El hallazgo de dos buzos aficionados permite descubrir una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa

Expertos de la Universidad de Alicante creen que el tesoro pudo ser escondido para protegerlo de los pueblos bárbaros que saqueaban el Imperio romano de Occidente en los siglos IV y V.


El pasado mes de agosto, los buceadores aficionados Luis Lens y César Gimeno encontraron ocho antiguas monedas en el fondo de la bahía de Portitxol, en la provincia española de Alicante, en la costa mediterránea del país. Este hallazgo dio lugar al descubrimiento de una de las mayores colecciones de monedas de oro romanas encontradas en España y Europa, según un comunicado emitido esta semana por la Universidad de Alicante.

El hallazgo fue entregado por los submarinistas a los científicos del centro educativo, dando pie a una investigación arqueológica subacuática que recuperó otras 45 monedas en perfecto estado.


La colección, presentada el 21 de septiembre en la localidad de Jávea, consta de 53 monedas de oro del período imperial romano y fueron datadas entre finales del siglo IV y principios del siglo V por los expertos del Instituto de Arqueología y Patrimonio Histórico de la universidad alicantina.

Su perfecto estado de conservación, que incluso permite leer las inscripciones, las identificó como monedas de los períodos de los emperadores Valentiniano, Valentiniano II, Teodosio I, Flavio Arcadio y Honorio, menos una de ellas que no pudo ser identificada.


Además de las monedas, los arqueólogos subacuáticos hallaron tres clavos, probablemente de cobre, y pedazos de plomo que podrían proceder del casco de un barco.

Jaime Molina, profesor de Historia antigua en la Universidad de Alicante y jefe del equipo de investigación, sugirió que el oro podría haber sido ocultado por un terrateniente local en medio de las continuas incursiones de pueblos bárbaros, en particular de los alanos, que saqueaban el Imperio romano de Occidente en esa época.






Fuente: actualidad.rt.com

Dos tesoros califales cordobeses



La moneda que encabeza este artículo corresponde al reverso de un dirham de Al Hakam II, acuñado en la ceca al-Andalus en el año 365 H. Formaba parte de un tesoro hallado en la zona oeste de Córdoba.

Si bien el hallazgo de monedas es muy habitual en yacimientos arqueológicos de cualquier época, el hallazgo de un tesorillo es un hecho de gran relevancia para la investigación histórica y numismática porque ofrece una gran cantidad de información, a modo de foto fija monetaria.

Las excavaciones arqueológicas de la parcela correspondiente al Plan Parcial O7 de Córdoba, realizadas en la última década, permitieron documentar el arrabal oeste de Córdoba, instalado en el camino a Madinat al-Zahra. Fue esta una zona densamente poblada, completamente urbanizada y dotada de instalaciones como mezquitas, zocos, baños y cementerios.

En una de las viviendas de este arrabal, se descubrió una pequeña vasija de cerámica común que contenía 370 monedas, colocadas cuidadosamente para optimizar el espacio del recipiente. Su estudio ha sido recientemente publicado por Canto, Clapés y Jablonska.

Las fechas de acuñación de estas monedas van desde el 317 H./929 d. C. al 400 H./1009 d. C. y corresponden a los cinco primeros califas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (90), Al Hakam (55), Hisam II (181) Muhammad II (36) y Sulaymān al-Must‛ain (7). A estas, habría que añadir un fragmento de dírham del califa fatimí Al-Ḥākim bi-amr Allāh.

Sus cecas de acuñación fueron: sikkat al-Andalus (1), al-Andalus (237), madīnat al-Zahrā’ (112), madīnat Fās (19) y Nakūr (1) (386-412 H. /996-1021 d. C.).

Fig. 1.- Tesoro de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba 
(tomada de Canto, Clapés y Jablonska, 2020, p. 202).

Según los investigadores, el cierre temporal del tesorillo está “absolutamente relacionado con los acontecimientos de la fitna y las destrucciones o abandonos de los arrabales occidentales de Córdoba en los primeros momentos de la guerra civil”. Las últimas monedas que contiene este tesorillo son las acuñadas por Sulaymān al-Must‛ain en el año 400 H./1009 d. C. en madīnat al-Zahrā’, donde se refugió junto con las tropas bereberes.

