Unos trabajadores encuentran la moneda más extraña de todo el Imperio romano

Unos obreros, que se encontraban realizando obras de reparación en la carretera A-14 de Reino Unido, hallaron una moneda de Leliano, un emperador que solo gobernó dos meses.

La extraña moneda de Leliano, una reliquia muy difícil de encontrar. (CC)

Una aguja en un pajar: eso es lo que unos obreros de Reino Unido se han encontrado cuando estaban realizando obras de reparación en una carretera, un descubrimiento no solo único, sino que los expertos denominan como "extremadamente extraño". Y es que, cuando han levantado el asfalto para reacondicionar el tramo vial, entre varios elementos de incalculable valor se han dado de bruces con una moneda romana realmente excepcional.

En plena obra de la A-14, de repente un pequeño trozo de metal comenzó a brillar bajo el sol. Pronto, los trabajadores se acercaron hasta él, para tratar de descubrir de qué se trataba: cuando pudieron cogerlo, vieron que era una antigua moneda. Cuando las autoridades llegaron hasta la zona, pronto entendieron que lo que tenían entre manos era una verdadera joya: una pieza de la que solo se han encontrado dos unidades en todo el mundo por su rareza.

Se trataba, ni más ni menos, que de una moneda romana, datada en el siglo III. Pero la gran curiosidad es que no se trata ni de un gran emperador ni de uno de esos hombres que pasaron a la historia por su liderazgo en el Imperio romano sino, simplemente, de un personaje que estuvo de paso: Ulpius Cornelius Laelianus, o lo que es lo mismo, de Leliano, un emperador que gobernó durante poco menos de dos meses en el año 269 antes de ser asesinado.

Poco se sabe de Leliano, solo que fue un oficial veterano que regía Baja Germania hasta que se rebeló ante el emperador Póstumo. Murió poco antes de cumplir dos meses en el cargo, sin saber si fue a manos de sus propios soldados o por los fieles seguidores de Póstumo. Pero en ese corto periodo de gobierno tuvo tiempo para mandar acuñar sus propias monedas, de la que ahora se ha conseguido recuperar la segunda unidad en todo el mundo.

Se trata de un áureo en el que aparece grabado su nombre, acompañado de su cara con una corona de laurel en la cabeza. Es la segunda moneda de Leliano que se encuentra y, curiosamente, ambas en Reino Unido: "El hecho de que una haya llegado a las costas británicas demuestra una eficiencia notable y hay muchas posibilidades de que Leliano ya hubiera sido asesinado cuando esta moneda llegó a Cambridge", indica Julian Bowsher, del Museo de Arqueología de Londres, a la BBC.

Aunque dos meses de gobierno fueron suficientes para mandar diseñar sus propias unidades monetarias, no se trata de un periodo tan grande como para crear un volumen elevado. Es más, los siguientes emperadores incluso podrían haber mandado fundirlas para volverlas a crear con su propia efigie.


Un mamut y cerveza

Las obras de la carretera A-14, que une Cambridge y Huntingdon, han sacado a la luz otros increíbles descubrimientos. En solo 33 kilómetros de reparaciones se han hallado: la moneda de Leliano, otra moneda francesa del año 57 antes de Cristo, restos de un mamut lanudo de la Edad del Hielo, evidencias de la elaboración de cerveza durante el siglo V y construcciones similares a Stonehenge, pero de menor tamaño.





Los portugueses descubrieron Australia 300 años antes de la llegada del Capitán Cook

Oficialmente, el británico James Cook fue el primer europeo en desembarcar en tierras australianas en 1770. Sin embargo, varias monedas descubiertas en las australianas Islas Wessel han sido identificadas como incusas de la isla de Kilwa Kisani, uno de los puertos más importantes de la actual Tanzaniadurante el medievo. Ello indicaría que navegantes lusos alcanzaron el mayor territorio de Oceanía en el siglo XVI.

Imagen de un cuadro en el que se ve al Capitán Cook tomando posesión de Nueva Gales del Sur. 
Hulton Archive (Getty Images)

Utilizando el método de carbono, el arqueólogo Mike Hermes ha establecido que las monedas fueron acuñadas a final del siglo XV y, con esta anomalía confirmada, el investigador afirma que queda demostrada la teoría que los navegantes portugueses descubrieron Australia 300 años antes que los ingleses.

Entre los siglos IX y XVI Kilwa Kisani era uno de los puertos más importantes de noreste de África, un sitio donde comerciantes africanos y árabes intercambiaban oro, marfil, joyas, especies y esclavos.

