Cuáles fueron las monedas más antiguas del mundo y por qué eran tan extrañas.

 


Una de las cosas que nos define como seres humanos y pensantes es el intercambio de bienes y servicios. Las primeras sociedades, como bien sabemos, comenzaron a hacerlo de la manera más simplificada posible: mediante el trueque. Después, la sociedad evolucionó y se necesitó un sistema más complejo y sofisticado, algo físico que pudiera tener el valor que quisiéramos darle: la moneda.

Pero nosotros, que en algunos casos ya ni nos acordamos de lo que eran las pesetas, no solemos pensar muy a menudo cómo sería la primera moneda de la historia. Esa que marcó el origen de todas las cosas, el huevo o la gallina primigenio. Después de ella vinieron todas las demás, ¿qué país fue el primero en cerciorarse de la lógica y la utilidad de este sistema de pago? ¿Cuándo lo imitaron los demás en un mundo pre-globalización?

El consenso general de los historiadores es que la primera moneda nació hace nada menos que 28 siglos en el reino de Lidia (actual Turquía). Esta moneda, compuesta ya por metales preciosos (oro y plata que se podían encontrar en abundancia en las minas del monte Tmolo) tenía forma de almendra y pesaba aproximadamente unos 4 gramos. Todavía hay mucho misterio en torno a ella, porque no hay certeza del valor que pudo tener, pero el nombre está claro: en su diseño se puede observar un león rugiendo. Se sabe debido a que actualmente se encuentra en el Museo Británico, y algunos calculan que probablemente una única moneda podía valer la paga de un mes, pero siguen siendo suposiciones.


Sea como fuere, aunque el consenso general es que el león de Lidia fue la primera moneda utilizada, probablemente en China (alrededor de 600 años antes de Cristo) comenzaron, independientemente, a acuñarse monedas redondas. Es curioso que dos lugares tan separados geográficamente se tomase una decisión similar, pero no es la primera vez que sucede eso en la historia de la humanidad (ahí tenemos el ejemplo de la construcción de las pirámides).

Desde Lidia hasta Grecia, el uso de las monedas por parte de los comerciantes comenzó a extenderse y los segundos decidieron acuñar sus propias monedas, y no solo eso, cuando Creso (rey de Lidia, considerado algo así como un Rey Midas de la Antigüedad porque literalmente, nadaba en oro) fue capturado por los persas en el 546 a.C, la moneda se extendió por Persia.

La expansión de la moneda lleva a que surjan distintos modelos, como es natural, algunos tan extraños que no parecen ni lo que son. Figuras relevantes en la historia, como Alejandro Magno, fueron las primeras en decorar con su rostro las aleaciones, y sentaron las bases de una moda que continúa a día de hoy. Pero también, cada país tiene una idiosincrasia diferente, incluso a la hora de acuñar eso que nos servirá para adquirir todo lo que queramos.

Es el ejemplo de la Karshapana, una moneda aparecida en India unos 600 años antes de Cristo, de la que aún no hay consenso general sobre cómo surgió. A diferencia de las monedas de Asia occidental, las primeras acuñaciones indias no eran circulares. Eran barras de metal estampadas con diseños variados. Bonitas, sin duda, son, y también un poco galácticas.


Como ya se señaló, la moneda china antigua se creó prácticamente a la vez que las occidentales, y es tan curiosa como la Karshapana. Los primeros ejemplos de las llamadas Ying Yuan se remontan también 500 o 600 años antes de Cristo. Estaban hechas de cuadrados de oro en bruto, estampados con inscripciones que indicaban la unidad monetaria o el peso de las monedas, y parecen más cuencos o cereales que lo que realmente son.

Y algo muy importante: en verano de 2021, arqueólogos que estaban excavando los restos de Guanzhuang, una antigua ciudad china del este de la provincia de Henan, descubrieron lo que (creen) es la primera ceca de la historia, en la que hace 2600 años se fabricaban en masa pequeñas monedas de bronce con forma de pala. Según la revista 'Antiquity', donde se publicó el estudio, si se confirmase, cambiaría por completo la idea de que las primeras monedas se acuñaron en Turquía, sino que habría sido, efectivamente, en China.


Y bien bonita también son las llamadas 'tortugas marinas de Egina', producidas justamente en la Isla de Egina. Sus gentes viajaron mucho y comerciaron con Lidia, y pronto se dieron cuenta de que podían usar las monedas para almacenar riqueza y optimizar el comercio, más si lo hacían con una global. Hacia mediados del siglo VI a.C, Egina se convirtió en la primera ciudad-estado griega en emitir monedas. Se extendieron por todo el mundo conocido, eran pesadas y gruesas y a menudo presentaban una tortura marina grabada en alto relieve.


