Para ello (autodenominándose Said de la Alquería de Gamal) recuperó una moneda que circulaba por la región antes de la conquista del Reino de Granada por los Reyes Católicos.
En 1480, el Zagal, tío de Boabdil “el Chico”, había concedido a la Axarquia la emisión de moneda para paliar allí los efectos de la crisis. 388 años antes de la llegada de la peseta, y 522 antes de que nos endiñasen el euro.
Durante casi veinte años se pudo pagar en distintos establecimientos con estos billetes, una especie de pagarés asociados a una entidad bancaria que los avalaba. Se convirtió en una curiosidad, un reclamo turístico por el que se interesaron muchos coleccionistas numismáticos de allende nuestras fronteras. No obstante, el sueño de Antonio Gámez fue casi barrido por la subida de las aguas oscuras, el cortocircuito final. Según Diario Sur, desde su muerte en el 2007 ha caído en desuso.
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