Por qué las monedas de 25 pesetas tenían un agujero y otras curiosidades numismáticas



La peseta. 134 años de curso legal. Se cumplen ahora 20 años de la fabricación de las últimas. Las planchas y troqueles que se usaban para hacerlas son piezas de museo. Un relato que arranca el 19 de octubre de 1868, cuando, tras el derrocamiento de Isabel II, el Gobierno Provisional decreta su creación y su uso como nueva unidad monetaria. 

La peseta, como el resto de pecunias, además de su impronta en la historia, deja protagonistas que influyeron en ella. La primera en ser acuñada, por ejemplo, fue grabada por Luis Marchionni, que en ese momento ocupaba el cargo de grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid. La pieza nació con la leyenda de 'Gobierno provisional' en lugar de 'España' en el anverso y el autor se inspiró en las monedas del emperador Adriano eligiendo una personificación de Hispania recostada sobre los Pirineos.


Años más tarde, la representación de Hispania dejará paso definitivo a la efigie real correspondiente a cada época, algo que perduró hasta nuestros días con la única excepción de la república. Gregorio Sellán se encargó del retrato de Alfonso XII y los dos primeros de Alfonso XIII y Manuel Marín sería el grabador jefe durante la época de Franco.


Dentro de ese selecto grupo de autores que pasarán a la historia de nuestra numismática está Alfonso Morales Muñoz, el actual grabador jefe del Departamento de Grabadores de la FNMT, con una larga trayectoria a sus espaldas en el que destacan varios premios internacionales. 

"Las monedas son redondas por un sistema práctico a la hora de llevarlas encima, si no fueran así podrían perforar con las aristas los bolsillos, las carteras monederos o las bolsas", afirma Alfonso, que al ser preguntado por países destacados en este campo explica por qué la historia no determina cuáles han sido los mejores en este campo: "Las monedas han sido acuñadas por los más poderosos de cada época: Grecia y Roma en la antigüedad y España tuvo un auge muy importante cuando se descubrió América, momento en el que la moneda de ocho reales pasó a utilizarse en muchos países que fueron descubriendo, además de ser la más importante en todas las transacciones comerciales de Oriente y el antecedente del dólar. No hay ningún país o diseño que destaque sobre los otros porque todos son fruto de su tiempo".


Volviendo a las dudas más sencillas, la inmensa mayoría de los españoles nunca llegamos a saber por qué se decidió hacer una moneda con un agujero en medio. El origen de las 25 pesetas que todos recordamos tiene lugar en el cambio en el sistema monetario español que se realizó en 1990, ya que hasta ese momento convivían en circulación efectivo muy diferente de la época de Franco y de Juan Carlos I. Según nos explica el grabador y profesor Morales Muñoz, en ese año se decidió proyectar un 'cono monetario' (que la moneda de menos valor fuera la de diámetro más pequeño y la de mayor valor tuviera el diámetro más grande). "Cuando se empezó a diseñar todo el nuevo sistema monetario se tuvo que decidir las características técnicas de cada pieza. En la moneda de 25 pesetas se adoptó la acuñación con agujero central para hacer un guiño histórico u homenaje a la moneda de 25 céntimos española de 1927, que fue la primera moneda española acuñada con agujero".

 

Las españolas no son ni mucho menos las únicas monedas con agujero que se han acuñado: la Dinastía Qing en China, la Alemania Nazi o Japón, Fiji, Grecia y Dinamarca también en el siglo XX son alguno de los muchos ejemplos, que se pueden remontar muchos siglos atrás más. Además de para dificultar su falsificación, las primeras pecunias perforadas conocidas en la antigüedad sugieren que su diseño estaba pensado para transportarlas unidas a una cuerda y no perderlas.


Surgen entonces con estas pesetas la misma duda que con los donuts, ¿se hacen redondas y luego se perfora el agujero? Alfonso Morales Muñoz tiene también la respuesta: "Se acuñan con dos troqueles (anverso y reverso) y un cospel. El cospel es el disco liso con la forma de la moneda antes de ser acuñada, por tanto, la moneda se acuña con el agujero hecho".