Los romanos también llegaron a la conclusión de que el uso de las monedas era fundamental, y también comenzaron a acuñar las suyas propias. Como había pasado con Alejandro Magno, Julio César también inmortalizó su rostro en las monedas acuñadas en la Casa de la Moneda de Roma. El denario más antiguo se encontró en una excavación en el año 2000, en Hallaton. Estuvo en un estante en un museo durante diez años, antes de que alguien se diera cuenta de la importancia de su hallazgo. Según Tito Livio, la primera acuñación del denario se remonta al año 268 a. C. La moneda fechada de la era cristiana más antigua conocida es un denier de 1234 acuñada en Roskilde, Dinamarca.

A Europa, los billetes llegarían mucho más tarde (la primera constancia que se tiene es en Suecia en el siglo XVII, de la mano del cambista Johan Palmstruch, que los entregaba como 'recibo' para los que depositaban oro en el Banco de Estocolmo). En España, por ejemplo, llegaron durante el reinado de Carlos III en 1780, pero en realidad existían en China desde el siglo VII.

Pero no hay que olvidar que la historia de la humanidad es amplia y, como decíamos al principio, no siempre se utilizó la moneda como medio de cobro y pago. Los mayas utilizaron los granos de cacao como forma de trueque y otras civilizaciones antiguas usaban tabaco, maíz o ropa. Tampoco hay que olvidar que durante un tiempo en el Imperio Romano a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con un producto muy valioso: la sal. Servía para sazonar y evitar la deshidratación, conservaba alimentos y además detenía hemorragias. De ahí que el 'salarium' (salario) procedente del latín provenga de esta palabra.

En la actualidad, la moneda 'viva' más antigua del mundo es la libra esterlina, que según un artículo publicado en 'BBC', pese a sus lazos con lo británico, tiene sus orígenes en la Europa continental. Su nombre se deriva de la palabra en latín 'libra', que significa peso o equilibrio, a través de la construcción 'libra pondo', que significa 'una libra de peso' y con una sola se podía comprar una cabeza de ganado en el año 980, durante el reinado de Etelredo II. Las cosas han cambiado mucho desde entonces.

¿Y en la actualidad? Todo parece indicar que las monedas y los billetes tienen los días contados, sobre todo después de la pandemia. No solo por las tarjetas de crédito, sino por los pagos que se hacen con el móvil y que parecen indicar que serán la tendencia (si no lo son ya). Atrás quedaron el chocolate, la sal o las monedas acuñadas en islas con nombres exóticos. Evolucionamos, y el capitalismo lo hace con nosotros.







Fuente:elconfidencial.com

¿Conoces las dos nuevas monedas que ya están en circulación?

 


Las sucursales del Banco de España ya han comenzado la distribución y puesta en circulación de las dos monedas de 2 euros conmemorativas de tipo nacional que cada año puede emitir cada país de la zona euro.
Una de ellas está dedicada al Parque Nacional de Garajonay, espacio natural protegido en la isla de La Gomera, y la otra a la celebración del V Centenario de la primera Vuelta al Mundo, realizada por Magallanes y Elcano a bordo de la nave Victoria.

Además de estas monedas también se están distribuyendo desde hace días las monedas regulares de circulación con fecha de cuño 2022, según señala la web Numismática Visual.

La moneda conmemorativa común, que este año se emite coincidiendo con el 35º aniversario del Programa Erasmus, saldrá a circulación el 1 de julio, junto al resto de países que participan de esta emisión.


DIFERENCIAS ENTE LAS MONEDAS DE COLECCIÓN Y LAS CONMEMORATIVAS

Las monedas conmemorativas, son monedas destinadas a la circulación y de curso legal en toda la zona del euro, que cumplen las siguientes condiciones:

Tienen una cara nacional diferente de la habitual y mantienen la común.
Solo son de 2 euros.
Se permite a cada Estado miembro la emisión de dos monedas conmemorativas por año.
Tienen limitado el volumen máximo de emisión.
Se destinan a conmemorar algún acontecimiento o personalidad.
Hay que informar seis meses antes de las características de la emisión.

Por su parte, las monedas de colección deben diferir sensiblemente de las de circulación en algunos de sus aspectos.

En cuanto al color, peso y diámetro deberán tener diferentes dos de estas tres características. Además, no tendrán un canto perfilado con festón fino ni forma de flor española.

