, cabe preguntarse cuántos otros tesoros esperan ser descubiertos en la vasta geografía de Escocia. La historia, después de todo, sigue oculta bajo nuestros pies, esperando el momento adecuado para salir a la luz.







Fuente: muyinteresante.com