El excepcional Tesoro de Recópolis: las 90 monedas de oro que desvelan los secretos del Reino visigodo

En el año 1944, unas excavaciones descubrieron una ciudad visigoda en buen estado de conservación, donde se encontraban diferentes materiales y un tesorillo de la época de Leovigildo.

Conjunto de monedas que componen el Tesoro de Recópolis. 
Museo Arqueológico Nacional

Ya en el siglo XIX el historiador y arqueólogo Juan Catalina García constató la existencia de unas ruinas cerca de Zorita de los Canes (Guadalajara). Aquellos restos no serían excavados hasta el año 1944 cuando, en un proyecto liderado por Juan Cabré, emergió la antigua ciudad de origen visigoda de Recópolis.

Por cada nueva iniciativa y cada milímetro que se escarbaba aparecían nuevos restos en un estado de conservación insólito. El palacio, la iglesia y las calles principales que se descubrieron, dan a conocer la rutina diaria y las relaciones comerciales de "uno de los yacimientos más trascendentes de la Edad Media al ser la única ciudad de nueva planta construida por iniciativa estatal en los inicios de la Alta Edad Media en Europa", según relataba el catedrático de arqueología de la Universidad de Alcalá, Lauro Olmo Enciso. Asimismo, era la primera vez que en España se excavaba una ciudad de la época visigoda, por lo que las expectativas por arrojar luz sobre los primeros siglos de la Edad Media eran prometedoras entre los arqueólogos.

Su relevancia no solo se remite a la complejidad de las estructuras arquitectónicas, que han llegado hasta la actualidad, sino también en los pequeños hallazgos como es el caso del Tesoro de Recópolis. El conjunto encontrado en el yacimiento está integrado por 90 monedas de oro fabricadas mediante la técnica de la acuñación y, al igual que la ciudad visigoda, se encuentra en buen estado. "El oro de la mayoría de las monedas es de buena ley, sólo en ciertos casos rebajado con plata, lo que les confiere un aspecto blanquecino. Llama la atención la presencia de una moneda falsa de época, confeccionada con cobre chapado en oro", describe el informe del Museo Arqueológico Nacional este tesorillo.

Restos de la basílica de Recópolis. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

La mayoría de estas monedas son propiamente visigodas. Por otro lado, también están presentes monedas hispanas y galas, lo cual "refleja de forma excepcional la evolución del sistema monetario propio de la Hispania visigoda hasta su culminación con Leovigildo". En el anverso, el tesorillo luce perfiles de emperadores romanos y bizantinos o rostros de reyes visigodos que confirman el comercio entre ambos pueblos enemistados.

Antítesis visigoda

La ciudad de Recópolis fue fundada en el año 578 por Leovigildo para conmemorar sus victorias y en honor de su hijo y futuro rey Recaredo. Al menos, esa es una de las teorías —otros historiadores defienden que el núcleo urbano se llamaba Rexopolis (Ciudad del Rey)—. Tal y como señala Lauro Olmo Enciso, "tenía un plano urbanístico jerarquizado como el de Constantinopla" y se realizaban todo tipo de dinámicas comerciales de productos autóctonos y mediterráneos.

El hecho es que gozó de gran auge y esplendor durante casi un siglo, funcionando como centro administrativo y económico de la región. Junto a Victoriacum, Recópolis es la única ciudad de nueva planta en la Europa occidental entre los siglos VI al VIII. Fue en ese mismo sitio, a orillas del río Tajo, donde uno de los monarcas más importantes de la España visigoda ordenó erigir una ciudad. Y fue en ese mismo lugar donde se depositó el tesoro bajo el pavimento del baptisterio de la basílica de Recópolis durante su edificación.

Moneda acuñada en el siglo VI.

Lo más llamativo de este tesoro no es su composición ni la mezcla de monedas de diferentes pueblos. Cuando los visigodos entraron en la Península Ibérica sus primeros años de reinado resaltaron por su inestabilidad política y la ruralización de la sociedad. A su llegada a Hispania en torno al año 415, los visigodos no establecieron su propio sistema monetario y ponderal, sino que adoptaron el sistema del bajo Imperio romano de Oriente, o imperio bizantino", explica el Museo Arqueológico Nacional. De hecho, continuaron utilizando el dinero romano, incluso durante todo el siglo VI.

Poco a poco, y de forma paralela, los visigodos imitaron el sistema monetario romano, acuñando sus propias monedas. Llamadas triente o triens y equivalente a un tercio de sólido áureo, será la única acuñada por ellos. Así, tras ascender en el trono, Leovigildo "establece el verdadero estado hispano-visigodo y se crea una moneda única para todo el reino, el tremís de oro, que se convierte en el elemento central de un sistema tributario, clave de la autoridad estatal".