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) señala que la acuñación para moneda de colección se realiza fundamentalmente en metales preciosos (oro y plata), y se ofrece en acabados de máxima calidad.





Moneda del sufragio femenino



La US Mint (fábrica de moneda de EEUU) ha sido galardonada en la competencia internacional de premios Moneda del año (COTY) 2022 con su dólar de plata del sufragio femenino reconocido como la moneda de mayor importancia histórica.

Los Premios Moneda del Año, que comenzaron en 1984, se consideran uno de los foros de premios globales más prestigiosos entre las casas de moneda de todo el mundo. Cada año, un jurado internacional selecciona a los ganadores de diez categorías centradas en el atractivo estético y comercial, la conmemoración, la inspiración y la innovación. En última instancia, se selecciona un ganador principal entre los diez ganadores de la categoría, lo que le otorga el gran título de Moneda del año. La US Mint ganó por última vez la Moneda del Año en 2021.


El anverso del dólar de plata del centenario del sufragio femenino presenta perfiles superpuestos de tres mujeres distintas. Cada mujer lleva un tipo diferente de sombrero para simbolizar las muchas décadas que abarcó el movimiento sufragista. La figura en primer plano lleva un sombrero cloche con un patrón art déco y un botón con el año de la ratificación de la 19ª Enmienda. Las inscripciones “LIBERTY”, “$1” y “E PLURIBUS UNUM” rodean el diseño.

El reverso de la moneda presenta la inscripción “2020” que se deja caer en una urna decorada con elementos art déco para indicar el estilo artístico de la época. “ VOTES FOR WOMEN ” está inscrito dentro de un círculo en el frente de la caja. Las inscripciones “UNITED STATES OF AMERICA” y “IN GOD WE TRUST” aparecen en la urna.

La artista Christina Hess, diseñó tanto el anverso como el reverso de la moneda, que luego fueron esculpidos por la artista medallista de la Casa de la Moneda de los Estados Unidos, Phebe Hemphill.

Autorizado por la Ley Pública 116-71, Ley de la Moneda Conmemorativa del Centenario del Sufragio Femenino, el Dólar de Plata del Sufragio Femenino fue una moneda conmemorativa que se acuñó y emitió durante 2020. Se autorizó el pago de recargos por la venta de estas monedas a la Smithsonian Institution American Women’s History Iniciativa para la investigación y creación de exhibiciones y programas para resaltar la historia y el impacto de las mujeres en los Estados Unidos.







Fuente:panoramanumismatico.com

Descubren en una cueva de Triacastela (Lugo) una valiosa colección de monedas romanas.



El hallazgo se produjo en la Cova das Cabras, en el entorno del conocido yacimiento paleolítico de Cova Eirós, donde en el 2008 se descubrió el yacimiento neandertal más importante de Galicia. 

El importante conjunto de monedas romanas de la segunda mitad del siglo IV, formado por medio centenar de piezas, aparecieron en el suelo, en una cata practicada en el extremo interior de la cueva, a unos veinte metros de la entrada. 

Cata arqueológica en la Cova das Cabras, situada en las inmediaciones de Cova Eirós

Según cuenta, la importancia del descubrimiento radica en que permite documentar un nivel de ocupación, de la segunda mitad del siglo IV, que hasta ahora no estaba registrado ni en Cova Eirós ni en otros yacimientos de la zona. Además, añade, en la comunidad gallega no hay constancia del hallazgo de monedas en cuevas, sí en castros o villas romanas o en grutas del cantábrico.

Algunas de las piezas ya fueron restauradas por la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia, donde continúan ahora actuando en el resto para completar así la investigación. Tras los trabajos se pudo llevar a cabo un primer estudio numismático, elaborado por Santiago Ferrer Sierra, que permitió identificar varias de las piezas como follis de bronce pertenecientes a Constancio II (341-346 después de Cristo) y a Valentiniano o Valente (367-375).

Algunas de las monedas romanas encontradas en Triacastela. 

Según explican los investigadores que realizaron el hallazgo, las monedas aparecieron en la superficie de la cavidad y cubiertas de tierra en vez de estar guardadas en recipientes de cerámica, como ha ocurrido en otros contextos arqueológicos. Los arqueólogos suponen que las piezas fueron guardadas originalmente en una bolsa de tela o de cuero y señalan que el hecho de que apareciesen en el fondo de la cueva, en un lugar de difícil acceso, indica que fueron escondidas de forma intencionada.

Excavación en la Cova das Cabras. 