Para el grabador jefe de la FNMT el diseño de una moneda es un mensaje que se acuña en el momento que se realiza: "Se trata de escribir un mensaje y meterlo en una botella y lanzarlo al mar, para un grabador el mar es la comunidad que utiliza las monedas, la peculiaridad que tiene es que en algún momento y algún lugar alguien de la comunidad mirará la moneda (abrirá la botella) y leerá el contenido del mensaje sin que el propio grabador sepa que está sucediendo. Para mí eso es lo más emocionante".

¿Cuál es el proceso para diseñar el grabado de una moneda? ¿Quién decide qué temáticas aparecen en cada una de ellas y cada cuánto se cambia? Alfonso explica que el proceso se iniciaba preparando varias propuestas partiendo de un tema sugerido, que suelen tener relación con el momento en el que se realizan o con la conmemoración de un hecho relevante: "Con las propuestas realizadas por el equipo de grabado, la comisión de diseño decide cuál es la más acertada en cada momento. Son procesos que dependen mucho de los integrantes de las comisiones de los diseños y del momento en que suceden". No existe además un tiempo definido para cambiar el diseño de una moneda.


¿Y qué pasa ahora con los euros? ¿Decidimos algo desde España? El diseño de las monedas euro tiene un protocolo establecido en la Comisión Europea por el cual no se podían cambiar los diseños entre el año 2000 y 2010. "A partir del 2010 todos los países tienen permiso para cambiar el anverso o cara nacional solo en la moneda de dos euros (el anverso del euro es la cara nacional, que es diferente según el país emisor). En el caso de España todos los años desde el 2010 realizamos un diseño nuevo en la moneda de dos euros con un tema o motivo que se quiere conmemorar". Además, en nuestro país, igual que el resto de los países de la zona euro que fabrican moneda, el Banco Central Europeo nos asigna una cuota específica de fabricación, que determina nuestra labor en ese apartado.

Para terminar, le pedimos a Alfonso una recomendación de una moneda histórica que le haya sorprendido. "No puedo mencionar ninguna en concreto, igual que las mencionaría todas o casi todas. Podría decirte como curiosa e interesante el As de Nimes en Francia. Una moneda del año 31 antes de Cristo que me parece fantástica".











Fuente: elconfidecial.com

Descubren una rara moneda de plata de hace unos 400 años en un antiguo emplazamiento colonial en EE.UU.

 


Un grupo de arqueólogos estadounidenses descubrió en el estado de Maryland una moneda de hace unos 400 años en el interior de lo que cree son los muros del fuerte de Santa María, uno de los primeros asentamientos construidos por los colonos ingleses al llegar al territorio americano.

La moneda encontrada, detalló recientemente el Museo Histórico de la Ciudad de Santa María, es un chelín de plata con la efigie del rey Carlos I, que habría sido acuñado en la Torre de Londres durante el siglo XVII. A pesar de no contar con una fecha específica, gracias a una marca del fabricante, impresa en ambas caras, los investigadores han logrado concluir que fue hecha entre 1633 y 1634.

Desde la década de 1980 varios estudiosos han intentado localizar el sitio en donde fue construido el fuerte de la ciudad de Santa María sin éxito. Sin embargo, un estudio geofísico realizado hace unos años reveló la existencia de una gran estructura con empalizadas, la cual se sospecha pertenece al edificio colonial.

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Representación del fuerte colonial de la ciudad de Santa María
Historic St. Mary's City/ Jeffrey R. Parno

Según explicó esta semana Travis Parno, director de investigación y colecciones del museo, el hallazgo de la moneda sugiere que los restos subterráneos de la estructura donde fue localizada pertenecen al primer fuerte construido por los colonos en 1634.

"Es una herramienta de datación clave que sugiere que se trata de un yacimiento de principios del siglo XVII [...] tenemos una gran cantidad de artefactos que realmente nos indican una fecha de principios del siglo XVII, por lo que encontrar una moneda que lo fije en un período muy temprano es realmente útil", comentó Parno, recoge LiveScience.