En la misma zona oeste de Córdoba, en la finca El Fontanar, se halló, en los años 90, otro tesoro de 764 dirhams califales. A diferencia del ejemplo anterior, no presentaba un contexto arqueológico cerrado, aunque se ubicaba en las cercanías de una mezquita y dentro de uno de los arrabales cordobeses.

Dichos ejemplares pertenecen a los dos primeros califas omeyas de Córdoba: ‘Abd al-Rahmān III (300-350 H./912-961 d.C.) y Al Hakam II (350- 366 H./961-976 d.C.). La fecha de inicio de la ocultación es del 330 H./941 d. C. y la de cierre del 365 H./975 d. C.

Los investigadores de este hallazgo, Canto y Martín Escudero, llaman la atención sobre la circunstancia de que únicamente estén representados ‘Abd al-Rahmān III y Al Hakam II, cuando es más habitual que en los tesoros de esta época también se documenten piezas de Hisam II (366-399 H./977-1008 d.C.).

Fig. 2.- Zona del hallazgo del tesoro de El Fontanar 
(tomada de Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 134).

Esta ausencia es interpretada por los autores como la demostración de que el ocultamiento se produjo en el último año de reinado de Al Hakam II, en el 366 H./976 d.C. “Resulta sugerente pensar que este conjunto pudo ser ocultado en los turbulentos sucesos acaecidos en Córdoba en el momento del nombramiento de Hisam como califa, que tuvo una fuerte oposición por parte de otros miembros de la familia omeya. Podría darse el caso de que este hallazgo se hubiese ocultado debido a dichas circunstancias en la citada fecha por un partidario de la oposición a Hisam II y que, por razones evidentes, no pudo ser recuperado” (Canto, Martín Escudero, 2007, pp. 130-131).

En la siguiente tabla comparamos los califas representados en ambos conjuntos para poder valorar el arco cronológico que nos ofrecen:



Podemos decir que el primer tesoro, a pesar de contener menos cantidad de monedas, tiene unas fechas mucho más amplias que el segundo. De tal manera, podríamos aproximar que las monedas ‘Abd al-Rahmān III circulan, al menos, hasta el gobierno de Sulayman al-Must´ain. Para confirmar esta hipótesis, sería necesario realizar un estudio mucho más amplio, en el que se incluyeran otros hallazgos monetarios realizados en contextos arqueológicos y otros tesorillos de cronología similar.

Por lo general, en el estudio de los tesoros, se entiende que reúnen moneda que está en circulación al mismo tiempo, considerando que el periodo en el que se produce el atesoramiento no es demasiado largo.

Determinar los motivos de las ocultaciones suele ser más complicado. El estudio del contexto histórico y arqueológico suele llevar a concluir que los tesoros se esconden en épocas de enfrentamientos políticos y/o militares, de inestabilidad general, en los que los dueños del dinero lo ocultan para ponerlo a salvo. Sirvan como ejemplo los dos tesoros aquí referidos, en cuyas respectivas publicaciones se pueden encontrar las referencias catalográficas de cada moneda que los componen.

El hecho de que estos hayan llegado hasta nosotros significa que los propietarios de los mismos no volvieron a recogerlos. Y aquí, ni la Historia, ni la Arqueología, ni la Numismática pueden ayudar a averiguar que les pasó a esas personas. Y, tal vez, esa sea la única pregunta que nos gustaría poder contestar.



PARA SABER MÁS:

CANTO, A.; CLAPÉS, R.; JABŁOŃSKA, W. (2020): “Un hallazgo de monedas califales en el arrabal occidental de Córdoba”; OMNI n°14 – 08/2020, pp. 199-255. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7726327

CANTO GARCÍA, A.; MARTIN ESCUDERO, F. (2007): “El hallazgo de moneda califal de Fontanar (Córdoba)”; Documenta & Instrumenta, 5, pp. 129-156. https://revistas.ucm.es/index.php/DOCU/article/view/DOCU0707110129A