Leovigildo, según Daniel Gómez Aragonés, "fue el primero que se sentó en el trono y utilizó vestiduras regias, hizo de Toledo una auténtica capital y fuer el primer rey visigodo que acuñó monedas con su efigie". Así lo desgrana el investigador y divulgador, académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en su libro Historia de los visigodos (Almuzara),

La conquista musulmana

Recópolis perdió progresivamente aquella importancia que ostentaba tras la muerte de su fundador. Ya no era un núcleo urbano fundamental para los visigodos y la conquista musulmana de la península únicamente prolongó su vida en un rol más secundario.


El yacimiento de la ciudad visigoda de Recópolis, vista desde una toma aérea. Cultura Castilla-La Mancha

A partir del siglo IX cayó en decadencia y la irrupción de nuevas ciudades en la zona, como fue el caso de Guadalajara o Madrid, dejaron en el olvido una urbe que, por otra parte, permaneció casi intacta con todos los tesoros ocultos bajo tierra. Recoge, al fin y al cabo, el proceso del fin de romanización para destacar el paso de los visigodos y árabes en nuestras tierras.

Tuvieron que pasar más de 1.000 años para recuperar los restos de esta ciudad tan trascendental para comprender la Edad Media y los conflictos que acaecieron en la Península Ibérica. Actualmente, y a pesar de los rebrotes que están sucediendo, el yacimiento de Recópolis está abierto al público y su visita es gratuita con cita previa. Además del recinto arqueológico, dispone de una zona de exposición y una sala de proyecciones. Por su parte, el Tesoro de Recópolis se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.







Fuente: elespanol.com

Un tesoro islámico de monedas de oro en el corazón de Israel: “Parecen enterradas ayer”

Arqueólogos en Israel han desenterrado un tesoro islámico escondido con 425 monedas de oro puro del periodo del Califato Abasí, de hace 1.100 años, informó hoy la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Una de las 425 monedas de oro halladas en una excavación 
y analizadas por la Autoridad de Arqueología de Israel (EFE)

El Califato Abasí, fue la segunda dinastía de califas (750-1258). La dinastía fue fundada por Abu-l-´Abbas al-Safar, que se proclamo califa y organizo una tenaz persecución de los omeyas. Su sucesor fue al-Mansur, quien trasladó la capital omeya a Bagdad.
“El tesoro se escondió enterrado en una vasija de barro y contiene 425 monedas, la mayoría del periodo Abasí. La persona que lo enterró, hace mil cien años, debió haber esperado recuperarlo, e incluso cerró la vasija con un clavo para que no se moviese”, explicaron en un comunicado Liat Nadav-Ziv y Elie Haddad, los arqueólogos a cargo de la excavación.

Encontrar esta cantidad considerable de monedas de oro es extremadamente poco habitual, de acuerdo a los especialistas que participaron de la investigación milenaria. “Casi nunca las hallamos en excavaciones arqueológicas. Dado que el oro siempre ha sido extremadamente valioso, se derretía y se volvía a utilizar, de generación en generación. Estas monedas están hechas de oro puro, por lo que no se oxidan con el aire, se han hallado en una condición excelente, como si se hubieran enterrado ayer”, añaden.

Shahar Krispin uno de los arqueólogos israelíes que participaron de la investigación, 
muestra una de las moneda de oro (Reuters)

El descubrimiento puede ser indicativo de que había comercio internacional entre esta zona y otras áreas más remotas.

Las monedas son de oro de 24 quilates y el peso total del tesoro es de 845 gramos, una cantidad significativa de dinero en aquellos días”.

Con esa suma, estima, su propietario hubiera podido comprar una lujosa casa en los mejores barrios de Fustat, la capital de Egipto en la época.

La mayoría de las monedas data de ese siglo, cuando el Califato Abasí se extendía desde Persia en el este hasta el norte de África en el oeste, y cuyo centro de gobierno estaba en Bagdad, actual Irak.

El tesoro escondido contiene dinares de oro, pero también unas 270 pequeñas piezas trozos de dinares cortadas para servir como monedas de cambio.

“El corte de monedas de oro y de plata fue utilizado de forma habitual en el sistema monetario en países islámicos después del año 850 aC, cuando desaparecieron repentinamente las monedas de bronce y de cobre”, explica Kool.

El tesoro fue descubierto por un grupo de jóvenes que realizaban trabajo voluntario antes de su servicio militar obligatorio, de acuerdo al diario The Times of Israel. “Fue increíble. Cavé en el suelo y cuando excavé, vi lo que parecían hojas muy delgadas. Cuando miré de nuevo, vi que eran monedas de oro. Fue realmente emocionante encontrar un tesoro tan especial y antiguo”, dijo el adolescente Oz Cohen.




Fuentes:  EFE y The Times of Israel