Hallada en Ceuta la primera moneda de época bizantina, acuñada entre los años 602 y 610



Una excavación en Ceuta ha permitido descubrir e identificar una moneda de cobre de la época bizantina –la primera que se localiza en la ciudad– acuñada por el emperador Focas entre los años 602 y 610, según ha informado este sábado el Gobierno ceutí.

El hallazgo ha sido realizado por los arqueólogos que están procesando y documentando los materiales procedentes de la excavación realizada el pasado verano en el Baluarte de la Bandera, de las Murallas Reales.

Estos expertos han identificado una moneda bizantina de cobre, un follis, acuñada por el emperador Focas entre el 602 y el 610 de nuestra era, la primera moneda bizantina identificada en Ceuta hasta el momento.

Desde que culminó el pasado verano la última campaña de excavaciones arqueológicas en este baluarte de las Murallas Reales, los arqueólogos que participaron en ella se afanan en la limpieza, documentación, clasificación y estudio de un ingente volumen de materiales arqueológicos que se siguen clasificando desde entonces. Esta moneda de cobre es la única bizantina identificada en Ceuta hasta el momento

Se trata de una pequeña moneda (su diámetro apenas supera los dos centímetros) y, como es habitual en estas piezas, la conservación es deficiente. A pesar de esto, la doctora Moreno Pulido de la Universidad de Cádiz, especialista en numismática antigua, ha llevado a cabo la lectura de las leyendas.

En el anverso de la moneda aparece una representación frontal del emperador, con corona adornada con pendientes y toga, en su mano derecha sostiene un mapa y en la izquierda una cruz. Alrededor puede leerse la leyenda Dominus Noster Focas Perpetuus Augustus (Nuestro Señor Focas Perpetuo Augusto). En el reverso se incluyen las letras XX·XX que hacen alusión a su valor: 40 nummi.

FOLLIS FOCAS 602-610

Apenas medio centenar de monedas de Focas

Hasta el momento, las monedas de este emperador en Occidente (Mauretania Tingitana, Hispania, Gallia y Britannia), incluyendo tanto las de oro como las de cobre, apenas alcanzan el medio centenar, muchas de ellas hallazgos causales que hacen difícil su interpretación. Su distribución esencialmente costera o fluvial viene a poner de manifiesto la implicación de Bizancio en el tráfico comercial marítimo y fluvial.

Por ello, el hallazgo de este follis en Ceuta, si bien no es extraño, reviste particular interés al haber sido documentado en un contexto arqueológico. Los arqueólogos han destacado que se conocen pocos datos de la biografía del emperador Focas antes de alcanzar la dignidad imperial ya que era un soldado, de origen posiblemente tracio, que desarrolló una exitosa carrera militar que le permitió ser nombrado oficial.

Aprovechando el malestar del Ejército tras las campañas a orillas del Danubio, marchó sobre Constantinopla donde derrocó al emperador Mauricio en 602. Su mandato es relativamente breve pues fue también destronado y ejecutado en el 610.


FOCAS, 12 FOLLIS, 602-610 d.C., XX CONE, Costantinopoli


¿Por qué al lanzar una moneda se da a elegir entre ‘cara o cruz’?



Existe un conocidísimo juego o apuesta que consiste en decir algo lanzando una moneda al aire y escogiendo cara o cruz. Incluso es habitual realizarlo en los eventos deportivos, donde se decide de ese modo qué equipo elige campo o saque.

Pero los antecedentes más antiguos los encontramos en los escritos de Pollux, un retórico del siglo II, quien describe un juego denominado “ostrakinda” (ostrakinda), que consiste en lanzar al aire un fragmento de concha de ostra (u otro molusco bivalvo, e incluso pequeños fragmentos de ánfora), y ver si la cara que queda hacia arriba es la oscura de la superficie externa del animal o la nacarada más clara del interior de la concha. Otro juego similar, e incluso más antiguo, es el del astrágalo, conocido popularmente como “taba”, que es un hueso corto, parte del tarso del pie. Con la taba de algunos animales, normalmente de cerdo o vaca, se practica un juego de apuestas muy simple que consiste en lanzarla al aire, ganando el jugador si queda la parte convexa del hueso hacia arriba o perdiendo si queda la parte cóncava en la cara superior,

En realidad, el juego del astrágalo sería más bien el precursor del de los dados, donde se recuperan estrictamente las leyes del azar (los primeros dados se fabricaban en hueso), y posee también un componente mágico adivinatorio (aún en uso en culturas primitivas).