Durante los últimos tres años, los científicos han desenterrado del sitio una serie de fragmentos de objetos elaborados de un gres distintivo procedente de Francia y Alemania, conocido como 'cerámica Rhenish', piezas de alfarería de Surrey proveniente de Inglaterra, así como proyectiles de plomo para mosquetes. Todo esto es una evidencia arqueológica que respalda la idea de que el sitio fue habitado por los primeros colonos europeos que se asentaron al norte del actual territorio de EE.UU.



Dólar Morgan. La moneda americana más conocida, a la que da nombre un inglés



Cuando tenemos en nuestra mano un dólar Morgan, no podemos imaginar lo azaroso de su diseño, y la curiosa historia personal que hay tras esa icónica moneda americana.

El nombre de Morgan procede de su diseñador, George T. Morgan, de origen británico. Nació en Bilston, Staffordshire , Inglaterra, en 1845. Cursó sus estudios en la Escuela de Arte de Birmingham. Morgan fue contratado en Londres por la Real Fábrica de Moneda Británica (British Royal Mint), en donde trabajaban los hermanos J.S. y A.B. Wyon, cuya familia había dado varias generaciones de grabadores a la fábrica de moneda, por lo que el ascenso de Morgan estaba complicado.

Mientras tanto, el director de la Fábrica de Moneda de EEUU en Philadelphia intuía que había que hacer cambios en los diseños de las acuñaciones.
H.R. Linderman, director de la Fábrica de Moneda en Philadelpia, envió una carta a su homólogo en Londres, Charles W. Fremantle en 1876. Estaba preocupado por la escasa aceptación que los actuales diseños de las monedas tenían entre la población. En su misiva comentaba que no estaba seguro de que la tecnología y el estado del arte en Estados Unidos, en relación a la actividad de los grabadores, estuviera a la altura de la elegancia y tecnología de las piezas británicas, por lo que le solicitaba una persona que estuviera capacitada, con entusiasmo, conocimientos, y con aptitudes artísticas, dispuesta a formar parte de la Fábrica de Moneda , como asistente de grabador. Literalmente buscaba un “first class diesinker” que viene a ser un número uno entre los grabadores de cuños para hacer medallas y monedas.

George T. Morgan

El señor Fremantle pensó inmediatamente en Morgan, y lo describió en su respuesta como “un hombre joven, de 30 años, sociable y caballeroso, modesto y educado, lo que hace de él un compañero agradable”. Fremantle añadía que ceder a Morgan era una pérdida tanto para él, como para la propia Royal Mint, pero al haber grabadores de gran trayectoria familiar en la fábrica, su crecimiento profesional se iba a ver truncado, por lo que si Morgan aceptaba el cargo de asistente de grabador, aun estando sobrecualificado para ello, sería una “valiosa adquisición” para los Estados Unidos, como profesional y como artista y tendría posibilidades de prosperar. Con la respuesta del director de la casa de moneda inglesa, se adjuntaba una carta manuscrita del propio George T. Morgan, en la que se presentaba a sí mismo. 

La idea era que Morgan se incorporara, y ocupara un espacio en el lugar de trabajo que hasta ese momento era exclusivamente usado por los Barber (padre e hijo). De hecho, la idea era que el Sr. Barber padre se retirara tras el período de prueba de seis meses de Morgan, y le dejara su espacio de trabajo. Era conocido por el director que los Barber tenían una empresa de grabadores además del trabajo que desempeñaban para el gobierno, y a menudo utilizaban horas de trabajo e instalaciones del gobierno para sus asuntos privados. Con la incorporación de Morgan, Barber padre sería inducido a retirarse, y a dejar su lugar de trabajo a Morgan. Barber padre se podría dedicar a su empresa privada, su hijo seguiría con el trabajo para el gobierno, y Morgan tendría su espacio.