Fuente: panoramanumismatico.com

Las viejas monedas de oro de la Catedral de Málaga



Este lujoso estuche con 133 monedas de oro romanas, fue el regalo del cabildo de la Catedral de Málaga, para el rey Felipe V en 1722. La mayor parte de las monedas aparecieron durante las obras de la fachada principal del templo de la capital, las cuales fueron limpiadas y restauradas por el platero Juan de Porras. En las monedas se representa a los grandes césares, como Tiberio, Nerón, Vespasiano, Marco Aurelio y Trajano, entre otros. El vicario de Ronda, el malagueño Félix Bernuy -más tarde obispo de Canarias-, fue el encargado de entregar este presente al rey, que las mandó colocar en su Real Gabinete. Forrado en el exterior con terciopelo carmesí y en el interior de raso de seda amarillo, el estuche estaba cubierto con una placa de plata calada con motivos vegetales de estilo barroco con una inscripción en latín que hablaba de las monedas encontradas en la construcción de la centenaria catedral. En 1791, esta pieza ingresó en el Monetario y Museo de Antigüedades de la Real Librería -en la actualidad, Biblioteca Nacional de España-, para más tarde constituir parte de los fondos fundacionales del Museo Arqueológico Nacional.

Catedral de Málaga

La historia nos la proporciona el académico de la Historia, de San Telmo y de la Malagueña de Ciencias Manuel Olmedo Checa.

Para ello, debemos situarnos en el año de gracia de 1722, cuando se iniciaron las obras para cimentar la que terminaría siendo la torre inconclusa de la Catedral (y a estas alturas del siglo XXI el Templo Mayor sigue sin una cubierta para resguardarse de la lluvia).

Cuando comenzaron las obras se localizaron un buen número de monedas de oro romanas con las efigies de varios emperadores. Semejante hallazgo decidió al cabildo catedralicio a regalárselas al rey de España, el primer Borbón, Felipe V. La cantidad total de monedas enviadas fue de 133, una vez restauradas y limpiadas.

El regalo se presentó en un hermoso estuche forrado de terciopelo, entre otras telas.

Como recordó Manuel Olmedo, hacia 2002 o 2003 el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, el abogado y gran experto en los clásicos latinos Alfonso Canales, envió una carta dirigida a la reina Sofía, en la que le consultaba si la Casa Real conservaba en su patrimonio ese regalo malagueño. La Casa Real contestó que no.

Esta historia la recordó poco después el propio Manuel Olmedo en un recorrido guiado por la Catedral. En esa visita estuvo su primo, el abogado malagueño Antonio Checa Gómez de la Cruz, quien en una visita al Museo Arqueológico Nacional, con sede en Madrid, localizó por fin y fotografió la famosa colección de monedas romanas, con efigies de emperadores desde Nerón a Cómodo.

El hallazgo, por cierto, recuerda la importancia de la suave colina de la Catedral, bajo la cual, posiblemente, descansen los restos de algún templo romano y por qué no, los de algún templo fenicio.



Fuentes: 
malagaenelcorazón.com
laopiniondemalaga.es

Descubren un gran tesoro durante la renovación de una antigua mansión en Francia


¿Te imaginas renovar una casa y encontrar dentro de sus muros un tesoro que data del año 1645? Así lo informó la casa de remates Ivoire Angers cuando descubrió que dentro de una de las antiguas mansiones en el oeste de Francia se escondía un cofre con una suma importante de monedas de la época.

El descubrimiento de estas 239 monedas troqueladas durante los reinados de Luis XIII (1610-1643) y Luis XVI (1645-1715) se produjo en 2019 en Plozévet, una pequeña localidad de la región de Bretaña.

Allí, una pareja que compró la mansión en 2012 decidió reformar los tres edificios de la propiedad. Una gran sorpresa fue para los artesanos que hallaron un tesoro en el interior de los muros. Se trataba de una caja de metal que dentro contenía las monedas de oro.

“La caja estaba incrustada en el muro, encajada entre piedras”, aseguró el propietario de la mansión François Mion, de 63 años. Días más tarde, encontraron encima de una viga lo que debía ser una bolsa con un segundo lote de piezas.


Las monedas descubiertas incluyen luises de oro y dobles luises de oro, algunos poco comunes. Uno de ellos, acuñado en 1646, está estimado en 15.000 euros.

“Es muy poco común. Casi ya no hay en el mercado“, indicó Florian D’Oysonville, subastador en Ivoire Angers, sobre esta pieza que muestra a Luis XIV de perfil con una mechón de pelo que le cae hasta el cuello.


Según el experto, que rematará las piezas el 29 de septiembre, el tesoro puede proceder de “los ahorros de un rico comerciante o de un agricultor“.

La mitad del dinero recaudado, que se estima entre 250.000 y 300.000 euros, irá destinado a los artesanos que descubrieron el tesoro, mientras que la otra mitad será para los propietarios.