El primer molde de piedra usado para la acuñación de moneda en Hispania en el siglo II a.C., encontrado en el yacimiento de Obulco en Jaén



Un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén ha identificado el primer molde de piedra utilizado para la producción de moneda en la Hispania antigua. El descubrimiento, realizado en el yacimiento arqueológico de Obulco, en la actual localidad de Porcuna (Jaén), arroja nueva luz sobre los procesos de fabricación de moneda en el periodo republicano y sobre la organización de los talleres de acuñación, cuya ubicación y funcionamiento han permanecido hasta ahora en gran medida desconocidos.

Desde finales del siglo III hasta el siglo I a.C., un número significativo de cecas surgió en la península ibérica, acuñando moneda con regularidad o de manera esporádica. Pese a la abundancia de emisiones, la evidencia material de los talleres de producción es escasa, limitándose en muchos casos a las propias monedas halladas en contextos arqueológicos dispersos. Esta situación ha planteado interrogantes sobre la localización física de las cecas, la cadena operativa de producción y la organización social en torno a estos espacios artesanales.

Las monedas ibéricas frecuentemente llevaban inscritos topónimos que indican la vinculación de la acuñación con las autoridades locales, pero la falta de restos arquitectónicos o herramientas específicas ha dificultado la identificación de los talleres donde se realizaba la producción. En este contexto, el hallazgo de un molde de piedra en Obulco constituye un testimonio excepcional de la actividad monetaria en el sur de la península ibérica.

Imágenes detalladas del molde de piedra utilizado para la fabricación de cospeles. 
Corresponde a la válvula plana de un molde bivalvo. 

Un molde único en su tipo

El objeto descubierto es una de las dos válvulas de un molde bivalvo utilizado para la producción de cospeles monetarios (discos metálicos en bruto, sin acuñar, que se usan para fabricar monedas) mediante colada de metal fundido. La pieza, de 11 cm de altura, 13,7 cm de longitud y 5,4 cm de anchura, presenta una superficie plana con huellas circulares de fundición y evidencias de uso térmico. A través de análisis petrográficos, se ha determinado que la piedra utilizada para su fabricación procede de la unidad geológica de Porcuna, lo que confirma la explotación local de recursos para la manufactura de herramientas industriales en la Antigüedad.

El análisis de espectrometría de fluorescencia de rayos X (µ-XRF) reveló la presencia de una aleación binaria de cobre y plomo en las impresiones metálicas del molde, en coherencia con las composiciones previamente identificadas en monedas de Obulco. A partir de la métrica de las huellas circulares, los investigadores han asociado este molde con la producción de ases de bronce datados entre 189 y 165 a.C., pertenecientes a una de las primeras series monetarias emitidas por la ciudad.

El oppidum de Obulco, una de las ciudades más importantes del Alto Guadalquivir en época ibérica y romana, jugó un papel destacado en la economía de la Hispania republicana. Su ceca fue una de las más activas del sur peninsular, con emisiones que abarcan desde finales del siglo III hasta el siglo I a.C. La iconografía de sus monedas refleja la integración de la ciudad en el sistema económico romano, con motivos agrícolas como arados, espigas de trigo y yugos, símbolos de la producción cerealística que sustentaba la economía local.

A) Reconstrucción del molde bivalvo en vista frontal y sección; 
B) Serie 2 del MIB y Serie 3 de Arévalo (1999), 
muy probablemente las monedas producidas con el molde estudiado 
(Foto: Kunsthistorisches Museum Wien. Münzkabinett GR 145); 
C) Fotogrametría de la muralla urbana identificada en la excavación donde se encontró el molde, 
mostrando que la construcción donde se halló el molde corresponde a un edificio suburbano adyacente a la muralla urbana; 
D) Topografía del antiguo oppidum de Obulco (según Casado Millán, 2017) 
mostrando la hipotética ubicación propuesta de la ceca. 