El 27 de septiembre de 1876 George T. Morgan embarcó en el Illinois, que zarpó desde Liverpool, y 12 días después llegó a Philadepia. En el primer encuentro de Linderman con Morgan, le apuntó las ideas que tenía sobre lo que debía ser el diseño de la moneda de plata, con una cabeza femenina representado a la libertad, y un águila fuerte en el reverso. Pero este diseño no se haría realidad hasta dos años más tarde.


Barber padre vió como una amenaza a la sucesión de su hijo en el cargo de jefe de grabadores el hecho de que se trajese a un foráneo como asistente. Por ello Barber padre no se retiró. Siguió ocupando su oficina, junto con su hijo por lo que Morgan tuvo que trabajar en una habitación. Linderman ordenó a Barber que le proporcionase a Morgan espacio para trabajar, pero Barber lo fue retrasando, y la realidad es que la mayor parte del trabajo de Morgan lo llevó a cabo en habitaciones de huéspedes, en donde se alojaba. Finalmente Barber le habilitó espacio en la casa de moneda de Philadelpia para trabajar. Sus primeros diseños de monedas durante sus inicios en la Casa de Moneda de Filadelfia estaban destinados al medio dólar.

Morgan se matriculó en la Escuela de Bellas Artes, para conocer más sobre las artes y la estética americanas. Además quería ver el aspecto de la mujer americana, porque el tenía la idea de representar la imagen en sus dibujos, de una mujer real, y no seguir con el estereotipo griego. En 1878 se promulgó la ley Bland – Allison, por la que los Estados Unidos demandaban la acuñación en plata de entre 2 y 4 millones de dólares al mes. Esto serviría a los intereses de las minas de plata, en un momento en el que el precio de este metal había ido cayendo en picado, y por otra parte, se favorecía la inflación, que se quería utilizar como acicate económico, para incentivar el consumo, y mejorar la economía agraria.

Linderman había intuido la necesidad de hacer una nueva moneda ya en 1877, antes de saber que lo se iba a producir 1878. Para ello solicitó a Morgan y a Barber que diseñaran una moneda de dólar, y les advirtió de que se quedaría con uno de los dos diseños. Morgan partió con ventaja puesto que Linderman le había sugerido que profundizara en un diseño de los suyos del medio dólar. A Barber le dio libertad absoluta para que presentara el diseño que quisiera.


El perfil más famoso

Morgan, en la escuela de bellas artes, había conocido a Thomas Eakins, que a su vez le presentó a Anna Willes Williams, profesora infantil. Tras arduos esfuerzos, Morgan la convenció para que posara para él, para hacer los bocetos de la cabeza de la libertad, que iba a ser propuesta a Linderman para su moneda de plata. Se dice que Morgan comentó que “el perfil de Anna era el perfil más perfecto que jamás había visto.” Se hicieron los bocetos en 5 sesiones, posiblemente en casa de Thomas Eakings y se guardó un gran secreto, puesto que no estaba bien visto que una señorita posara sola para un artista.

Anna Willes Williams no quería perder su trabajo. Se sabe que unos años después, en un periódico local un reportero descubrió la identidad de la modelo de la moneda de 1 dólar, y Anna perdió su trabajo por esa causa. Afortunadamente, se volvió a colocar en Philadelphia, en otro colegio, viviendo tranquila hasta 1925, año en que falleció. Casualmente fue el mismo año del fallecimiento de Morgan.


La moneda

Llegó el momento de presentar los bocetos al director. Numismáticos de la época preferían el diseño de Barber, pero Linderman eligió el de Morgan, con el retrato de Anna como la Libertad en el anverso, y el águila en el reverso. Las primeras piezas no salieron perfectas. Los cuños tenían algunos desajustes. Hubo que incluir algunos cambios. Adelgazar un poco la efigie de la Libertad. Cambiar el número de plumas de la cola del águila del reverso, puesto que en la tirada inicial dicha cola tenía 8 plumas, y según los ornitólogos, es sabido que las águilas en la cola tienen siempre un número impar de plumas, con lo que se redujo el número a 7. Hasta el tercer juego de cuños no quedó perfecto debido a que se estaban haciendo las modificaciones sobre las planchas originales, y se podían ver en relieve más bajo las 8 plumas. El diseño de Morgan del dólar de plata se utilizó desde 1878 hasta 1904, y de nuevo en 1921, antes de ser reemplazado por el dólar Peace.



