De arriba abajo, moneda que muestra al monarca en su juventud; otra que revela al rey con una especie de turbante; anverso de una moneda con la cara de Fernando II sobre lo que durante algún tiempo se entendió como un camino; y morabetino, o moneda de oro de gran calidad, con el retrato del penúltimo monarca leonés.
J. GARCÍA MONTES / COLECCIÓN LÓPEZ-CHAVES.
Los mejores entalladores
Pero, ¿por qué fijarse específicamente en Fernando II? «Sería fácil referirse a los morabetinos de oro que este rey acuñó, pues el preciado metal siempre es más respetado, pero lo realmente importante de don Fernando son sus cuidadas acuñaciones de vellón, las que llegaban a todo el pueblo y a través de las cuales el soberano transmitía su imagen, informaba de sus dominios y de sus creencias religiosas. Mediante las monedas, aquellas gentes conocían que su rey había sido coronado legítimamente, ya que portaba la corona, el cetro y la espada de la justicia; que iba caballero sobre un león o que, aunque hubiese un niño de nombre Alfonso en Castilla, el auténtico monarca era Fernando: un rey cristiano que gobernaba Hispania». «Por otro lado, es en la segunda mitad del siglo XII cuando trabajan en el Reino de León los mejores entalladores de moneda, personas que fueron capaces de plasmar complejas escenas con herramientas sencillas y sobre mínimas porciones de metal».
Y así, en el artículo, este profesor en el IES de San Andrés del Rabanedo e investigador de las acuñaciones medievales en los reinos de León y de Castilla muestra cómo esta artesanía tan particular evolucionó, durante el propio reinado del monarca, desde formas muy toscas a otras mucho más refinadas.
«El valor de las monedas medievales yace en que son testimonios de nuestra historia; por desgracia la arqueología no prestó en el pasado mucha atención al Medievo, y ello ha provocado que muchas de las piezas conocidas sean los ejemplares conservados en colecciones privadas (como la Vidal Cuadras, la Fundación León España o la Hispanic Society de Nueva York, entre otras). Afortunadamente esto parece estar cambiando y cada vez se excavan más yacimientos medievales».
«El valor de las monedas medievales yace en que son testimonios de nuestra historia; por desgracia la arqueología no prestó en el pasado mucha atención al Medievo, y ello ha provocado que muchas de las piezas conocidas sean los ejemplares conservados en colecciones privadas (como la Vidal Cuadras, la Fundación León España o la Hispanic Society de Nueva York, entre otras). Afortunadamente esto parece estar cambiando y cada vez se excavan más yacimientos medievales».
Y respecto a su pieza favorita, «por la simbología que encierra, quizás el dinero más interesante sea el del rey caballero sobre un león», dice respecto a ese espectacular diseño, digno de un logotipo o anagrama actual. Sobre la importancia de las monedas como testigos del pasado, García Montes hace suyas las palabras de la profesora Paz García-Bellido en el sentido de que las monedas «son un foco inagotable de información histórica», «y así, cada vez que contemplo la imagen de algún ejemplar, y observo los procesos de su entalle, los símbolos que porta o la calidad del metal empleado, me reafirmo en sus palabras».
Fuente: diariodeleon.es
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