El hallazgo del molde en una zona suburbana, junto a las fortificaciones de la ciudad, plantea nuevas preguntas sobre la ubicación de la ceca en el entramado urbano de Obulco. En el caso de Carteia, otra de las escasas cecas hispanas identificadas arqueológicamente, los hallazgos de cospeles monetarios en un sector reocupado de la muralla sugieren que los talleres de acuñación podían situarse en espacios periféricos y bajo el control de magistrados locales o contingentes militares.

El estudio de este molde no solo aporta información sobre los aspectos técnicos de la producción monetaria, sino que también refleja los cambios socioeconómicos impulsados por la expansión romana en Hispania. Las monedas acuñadas en Obulco durante el siglo II a.C. llevan los nombres de magistrados locales, inscritos en caracteres ibéricos y latinos, lo que evidencia la progresiva asimilación de modelos administrativos romanos en las comunidades indígenas.

Además, la creciente producción monetaria en este periodo coincide con la reorganización del territorio y la expansión de la agricultura cerealística en la región, fenómeno vinculado al sistema económico depredador de la República romana. Así, el molde de Obulco no es solo un testimonio material de una actividad artesanal, sino un indicio tangible de las transformaciones que experimentaron las ciudades ibéricas al integrarse en la estructura imperial romana.

Este hallazgo, único en la península ibérica, desafía la tradicional invisibilidad arqueológica de las cecas y abre nuevas vías de investigación sobre la ubicación y funcionamiento de estos espacios en la Hispania republicana. Con ello, se da un paso más en la reconstrucción del complejo entramado económico, político y social que marcó la progresiva romanización de la península y el papel central que desempeñó la moneda en este proceso.





Fuentes:
  • Guillermo Carvajal - labrujulaverde.com
  • María Isabel Moreno-Padilla, Mario Gutiérrez-Rodríguez - Dealing with the archaeological invisibility of the Iberian mints: A technological and contextual analysis of the first stone mould for blank coin production found in Hispania. Journal of Archaeological Science: Reports, Volume 63, May 2025.

Dos mujeres hallan 600 monedas de oro y plata del siglo XV, valoradas en miles de euros




Un descubrimiento histórico ha tenido lugar en Escocia, donde dos aficionados a la detección de metales han encontrado un tesoro de 35 monedas de oro y plata con más de 600 años de antigüedad. El hallazgo, localizado en la región de los Borders escoceses, podría alcanzar un alto valor económico debido a su rareza y estado de conservación. Expertos han destacado la relevancia de estas monedas, que reflejan la circulación de divisas en la Baja Edad Media.

Los detectores de metales Keith Young y Lisa Stephenson exploraban una zona cercana a Cappercleuch cuando sus dispositivos marcaron una señal inusual. Tras excavar, encontraron una serie de monedas con inscripciones que, posteriormente, fueron identificadas por el Museo Nacional de Escocia y la Treasure Trove Unit. En un primer momento, el hallazgo constaba de 30 piezas, pero un análisis más profundo permitió descubrir cinco adicionales, completando un total de 35, según informó el periódico británico The Times.

Entre las monedas destacan los groats de plata, emitidos en Inglaterra bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, junto con los demys de oro escoceses de los monarcas Jacobo I y Jacobo II. Estos objetos, además de su valor numismático, ofrecen pistas sobre los intercambios comerciales entre Escocia e Inglaterra en el siglo XV, una época marcada por conflictos y acuerdos estratégicos. Su estudio permitirá conocer mejor la economía medieval y la relación entre ambos territorios.

Este hallazgo, además de su importancia monetaria, aporta una nueva visión sobre la circulación de divisas en la Edad Media y la interconexión económica entre reinos en tiempos de tensión política. La combinación de monedas de distintos orígenes refuerza la teoría de un comercio activo y diverso en la región, lo que demuestra la utilidad de la arqueología para reconstruir la historia con hallazgos reales y documentados.





Fuente: elconfidencial.com

Detectores aficionados descubren un tesoro oculto de monedas de oro y plata del siglo XV en Escocia



En un rincón remoto de Escocia, cerca de la frontera con Inglaterra, dos entusiastas de la detección de metales han hecho un descubrimiento extraordinario: un tesoro compuesto por 35 monedas de oro y plata que datan del siglo XV. Este hallazgo, descrito por los expertos como “único en su tipo”, arroja nueva luz sobre las complejas relaciones económicas y políticas entre Escocia e Inglaterra durante la Baja Edad Media.