Las cecas que acuñaron el Morgan fueron CC (Carson City, Nevada, D (Denver, Colorado), O (New Orleans, Luisiana), S (San Francisco, California), Sin marca (Filadelfia, Pennsylvania). Donde más éxito tuvo fue en el sur, entre la población que había sido esclava. Daban valor a que el dinero “pesara”. Sin embargo en el norte estaban más acostumbrados al peso de la plata y tuvo menos repercusión. Aunque consiguió ese triunfo, su carrera no despegó del todo. Su benefactor, Linderman, cayó enfermo y abandonó la casa de moneda de Philadelpia. Barber padre siguió siendo el jefe de Grabadores, hasta su muerte, y fue sucedido en el cargo por su hijo. Morgan llegó a ser el responsable de grabadores, a los 72 años, en 1918, lejos ya de su época de esplendor en los diseños y grabados de monedas y medallas.

Sin embargo ha pasado a la historia de la numismática mundial, gracias a su dólar Morgan, la moneda americana más conocida en el mundo, a la que da nombre un inglés.


En esta imagen vemos una pieza diseñada por Barber y Morgan. El anverso, con la imagen de Colón, realizado por Barber, y el reverso, con una idealización de una de las carabelas, sobre el mundo, llevado a cabo por Morgan. Se acuñó como conmemoración de la Exposición que celebraba el 400 aniversario del descubrimiento.


Leyendas de las monedas

Anverso: 

Alegoría de la Libertad representada de perfil a izquierda, con el clásico gorro frigio , una corona de ramitas de algodón y trigo y una tiara con la leyenda “LIBERTY”. Sobre ella, el lema en latín “ E PLURIBUS UNUM “ , uno de los primeros lemas nacionales de los Estados Unidos que deriva de la Guerra de la Independencia americana y que significa «De muchos, uno». La fecha abajo y a ambos lados de esta, las 13 estrellas que representan a las 13 Colonias originales que se independizaron del Reino Unido.


Reverso:

En el centro del campo con las alas abiertas, un águila calva sosteniendo en sus garras una rama de olivo como símbolo de la paz y 3 flechas en representación de las 13 del escudo nacional de EEUU y alrededor, una corona de ramas de olivo. Bajo la corona se encuentra la marca de ceca. Sobre el águila está escrito el que es actualmente lema nacional de EEUU, “In God We Trust” que significa, «En Dios confiamos». La leyenda “ UNITED STATES OF AMERICA” en una inscripción circular y el facial de la moneda “ONE DOLLAR” flanqueado por dos estrellas en la parte inferior .










Descubierto un gran tesoro carolingio de 118 monedas de plata en Polonia

 


Un grupo de arqueólogos polacos ha sacado a la luz un tesoro de gran valor compuesto por 118 monedas datadas en el siglo IX. El hallazgo se registró en noviembre del año pasado en la cuenca de los ríos Osa y Drwęca, cerca de la población polaca de Biskupiec, en una zona que en el siglo IX perteneció al reino de Prusia.

El tesoro está compuesto por denarios de plata y fragmentos de monedas, con la efigie del emperador carolingio Luis I el Piadoso, quien gobernó entre los años 814 y 840, primero como rey y después como emperador; así como de su sucesor, Carlos I de Francia, apodado el Calvo, emperador entre los años 840 y 877.

La dinastía carolingia, que gobernó el centro de Europa a partir de la descomposición del Imperio romano en el siglo VIII, llegó a su punto más álgido en el año 800 con la coronación de Carlomagno. De las cenizas de la corona carolingia surgió el Reino de Francia así como el Sacro Imperio Romano Germánico.

