Descubren en una cueva de Triacastela (Lugo) una valiosa colección de monedas romanas.



El hallazgo se produjo en la Cova das Cabras, en el entorno del conocido yacimiento paleolítico de Cova Eirós, donde en el 2008 se descubrió el yacimiento neandertal más importante de Galicia. 

El importante conjunto de monedas romanas de la segunda mitad del siglo IV, formado por medio centenar de piezas, aparecieron en el suelo, en una cata practicada en el extremo interior de la cueva, a unos veinte metros de la entrada. 

Cata arqueológica en la Cova das Cabras, situada en las inmediaciones de Cova Eirós

Según cuenta, la importancia del descubrimiento radica en que permite documentar un nivel de ocupación, de la segunda mitad del siglo IV, que hasta ahora no estaba registrado ni en Cova Eirós ni en otros yacimientos de la zona. Además, añade, en la comunidad gallega no hay constancia del hallazgo de monedas en cuevas, sí en castros o villas romanas o en grutas del cantábrico.

Algunas de las piezas ya fueron restauradas por la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia, donde continúan ahora actuando en el resto para completar así la investigación. Tras los trabajos se pudo llevar a cabo un primer estudio numismático, elaborado por Santiago Ferrer Sierra, que permitió identificar varias de las piezas como follis de bronce pertenecientes a Constancio II (341-346 después de Cristo) y a Valentiniano o Valente (367-375).

Algunas de las monedas romanas encontradas en Triacastela. 

Según explican los investigadores que realizaron el hallazgo, las monedas aparecieron en la superficie de la cavidad y cubiertas de tierra en vez de estar guardadas en recipientes de cerámica, como ha ocurrido en otros contextos arqueológicos. Los arqueólogos suponen que las piezas fueron guardadas originalmente en una bolsa de tela o de cuero y señalan que el hecho de que apareciesen en el fondo de la cueva, en un lugar de difícil acceso, indica que fueron escondidas de forma intencionada.

Excavación en la Cova das Cabras. 

Los investigadores también excavaron una superficie de dos metros cuadrados en la entrada de esta gruta, donde encontraron restos de ovicápridos y fragmentos cerámicos. Estos evidencian la existencia de ocupaciones en la época medieval (siglos XII y XIII), como ya tienen constatado en Eirós. La Cova das Cabras, como su nombre indica, fue usada como lugar de resguardo de estos animales desde ese período hasta hace unos 40 años.

La Xunta de Galicia inició los trámites para declarar como Ben de Interese Cultural (BIC) un sestercio de Augusto, una moneda romana del siglo I antes de Cristo casi única, pues solo se conocen otros dos ejemplares en el mundo. Además, puede estar ligada a Lugo, ya que es posible que se acuñara en Lucus Augusti. La pieza está en una colección particular en la comunidad.

El sestercio de Augusto, de bronce, no presenta marcas de ceca ni de datación, por lo que la fecha de emisión y lugar de producción no están definidos. Se atribuye a Lugo, Mérida o Córdoba y a talleres móviles que acompañaban al ejército, explica la Xunta.

El sestercio de Augusto. 

El ejemplar para el que abrió expediente BIC fue adquirido en una puja en Nueva York en 1999 y publicado en monografías científicas de referencia.

Del Sestercio de Augusto solo se conoce la existencia de otras dos piezas. Una se halló en el año 2005 en unas excavaciones en Braga (Portugal) y se conserva en el Museo de Arqueoloxía don Diego de Sousa. De la segunda, que se vendió en pujas en 1968 y 1979, se desconoce su paradero actual.







Fuentes: 
La voz de Galicia
El Progreso de Lugo

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