Los investigadores también excavaron una superficie de dos metros cuadrados en la entrada de esta gruta, donde encontraron restos de ovicápridos y fragmentos cerámicos. Estos evidencian la existencia de ocupaciones en la época medieval (siglos XII y XIII), como ya tienen constatado en Eirós. La Cova das Cabras, como su nombre indica, fue usada como lugar de resguardo de estos animales desde ese período hasta hace unos 40 años.

La Xunta de Galicia inició los trámites para declarar como Ben de Interese Cultural (BIC) un sestercio de Augusto, una moneda romana del siglo I antes de Cristo casi única, pues solo se conocen otros dos ejemplares en el mundo. Además, puede estar ligada a Lugo, ya que es posible que se acuñara en Lucus Augusti. La pieza está en una colección particular en la comunidad.

El sestercio de Augusto, de bronce, no presenta marcas de ceca ni de datación, por lo que la fecha de emisión y lugar de producción no están definidos. Se atribuye a Lugo, Mérida o Córdoba y a talleres móviles que acompañaban al ejército, explica la Xunta.

El sestercio de Augusto. 

El ejemplar para el que abrió expediente BIC fue adquirido en una puja en Nueva York en 1999 y publicado en monografías científicas de referencia.

Del Sestercio de Augusto solo se conoce la existencia de otras dos piezas. Una se halló en el año 2005 en unas excavaciones en Braga (Portugal) y se conserva en el Museo de Arqueoloxía don Diego de Sousa. De la segunda, que se vendió en pujas en 1968 y 1979, se desconoce su paradero actual.







Fuentes: 
La voz de Galicia
El Progreso de Lugo

Cuatro piezas españolas que pueden venderse por más de 1.000 euros

España ha tenido numerosas monedas a lo largo de su historia. Ahora, una subasta que tendrá lugar el 10 de marzo valorará cuatro notables monedas de la historia de España.


Hasta el 31 de diciembre de 2001, la peseta era la moneda oficial en España. A partir del día siguiente, 1 de enero de 2002, el euro era la moneda oficial de nuestro país, poniendo fin así a una larga tradición que duró décadas en nuestro país.

En España han existido gran variedad de monedas a lo largo de la historia. Con distintas referencias u orígenes algunas han conseguido acumular un gran valor para los coleccionistas interesados en este tipo de objetos. 

Hubo una época en la que las monedas oficiales eran los reales, e incluso nos podemos remontar a hace cientos de años, en la época de los Reyes Católicos, para hablar de la moneda de cambio que había entonces, los maravedíes. A día de hoy, todas esas monedas son consideradas auténticas reliquias.

Muchas de las monedas antiguas han tomado mayor relevancia adquiriendo un valor inimaginable para aquellos que las crearon hace siglos. Y aunque parezca una locura, no lo es. Así, el próximo jueves 10 de marzo, Monedalia se realizará una subasta con gran trascendencia dentro de este campo donde saldrán a concurso cuatro monedas y billetes históricos.

Las cuatro piezas históricas españolas

A partir del día mencionado anteriormente a las 16 horas, los interesados que se hayan registrado previamente en la web, podrán empezar a pujar. Para ello deberán demostrar unos documentos acreditativos que los habiliten a participar en la deseada subasta histórica.

Entre todas las monedas o billetes que saldrán a subasta destacan cuatro por encima del resto: 

La primera es la de 4 escudos de 1729 que fue acuñada en Sevilla ese mismo año. Esta cuenta con un peso aproximado de 13 gramos y muestra en una de sus caras el rostro de Felipe V. Cabe destacar que el precio de salida de esta moneda se sitúa en 1.000 euros lo que es muy probable que aumente debido a su gran valor histórico cuyas características únicas la convierten en una pieza muy deseada.


Otra de las monedas a destacar es una peseta del año 1884. En perfecto estado según los promotores, esta pieza cuenta con el rostro de otro monarca, Alfonso XII. Aunque su precio es inferior a la anterior moneda se espera que llegue a alcanzar los 300 euros.


Cabe destacar la moneda de 100 pesetas del año 1962. De color dorado debido a su proceso de reacuñación cuenta con un precio de salida de 1.200 euros. Gracias a su brillo original es posible que la moneda supere esa cifra holgadamente y se sitúe como referencia en el mundo del coleccionismo español.


Por ultimo, un billete de 1976 forma parte de estas piezas destacadas. Se trata de un billete de 5.000 pesetas de ese año con solamente un rasguño en la parte central que puede ser todo un objeto de coleccionista debido a su estado.