El denario, introducido en la Antigua Roma, fue recuperado por los reyes y emperadores carolingios que unificaron la economía del Imperio en el año 794 por orden de Carlomagno, durante el Consejo de Fráncfort. De esta forma, se acordaron unas tasas de cambio comunes a todo el territorio, siendo los denarios las monedas de menor valor del imperio. La influencia de esta reforma económica llevaría a la creación de monedas propias para la mayoría de reinos europeos.


Los ríos en los que el botín fue encontrado, el Osa y Drwęca, son afluentes del Vístula. El cual desemboca a su vez en la laguna Vístula, donde se encontraba uno de los asentamientos vikingos más importantes de la zona, el de Truso.

La hipótesis de que pueda tratarse de un posible botín vikingo ha sido confirmada por Łukasz Szczepański, uno de los expertos del Museo Ostróda donde se expondrán las monedas: "En el siglo IX hubo un aumento de la actividad vikinga en la zona mientras tomaban parte en la invasión de Europa Occidental, al mismo tiempo, París era sitiada en el 845, y los pueblos escandinavos mantenían rutas comerciales activas con el Báltico, lo cual refuerza aún más esta teoría".

El Museo Ostróda ya ha anunciado que el tesoro se expondrá al público por primera vez a mediados de mayo.









Fuente:elespanol.com

Policía Nacional rescata una histórica moneda de oro de la Córdoba islámica


La Policía Nacional de Alicante ha rescatado una excepcional moneda de oro de comienzos del siglo VIII acuñada en Córdoba y que ha estado a punto de ser vendida en el mercado negro. Se trata de un dinar hispanomusulmán fechado en 716 o 717 d.C. de los que hasta la fecha sólo se han encontrado 24 ejemplares.

La pieza tiene una inscripción bilingüe. La Policía Nacional no aclara qué idiomas son, pero por sus características y fecha de acuñación, debe tratarse de uno de los dinares con la leyenda en árabe y latín en los que ya se cita el nombre «Al Ándalus».

Estos dinares fueron emitidos por los invasores musulmanes de la Península Ibérica apenas un lustro después de su llegada. Las tropas procedían en su mayor parte del norte de África y por ello acuñaron su propia moneda tanto en el Magreb como en Córdoba. Sin embargo, la pieza ahora hallada se corresponde con las series cordobesas, según la Policía Nacional, que presentan diferencias con las emitidas en las cecas del actual Marruecos. Por ejemplo, en su reverso (que no se ve en las imágenes facilitadas por la Policía Nacional) aparece una estrella de ocho puntas.


Estas monedas no sólo son importantes por su rareza, sino también por su valor historiográfico. El Museo Arqueológico Nacional, que conserva algunos ejemplares (también pueden verse en el mismo centro cordobés), los define como «gruesos y de aspecto tosco, que imitan a las acuñaciones bizantinas que circulaban en el norte de África».

La leyenda en latín reza «SPANIA (SPAN)» y en árabe «al-Andalus». Demuestran que el topómino, que aparece por primera vez en la historia en estas monedas y del que posteriormente derivó el nombre de Andalucía, comenzó a difundirse desde Córdoba.

Las emisiones de dinares bilingües como éste se paralizaron muy pronto, en torno al 720; de ahí procede su rareza, que las hace muy atractivas para los coleccionistas o «cazatesoros». Según el Arqueológico Nacional, a partir de ese año «se adoptó ya el modelo islámico de moneda epigráfica, creado años antes en Oriente, y se acuñaron dinares de oro y dirhams de plata de gran perfección técnica».

La valoración económica de estas monedas, de acuerdo con el portal especializado Numismático Nacional, se movía en 2014 entre los 9.500 y los 14.300 euros para los sólidos en un buen estado de conservación; en algún caso se han alcanzado los 30.000 euros por una sola pieza. Para la historiografía y el patrimonio nacional, sin embargo, no tienen precio, de ahí que la Policía Nacional se haya incautado de la pieza y haya detenido a quien la tenía en su poder con la intención de venderla a través de Internet.

Las piezas recuperadas han sido depositadas en el Museo Arqueológico de Alicante para su estudio y análisis.