La historia comenzó con una jornada de exploración aparentemente rutinaria. Equipados con sus detectores de metales, Keith Young y Lisa Stephenson recorrían los alrededores del pequeño pueblo de Cappercleuch, en la región de los Borders escoceses, cuando sus dispositivos comenzaron a emitir señales prometedoras. Al excavar con cuidado, fueron apareciendo una tras otra monedas de plata y oro, con las efigies de antiguos monarcas grabadas en su superficie. Sin imaginar la magnitud de su hallazgo, los detectoristas pronto se dieron cuenta de que estaban ante algo excepcional.

La colección inicial constaba de 30 monedas, aunque, tras la intervención de arqueólogos del Museo Nacional de Escocia y la Treasure Trove Unit, se localizaron cinco piezas adicionales, elevando el total a 35. Los análisis preliminares sugieren que las monedas fueron depositadas en la zona en algún momento de la década de 1460, una época convulsa en la historia de Escocia e Inglaterra.


El tesoro es una muestra fascinante de la economía medieval en las islas británicas. Las monedas inglesas incluyen groats de plata, emitidos bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, dos figuras clave en la Guerra de las Rosas, conflicto que dividió a Inglaterra en la segunda mitad del siglo XV. Por otro lado, las piezas escocesas consisten en monedas de oro conocidas como demys y half-demys, acuñadas durante los reinados de Jacobo I y Jacobo II de Escocia.

El groat inglés, introducido en el siglo XIII, equivalía a cuatro peniques y era una de las monedas de plata más utilizadas en el comercio de la época. En Escocia, el demy dorado tenía un valor cercano a los nueve chelines, y su versión de medio valor, el half-demy, circulaba con una equivalencia de aproximadamente 4,5 chelines. La presencia de ambas divisas en un mismo alijo sugiere un intenso comercio entre ambos reinos y la posible circulación transfronteriza de bienes y dinero, a pesar de las constantes tensiones entre Escocia e Inglaterra.

El hallazgo se vuelve aún más interesante si se considera el contexto de la época. La frontera entre ambas naciones no solo era una línea divisoria, sino también una región de conflictos, alianzas y comercio. Las luchas dinásticas inglesas y las ambiciones de los monarcas escoceses por consolidar su poder influyeron en el flujo de riqueza a lo largo de esta zona. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién enterró este tesoro y por qué?

El hecho de que estas monedas fueran cuidadosamente enterradas sugiere que su propietario tenía la intención de recuperarlas más tarde. En épocas de inestabilidad política y militar, era común que las personas escondieran sus bienes más valiosos para protegerlos de saqueos o pérdidas forzadas. La década de 1460 estuvo marcada por el conflicto en Inglaterra entre los partidarios de la Casa de York y la Casa de Lancaster, además de las tensiones continuas con Escocia.

La hipótesis más aceptada entre los arqueólogos es que este tesoro perteneció a un comerciante o a un noble de la región que, ante la incertidumbre del momento, optó por ocultar su riqueza hasta que la situación se estabilizara. Sin embargo, algo ocurrió que impidió su regreso para recuperarlo, dejando enterrado este testimonio invaluable del pasado.

Una moneda de oro escocesa del siglo XV (izquierda) 
y una moneda de plata con la imagen del rey Enrique VI (derecha), 
ambas parte del tesoro descubierto. Foto: Crown Office

Tras el hallazgo, el tesoro fue reportado a la Treasure Trove Unit, la entidad encargada de registrar y analizar este tipo de descubrimientos en Escocia. Posteriormente, será evaluado por el Panel de Asignación de Hallazgos Arqueológicos de Escocia (SAFAP, por sus siglas en inglés), que decidirá su destino final y otorgará una compensación económica a los descubridores.

En el caso de tesoros de relevancia histórica, lo habitual es que sean adquiridos por museos, donde pueden ser estudiados y expuestos al público. De ser así, este conjunto de monedas podría formar parte de las colecciones del Museo Nacional de Escocia, donde ayudaría a contar la historia de las relaciones entre Escocia e Inglaterra en el siglo XV.

