Mapa del imperio romano
Los mismos expertos descartan las hipótesis ligadas al comercio, ya que según ellos la zona era demasiado remota para entrar en la órbita de los intereses comerciales romanos. Evidentemente las monedas no tenían validez en áreas tan lejanas, pero sí lo tenía el material del que estaban hechas; especialmente si eran metales preciosos como el oro, en cuyo constituían objetos de prestigio social como si de joyas de tratase.
Todo el tesoro está formado por pequeñas monedas de uno a dos gramos. Las monedas de este tipo, según los expertos del Museo-Reserva Campo de Kulikovo, son el estándar de la romana y bizantina, que se acuñaban en varios millones de piezas al año.
Las monedas de bronce o cobre eran las de menor denominación, mientras que las más valiosas eran las de oro, de unos 4,5 gramos.
Muchas ciudades del imperio tenían derecho a acuñar monedas, pero en general se mantuvo el estilo general. El lugar de emisión solía figurar en el reverso de la moneda, es decir, en el reverso de la imagen del gobernante.
“La tecnología actual permite detectar detalles en las monedas que son invisibles para el ojo, examinar su superficie a nivel nanométrico y analizarlas con la ayuda de la inteligencia artificial. El origen del metal puede aclararse mediante un análisis químico con el método de fluorescencia de rayos X o, por ejemplo, con el método de radiación de protones de rayos X”, dijo el experto arqueólogo Kiril Mizgin.
En los territorios de la Europa bárbara, las más comunes no eran las monedas de cobre del siglo IV, sino las de plata, los denarios romanos, que se produjeron en masa entre los siglos I – III.
Aunque la paga de un legionario podía ser a menudo inferior a un denario al día, esta plata llegaba a los bárbaros en grandes cantidades como garante de la seguridad de las fronteras.
Las monedas, debido a su movilidad y durabilidad eran uno de los artículos más populares de la antigüedad. Por ello y por su facilidad de datación, a menudo resultan ser la clave para que los historiadores comprendan los acontecimientos y las tendencias del pasado.
“Los hallazgos de monedas pueden señalar realidades políticas y económicas que no se conservan en las fuentes escritas”.
En las culturas ‘no civilizadas’, las monedas podían convertirse en un elemento de decoración o en utensilios con un estatus especial o funciones mágicas.
Por ejemplo, en los últimos años se ha descubierto en Ucrania y Polonia un gran número de monedas de oro romanas, acuñadas principalmente bajo el mandato del emperador Trajano Decio en los años 249-251, casi todas ellas con agujeros para colgarlas.
Los historiadores lo relacionan con la derrota de los romanos en una batalla con una coalición bárbara cerca de la ciudad de Abritus, en la actual Bulgaria, en el año 251.
El tesoro del emperador muerto pasó a manos de los vencedores y al menos unos cuantos miles de monedas de oro se convirtieron en amuletos conmemorativos.
Abel G.M. - National Geographic
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