Onza de Aes grave, (Roma, 269-240 a.C.) mostrando un astrágalo.

En su práctica con monedas, hay constancia de realizarse ese tipo de apuestas para decidir algo desde la época de la Antigua Roma, donde era conocido como ‘Navia aut Capita’ -Barco o Cabeza- (en algunos lugares se menciona como ‘Navia aut Caput’, con idéntico significado), debido a que la moneda tenía en una parte una cabeza humana con dos rostros y en la otra una nave y a veces, una guirnalda, y representarían sin duda la cabeza simbólica de Jano y la nave con la cual pasó a Italia esta divinidad o héroe, considerado como el primero que introdujo el uso de la moneda de metal.


En castellano las palabras “cara” y “cruz” hacen alusión a las antiguas emisiones en cobre de los monarcas Borbones de la segunda mitad del s. XVIII y del s. XIX, donde aparecía el busto del rey en el anverso y la cruz de San Pelayo en el reverso.

Carlos III - 8 Maravedíes Segovia 1773

Pero también podemos encontrar variantes más arcaicas, por ejemplo en algunas zonas rurales del País Vasco, la expresión fosilizó mucho antes bajo la forma de “leon-kastillo”, en clara reminiscencia a las abundantes emisiones de maravedís de cobre, acuñados por los monarcas de la casa de Austria durante los siglos XVI y XVII, que llevaban en una cara la figura de un castillo y en la opuesta la de un león rampante (símbolos de Castilla-León)


En la época colonial las monedas que circulaban en el Imperio español tenían obviamente la cara del emperador y en el anverso una cruz, pero cuando se produce el proceso de independencia hispanoamericana los nuevos estados, como una manifestación de su soberanía, acuñarán sus propias monedas. En ese caso al otro lado de la moneda se le llama escusón, palabra que proviene del francés medieval escuçon, cuyo significado es ‘escudo’.

Moneda de 4 Reales de 1820

En época medieval, en Francia este juego se denominó “croix et pile”, términos alusivos a la iconografía de los dineros torneses, que circularon por gran parte de Europa durante los siglos XIII y XIV, en un trágico período de tiempo marcado por la guerra y la peste en el que -como suele ocurrir en tiempos de crisis-, proliferaron todo tipo de juegos de azar. En estas monedas aparece por un lado la cruz y en el otro, el denominado “castillo tornés” simplificado en forma de triángulo, y que recuerda al cuño de anverso o “pila” utilizado en el proceso de fabricación de la moneda, y la expresión francesa “n’avoir ni croix ni pile” podía traducirse por nuestra popular frase de “estar sin blanca”, es decir sin dinero.

Carlos II de Navarra - Imitación del “dinero tornés” de Francia, muestra por una cara la cruz, y por la otra la “pila”.

Los ingleses también llaman a esta práctica como ‘Cross and Pile’, debido a que en muchas monedas, antiguamente, eran acuñadas con una cruz en un lado y una columna (pilar) en el otro. También se conoce en el mundo anglosajón como ‘Heads or tails’ (de idéntico significado que el dado al que realizaban los romanos, aunque su traducción literal es ‘cabeza o cola’).

En otros, describe las características de las actuales monedas. Como en el caso de México donde los lados de la moneda se llaman "águila" o "sol" ya que una cara de la antigua moneda de 20 centavos (la más usada en el volado como también se le llama al lanzamiento) tenía el águila del Escudo de México mientras que la otra cara tenía la pirámide del sol de Teotihuacan con un gorro frigio del que salían rayos como de un sol.


En otros lugares del planeta, por poner unos pocos ejemplos, se le llama ‘testa o croce’ (cabeza o cruz) en Italia; ‘pile ou face’ (columna o cara) en Francia; ‘cara o sello’ en varios países de Hispanoamérica.

Cabe destacar que desde hace varias décadas, cada vez son más los países que acuñan sus monedas en las que no aparece ninguna cara ni escudo o cruz en alguno de sus lados, pero de todos modos se ha mantenido la misma denominación para esta práctica.

Como dato curioso, el uso de una moneda para determinar en qué mitad del terreno de juego jugará cada equipo es obligatorio.