El hallazgo de este tesoro no solo aporta información sobre la circulación de moneda en la época, sino que también sirve como un recordatorio de la riqueza y complejidad de la historia escocesa. Cada moneda es un pequeño fragmento de un pasado vibrante, testigo silencioso de una época de cambios, conflictos y aspiraciones.

A medida que los arqueólogos continúan su trabajo para estudiar en profundidad este conjunto de monedas, cabe preguntarse cuántos otros tesoros esperan ser descubiertos en la vasta geografía de Escocia. La historia, después de todo, sigue oculta bajo nuestros pies, esperando el momento adecuado para salir a la luz.







Fuente: muyinteresante.com

El extraño tesoro que revela los secretos de un pasado imperial en Lugo



En lo que actualmente es la provincia de Lugo se emitieron varias monedas datadas en el 25 a.C. Son conocidas como monedas de la caetra y existen de tres tipos: ases, dupondios y sestercios, ordenadas de menor a mayor valor y tamaño y peso.

Estas tres piezas se diferencian, además de por su tamaño, por los motivos de su reverso, siendo su anverso idéntico. 

De estos tres tipos de caetras, solamente hay una en el Museo Provincial de Lugo, el sestercio, que es la pieza más rara de todas. "Se tata de una moneda muy importante porque se conocían solamente tres ejemplares en todo el mundo y ninguna estaba en un museo español; es la primera vez y está en Lugo", indica Pablo Núñez, licenciado en Historia y miembro de la Asociación Numismática de Val de Ariz. Es una moneda única que refleja el final de las guerras cántabras, periodo histórico en el cual fue acuñada como medio de pago para los soldados del emperador de Roma, Octavio Augusto, que estableció un campamento militar en la ciudad y fundó Lucus Augusti en ese mismo territorio.
 
A lo largo de la historia se han acuñado muchísimas monedas en Gallaecia. Tras las de la caetra, que datan de la época galaico romana, llegaron los primeros numerarios galaico suevos. Estas piezas fueron creadas bajo el poder de los suevos en los territorios que anteriormente ocuparon los galaico romanos. 

Tiempo después, fueron los visigodos los que conquistaron Gallaecia tras derrotar a los galaicos suevos. En esta época germánica es en la que más monedas se emiten en este territorio. Sin embargo, "es imposible decir con exactitud cuántas monedas se acuñaron", indica Núñez. En el caso de las visigodas tienen la marca Lucus para especificar su origen y se acuñaron desde el reinado de Leovigildo, primer rey peninsular visigodo, hasta el tercer tercio del siglo VIII.

Más tarde, en la Alta Edad Media, Gallaecia pasa a ser el Reino de Galicia y adquiere relevancia en el Camino de Santiago. Incluso nace la ceca más importante que tuvo Galicia, la de A Coruña. En cuanto a los límites de una época histórica y otra, Laureano Fernández, como experto en arqueología, resalta que "son difusos e indicativos".

Es destacable también el dinero de vellón, una alineación de cobre y plata, pieza básica del sistema monetario hasta el siglo XIII. Se trata de una moneda muy genérica, donde algunas piezas tienen una marca L para identificar su emisión en la ciudad de Lugo. Acerca de la última moneda acuñada legalmente en Galicia, Fernández afirma que fue en el año 1868, durante el reinado de Isabel II. Se denominaban maravedís y se crearon en la ceca de Jubia (Neda).

Con respecto a la repercusión de las monedas, Pablo Núñez Meneses afirma que "todos los ejemplares son importantes porque hacen testimonio de lo ocurrido en el pasado". "Lo que se evalúa de la moneda es la rareza, por este motivo el sestercio es una moneda muy valiosa debido a que se trata de una pieza enigmática, con un gran tamaño y solamente hay tres en el mundo. A nivel histórico toda moneda, por muy pequeña que sea, tiene siempre relevancia histórica". 






Fuente: Raquel Montoro - el progreso.es