En 1499 el navegante portugués Pedo Álvares Cabral –eventual descubridor de Brasil– visitó la isla, y a su vuelta a Portugal habló extensivamente de la riqueza de esa tierra. Su descripción resultó fatal para el puerto comercial, pues hizo que otros se interesasen por ella, entre ellos Vasco de Gama, quien invadió y saqueó el puerto en 1502. Cuando se marchó, dejó un destacamento de tropas cuya única misión era cobrar un tributo anual al sultán de Kilwa Kisani, y cuando éste se negó a entregar el pago en 1505, los soldados portugueses se vengaron destruyendo la ciudad y edificando una fortaleza sobre sus ruinas.

En sus sucesivos saqueos de Kilwa Kisani los navegantes lusos se hicieron con enormes cantidades de la divisa descubierta en las Islas Wessel cinco siglos después. Dado que los portugueses alcanzaron Timor en 1514, el arqueólogo Hermes razona que estos mismos navegantes también llegaron a las islas australianas –a apenas 150 kilómetros de distancia– en la misma época, y cita a las monedas halladas como evidencia física de ese primer desembarque europeo.

Moneda Kilwa descubierta en la isla de Wessel - Edad Media, aprox. año 1400.

“Sólo se han descubierto monedas Kilwa en la actual Tanzania, la Península Arábica y las Islas Wessel. Esa distribución da mucho que pensar”, afirma Hermes en declaraciones a The Guardian.“Ahora mismo son las monedas más antiguas halladas en tierras australianas, y bien podrían obligarnos a replantearnos cómo vemos la historia de éste país”.

En Portugal el hallazgo se ha visto como motivo de orgullo adicional para un país obsesionado con sus “héroes del mar” de antaño. Bartolomeu Dias fue el primero en alcanzar el Cabo de Buena Esperanza, Vasco de Gama el primero en llegar a la India, Álvares Cabral el primero en avistar Brasil, Francisco Zeimoto el primero en desembarcar en Japón. Contar también con el descubrimiento de Australia es la guinda del pastel.

Indicios decimonónicos

Las monedas dan peso físico a una teoría que circula desde el siglo XIX, cuando varios historiadores avanzaron la teoría del descubrimiento luso de la actual Australia.

El llamado Mapa de Dieppe, elaborado a mediados del siglo XVI con testimonios de marineros lusos, incluye una masa de tierra denominada “Java la Grande” que historiadores decimonónicos identificaron como la costa oriental de Australia.

Otros basan sus teorías en el testimonio del historiador renacentista João de Barros, quien afirma en sus memorias que el navegante portugués Cristóvão de Mendonça lideró una expedición a “las islas doradas más allá de Sumatra” que resultaron ser el norte de Australia y la isla norteña de la actual Nueva Zelanda. Los creyentes de esta teoría afirman que los documentos relacionados con esa expedición –cuya historia supuestamente fue suprimida porque habría violado los términos del Tratado de Tordesillas– se perdieron en el Terremoto de Lisboa de 1755, en el que ardió el equivalente luso del Archivo General de Indias.


Sin duda el elemento más intrigante para quienes apoyan la teoría es un texto litúrgico portugués de 1580 que incluye un dibujo de un animal que parece ser un canguro. Descubierto en 2014, el manuscrito también incluye el dibujo de dos hombres desnudos que podrían representar aborígenes australianos.







Fuente principal: cadenaser.com

El desconcertante hallazgo de antiguas monedas españolas en el desierto de Utah


Un excursionista ha encontrado supuestamente en un parque nacional del sur de Utah, en Estados Unidos, dos monedas españolas que podrían remontarse a antes de la llegada de los conquistadores españoles al lugar, e incluso antes del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Aún no ha sido confirmado el origen ni la antigüedad de las monedas, pero se cree que la mayor coincidiría con las que fueron acuñadas en 1660 en Madrid y la menor, con monedas de la década de 1290.


«Esto es muy emocionante», dijo el arqueólogo Brian Harmon, del servicio de parques, al diario Deseret News. «Nunca he visto nada como esto en mi carrera».

El Servicio de Parques Nacionales lleva tratando de responder a la pregunta de qué hacían en el parque Glen Canyon de Utah estas monedas, en el caso de ser auténticas, desde que el excursionista de Colorado notificó su descubrimiento en el lago Powell el pasado septiembre. Los funcionarios del parque mantienen en secreto la ubicación exacta del hallazgo ante la posibilidad de que en el lugar puedan encontrarse más piezas y también han tenido ocultas las dos monedas, hasta que la prensa local tuvo conocimiento de ellas.

Actualmente se encuentran en los archivos del parque Glen Canyon, en Page (Arizona). La técnica del museo Lisa Riedel cree que una es probablemente de plata y la otra de cobre, según señaló a Deseret News.