La primera línea de la regla ocho del reglamento establece que «se lanzará una moneda al aire y el equipo favorecido decidirá la dirección en la que atacará en el primer tiempo del partido».
Y aunque no especifica qué moneda hay que lanzar, la FIFA proporciona a sus árbitros internacionales una moneda especial con un lado azul y el otro amarillo, con logotipos de FIFA a cada lado, conocida como moneda fair play [o del juego limpio]. Dicha moneda también se utiliza en los lances del juego en el que se precise una decisión o un saque neutral.

La moneda del juego limpio se utilizó por primera vez en el partido que enfrentó a Estonia y Escocia que se disputó el 11 de febrero de 1997 con motivo de la celebración de un partido entre ambas selecciones valedero para la clasificación del Mundial de Fútbol Francia 1998. El encargado de estrenarla fue el árbitro yugoslavo Miroslav Radoman.

Algunas federaciones entregan monedas parecidas a sus colegiados y algunas tiendas especializadas crean sus propias monedas dirigidas a árbitros.







El real de a ocho



Imaginemos una moneda tan, pero tan fuerte que ya en el siglo 17 podías con ella comprar algún recuerdo al pie de la Muralla China, un plato picante en un mercado perdido del sudeste asiático, algo de tabaco o maíz en todo el continente Americano y hasta pagar un alojamiento en cualquier rincón de Europa. Esa moneda existió, perteneció al imperio español y los invito a descubrirla.

En un comienzo, el ser humano se basó en los bienes que poseía o generaba para comercializar con sus semejantes. Así nació el trueque, donde por ejemplo un pastor intercambiaba con un agricultor, su oveja por un saco de harina. Pero este comercio poseía una dificultad: ¿cómo hacía el pastor para conseguir harina si por alguna razón se había quedado temporalmente sin ovejas? La respuesta fue buscar un objeto que tuviera un valor representativo y que toda la comunidad lo aceptase. Claro que para que ese objeto intercambiable tuviera cierto valor, debía ser escaso y por cuestiones logísticas, de fácil traslado.

Las monedas más antiguas que se conocen fueron encontradas en la actual Turquía y datan del siglo 7 a.C. Las fábricas de monedas se llamaban cecas (se escribe con c) y su trabajo comenzaba con conseguir un metal de cierto valor, como oro, plata o cobre e intentar darle una forma y peso constante. Dado que por entonces el metal disponible era muy rudimentario y de calidad variable, una vez fabricadas las monedas muchas veces se les quitaba metal si excedían el peso convenido quedando sus bordes como mordidos, completamente irregulares. 


El último paso en la ceca o fábrica de moneda, era imprimirle a cada una un sello distintivo. Para esto se utilizaba un cuño, una especie de sello tallado en metal duro, que al martillar sobre cada moneda dejaba dibujado de qué fábrica había salido. Las monedas que se acuñaban en la ceca de Segovia por ejemplo, que funcionó desde épocas romanas hasta 1870, llevaron como sello la imagen del famoso acueducto de esa ciudad. Hoy en día, los cuños no son muy encontrados en el registro arqueológico, dado que cada ceca era muy celosa de este instrumento guardándolo bajo siete llaves y una vez gastados eran destruidos para no correr el riesgo de ser usados por terceros para falsificar monedas. A propósito, la palabra moneda tiene su origen en la ceca de Roma, que al encontrarse por entonces muy cerca del templo de la diosa romana Moneta, con el tiempo tomó su nombre.

Real de a Ocho 1350-1540 



Felipe II- 1500

Tras la abdicación de Carlos I en 1556, Felipe II pasó a gobernar: Castilla, Aragón, Navarra, el Franco Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, territorios en el norte de África y los territorios americanos. Durante su reinado (1556-1598) añadió las Filipinas (de ahí su nombre) y la anexión de Portugal y su imperio Afroasiático. Por entonces el Imperio español estaba en su máximo apogeo.

Felipe III - Ceca de Potosí

Durante la colonización de América, el imperio se encontró con grandes yacimientos de plata que rápidamente comenzó a explotar. Los números hablan por sí solos: en el archivo de Indias de la ciudad de Sevilla consta que tan sólo los primeros 150 años de colonización, llegaron a esa ciudad desde tierras americanas 16 millones de kilos de plata.

8 reales de plata con el escudo de los Reyes Católicos, acuñado en Sevilla. Sin fecha pero posterior a 1497.

