¿Por qué se le llamaba “real” a la moneda de 25 céntimos de peseta en España?



Durante el último período de la Edad Media, más en concreto durante la Baja Edad Media (s.XIV), en la Europa cristiana estaba muy extendida la demanda de monedas que representaran mayor valor adquisitivo. Con este fin y teniendo en cuenta el poder que esta representaba, esto llevó a la civilización europea a la creación de valores fuertes en plata. Además, con esta nueva acuñación se podrían agilizar todo tipo de pagos de cierta importancia.

Por este motivo, durante el siglo XIII se fueron creando monedas de plata a las que se le denominaba como “gruesos”, para diferenciarlos de las monedas más ligeras hechas de vellón. Como ejemplo de estas se encuentran: el gros de Navarra, el croat de Barcelona o los reales que fueron acuñados por los estados europeos, como los de la Corona de Castilla y de Aragón. Pero, ¿estos reales guardan relación con el real conocido por todos, equivalente a 25 céntimos?


Fernando VII fue el último monarca cuya moneda oficial fue el real español que llevaba más de cinco siglos en circulación, desde 1300. Con la llegada del Gobierno Provisional a España, se cambió de moneda y se instauró la peseta, en 1868, como símbolo del derrocamiento de Isabel II.

Hay que destacar que, bajo el reinado de Isabel, momento donde ya se usaba comúnmente el término peseta, se acuñaron monedas con fácil expresado en reales de vellón. Fue por este motivo por el que un real de vellón equivalía a 25 céntimos de peseta. De esta forma, a las monedas de 25 céntimos de peseta se las denominaría como “real”, mientras que a las de 50 se las bautizaría como “de dos reales”.


Apenas medio siglo después, durante el breve periplo de Primo de Rivera en la presidencia del Gobierno, en 1925 surge un nuevo metal en los reales, como es el níquel, al igual que ocurriría en 1927, pero esto no modificaría el valor de la moneda, por lo que, de esta forma, la equivalencia era la misma: si una peseta eran cuatro reales, 25 céntimos serían un real.

Evolución de la moneda

Durante el reinado de Alfonso XIII, la moneda de 25 céntimos continuó llamándose real, algo que no es extraño dado que el sistema político español era regido por una jefatura de Estado cuyo máximo representante era el rey (Alfonso XIII), pero la peculiaridad llegó cuando, durante la II República española, a la moneda se la seguía denominando “real”: real republicano.


Con la llegada de la República, la iconografía de la numismática cambió. En estos años no se representaba la figura de ningún monarca sino que, como ya ocurriera con el Gobierno Provisional en 1869, la imagen que adornaba a la moneda contenía tintes republicanos del momento, aunque lo que sí se mantuvo fue el Escudo de España en el reverso de la moneda.




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