El hombre de Colorado, que entregó las monedas al servicio de parques, investigó por su cuenta en internet y descubrió el origen español de estas antiguas monedas. Desde entonces, el servicio de parques está contactando con expertos en monedas antiguas para poder corroborar si son auténticas y si las conclusiones del descubridor son correctas.


Primera expedición de 1776



En el caso de que se confirmaran ambos extremos, la perplejidad será mayúscula. La primera expedición española documentada en esta zona de Utah fue la que dirigieron los sacerdotes Atanasio Domínguez y Silvestre Vélez de Escalante en 1776, pero se sabe que éstos nunca se acercaron al lugar donde se encontraron las monedas, cerca del conocido como «Halls Crossing Marina» en el Lago Powell.

Se trata de una zona popular entre los turistas, que en el pasado ha estado sumergida, sobre todo en las décadas posteriores a la construcción de la presa de Glen Canyon, en los años 60 del siglo XX.

Para Harmon, es posible que hubiera cierta presencia española en esa área que no esté documentada, o que las monedas fueran intercambiadas con nativos americanos por los primeros exploradores españoles.

Rory Naismith, profesor de historia medieval británica en el King's College de Londres, cree sin embargo que pueden haber sido arrojadas por un coleccionista moderno, ya que las monedas no habrían estado en circulación al mismo tiempo en España y sería muy extraño encontrar monedas de periodos tan separados en un depósito genuino. «Las monedas antiguas también eran un recuerdo favorito para los soldados que regresaban de Oriente Medio y en las dos Guerras Mundiales», señaló al « Daily Mail».

O también es posible que todo sea un engaño o simplemente basura moderna de algún tipo de baratija hecha a semejanza de antiguas monedas españolas.







Fuente: ABC.es

El Gobierno Provisional. 1868-1870

El 19 octubre de 1868, tras el derrocamiento de Isabel II, el Gobierno Provisional presidido por el Gral. Serrano y siendo ministro de Hacienda Laureano Figuerola se instituiría en España la Peseta como moneda nacional. Hasta aquel momento, en España convivían todo tipo de monedas, que pese a las reformas el caos monetario era evidente, y el Gobierno Provisional tomó medidas.

El Gobierno Provisional, en una foto de 1869.

Pese a que España no estaba adherida a la UML (Unión Monetaria Latina, creada por Francia, Bélgica, Italia y Suiza), adapto la nueva moneda a la métrica de esta unión internacional.
La primera moneda del G. Provisional se acuñó en 1868 en la ceca de Segovia. En ella aparece en el anverso la leyenda “Soberanía Nacional” y una representación del acueducto de la ciudad. En el reverso se lee “España Libre” y en valor facial (25 milésimas de escudo). Esta moneda representa un altor valor histórico para los numismáticos, ya que se trata de la última moneda acuñada en Segovia y la primera del G. Provisional. Además, es la única que no llevaría el valor facial en Pesetas. Existen menos de 10.000 ejemplares de esta histórica moneda.


26 mm. de diámetro.

Durante el G. Provisional se acuñarían monedas de 1, 2, 5 y 10 céntimos en cobre, de 0.20, 0.50, 1, 2, 5 pesetas en plata; y de 100 pesetas en oro.

Las de cobre las labraría la empresa Oeschger, Mesdach & Cia en Barcelona (teniendo una estrella de ocho puntas como marca de ceca). Destacan por su gran calidad. Están datadas en 1870, pero se seguirían acuñando años más tarde sin cambiar la fecha. Como curiosidad, estas monedas no llevarían el nombre de su patria, si no la leyenda Gobierno Provisional. Eran las primeras monedas en varios siglos de historia de España en los que no se incluía el nombre del país. A las monedas de 5 céntimos se la bautizó como las “perras chicas”, y a las de 10 como "perras gordas”. Esto se debió al león del reverso, que se asemejaba a una “perra”, posiblemente por el desgaste del continuo uso; ya que circularon desde 1870 hasta 1939 (casi 70 años) Este término se siguió usando para todas las monedas de ese valor facial. Más tarde, “perras” se usó como sinónimo de dinero.

15 mm.

20mm.

25 mm.

30 mm.

Estas monedas se siguen acuñando durante todo el Gobierno Provisional, continúan con Amadeo I, siguen con la I República y su labrado termina en 1876, con la Restauración borbónica y la vuelta al trono de Alfonso de Borbón, el hijo de Isabel II.