El real de a ocho fue una moneda de plata que acuñó el Imperio español a partir de 1497. Conocido también como peso duro, de ahí el dicho “no tengo ni un duro”, su valor equivalía a 8 reales. Si bien existían monedas españolas de otros metales, al tener en sus colonias todos estos recursos disponibles de plata, fue el Real de a ocho el que comenzó a acuñarse en enormes cantidades. Si bien en un principio los españoles no quisieron trasladar las cecas a sus colonias, para el siglo 18 lo hicieron. Tal fue el rédito económico que obtuvieron, que a modo de ejemplo, las cecas mexicanas producían ellas solas en un mes, lo que producían todas las cecas de Europa juntas en un año.

Columnario-México-1770

Al estar el imperio español expandido por todo el mundo, durante los siglos 16, 17 y 18 el Real de a ocho se convirtió en la moneda por excelencia para comerciar en cualquier rincón del planeta. Incluso si bien en 1792 Estados Unidos creó su moneda nacional, el dólar, tuvo que prohibir pasados sesenta años el uso del Real de a ocho en su territorio, ya que por entonces sus ciudadanos aún seguían prefiriendo la moneda española. De hecho, se cree que el signo del dólar, esas dos rayas sobre la letra S, provienen de las dos columnas de Hércules que el Real de a ocho tenía dibujado en una de sus caras. Tras ser usado por más de tres siglos, el Real de a ocho es considerado hoy en día como la moneda de mayor uso a escala mundial de forma ininterrumpida en nuestra historia.

Un soldado israelí encuentra moneda romana de hace 2 milenios




El soldado Ido Gardi se encontraba realizando ejercicios militares en las lomas del monte Carmel cuando vio en el suelo un objeto que llamó su atención. Se trataba de una moneda con la efigie de un importante emperador romano de hace unos 1.800 años.

"Esta moneda se une a sólo otras 11 de este tipo provenientes de ubicaciones conocidas y que están en la colección del Departamento de Tesoros Nacionales", precisó Donald Tzvi Ariel, jefe del Departamento de Numismática de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI). "Todas las otras monedas han sido encontradas en el norte de Israel, desde Meguido y Tzipori hasta Tiberíades y Arbel".

Gracias a las imágenes y textos impresos en la moneda, los investigadores pudieron identificar con precisión su origen y fecha. En su anverso, está el emperador que gobernó entre los años 138-161; 


y el reverso muestra al dios sirio MEN, (el dios luna) y la frase "del pueblo de Geva Phillipi", año 217 (158-159 d. C.).


Geva Philippi, conocida también como Geva Parashim, era una ciudad que disfrutaba de un cierto nivel de autonomía y reconocimiento por parte del gobierno romano, incluido el derecho a acuñar sus propias monedas.

"El año marcado en la moneda es el año en que evidentemente se estableció el consejo municipal y se permitió a sus ciudadanos el autogobierno bajo el Imperio Romano", indicó Avner Ecker, profesor de arqueología clásica en el Departamento de Estudios de la Tierra de Israel de la Universidad Bar-Ilan.

"Desenterrar monedas acuñadas en una ciudad o en su periferia nos permite saber más sobre su economía, dónde se aceptaba su moneda y hasta dónde podía viajar. Por eso, estos descubrimientos son siempre muy importantes", señaló Ecker.

Geva es una ciudad antigua, que aparece mencionada en los escritos del historiador judeo-romano del siglo primero, Flavio Josefo, y se refiere a ella como ubicada el valle de Jezreel, no lejos del Carmel.
"Herodes el Grande instaló allí una caballería", señaló Ecker. "Estratégicamente, era un buen lugar para establecer la caballería porque otorgaba control en ambas entradas de la costa al valle", lo que según Ecker sirvió al Ejército Romano durante la Primera Guerra Judeo-Romana que tuvo lugar entre el 66 y el 73 d. C. durante el cual fue destruido el Antiguo Templo de Jerusalén.

Israel es un país tan rico en ruinas y tesoros arqueológicos enterrados que en cada excavación de infraestructura se suelen encontrar restos de algo. No es extraño tampoco que algunas personas decidan llevarse a sus casas lo encontrado, si bien es ilegal.

La AAI trata de disuadir a los cazadores de tesoros otorgando certificados de buena ciudadanía a quienes informen a las autoridades de sus hallazgos, como ha hecho con el soldad Gardi.
Porque según la ley israelí las antigüedades son tesoros nacionales y está prohibida su búsqueda activa.

"El soldado, Ido Gardi, demostró un comportamiento cívico ejemplar y esperamos que sirva de ejemplo para quienes descubran hallazgos antiguos", enfatizó Nir Distelfeld, inspector de la Unidad de Prevención de Robos del Distrito Norte de la IAA.