Como característica general, toda moneda del Centenario de la Peseta lleva dos fechas. Una en grande y en relieve, que corresponde al año de la ley que ordena acuñar dicha moneda; e incrustado en dos estrellas de 6 puntas (marca de ceca de Madrid) se halla la fecha real de dicha acuñación. Generalmente en la primera aparece un 18 o un 19. En la segunda, el año que corresponda. Otra característica son las iniciales de los ensayadores y el juez de balanza. Son dos letras para los ensayadores y una para el juez de balanza.

Las monedas labradas en oro y plata se acuñaron en Madrid. De la moneda de oro (100 pesetas) sólo hay 12 ejemplares (5 de ellos en el museo de la FNMT-RCM en Madrid). El diseño fue realizado por D. José Lozano. Por ello recibió 25.000 pesetas. El peso es de 32,25 gramos de oro de 900 milésimas. . Esta moneda es de las más valiosas de la historia reciente España, siendo valorada en casi 200.000€

36 mm.

El Gobierno Provisional acuñó en 1870 las celebérrimas monedas de 5 pesetas. Estas monedas serían los primeros duros acuñados tras el derrocamiento de Isabel II. Luis Marchioni, grabador de monedas y excelente medallista, trabajaba en la Casa de Moneda de Madrid como Grabador Principal desde 1854. Se le encarga el grabado de estos duros y sus divisores (2 y 1 peseta y 50, 20, 10, 5, 2 y 1 céntimo). Sus iniciales, LM, quedan grabadas en el exergo de todas sus monedas.

Los “duros”, adaptándose al sistema monetario de la UML, tienen un peso de 25 gramos y están acuñados en plata de 900 milésimas. En el canto lleva el lemaSoberanía Nacional, alusivo a la "Gloriosa", revolución que destronó a los Borbones.

El 20 de enero de 1870 se procede al grabado de estas piezas. Como no se disponía de cuños con la fecha 1870, se realiza un reducido número de acuñaciones con fecha de 1869. Aunque hay cierta discrepancia sobre la tirada real, los expertos atribuyen 100 ejemplares fechados en la citada fecha, tirada a la que habría que añadir 15 ejemplares en calidad "fondo de espejo", que supuestamente habrían servido como piezas de presentación al Gabinete del Gobierno. Es la pieza de plata más valiosa de todo el monetario español del siglo XIX. La pieza que se expone abajo fue subastada por la firma Cayón, y su precio de salida fue de 45.000€ y su estimación fue de 75.000. El lote quedó desierto.

A mediados de 1870 comienza la producción de los duros con la fecha real, siendo acuñadas 29.617.275 pesetas en monedas de este valor (5.923.818 piezas)

37 mm.

De 2 pesetas se acuñaron monedas en 1869 y 1870. Pesan 10 gramos y su ley es de 835 milésimas. Se las conocía popularmente por “pesetones”. En total, casi 4 millones de piezas se acuñaron en estos dos años.

27 mm.

En 1869 se ordenó hacer dos emisiones de monedas de 1 peseta. Al igual que las monedas de cobre, la peseta no llevaba el nombre de España, si no la leyenda “Gobierno Provisional”. De esta moneda sin patria se acuñaron 7 millones de piezas, mientras que de la otra emisión, apenas 370.000. Al año siguiente también se acuñaron pesetas, en este caso 4 millones.


23 mm. (Primera emisión, sin patria; con la leyenda Gobierno Provisional)


23mm. (Segunda emisión, esta vez con la leyenda España)

Entre 1869 y 1870, 500.000 pesetas en monedas de 50 céntimos salieron de la casa de moneda madrileña. Pesaban 2,5 gramos y la plata era de 835 mil.

18 mm.

En los susodichos años, se batieron 5.091 monedas de 20 céntimos, en calidad de pruebas para coleccionistas. En el primer año acuñaron 91 monedas, y en el siguiente las 5.000 restantes. Ambas son extremadamente raras, además de ser las únicas monedas de ese valor facial en la Historia numismática de España.

16 mm.

En todas las monedas de plata y cobre (a excepción de las 25 milésimas de escudo) aparece una figura alegórica, inspirada en las monedas romanas del emperador Adriano. Representaba a la matrona Hispania recostada sobre los Pirineos, a los pies el peñón de Gibraltar y sosteniendo en la mano una ramita de olivo.
El escudo presente en estas monedas se compone de los escudos de los reinos de Castilla, León, Aragón, Navarra y Granada. El timbre es una corona mural y a los lados del escudo se representan las dos columnas de Hércules con el lema Plus Ultra (Más Allá, en latín)
El Gobierno Provisional acabó con la coronación de Amadeo I de Saboya como rey de España en 1871.

Escudo de España entre 1868 y 1871.