Victoria francesa en Waterloo
Francia ha ganado, esta vez sí, la nueva batalla de Waterloo 200 años después de la que acabó con el Imperio Napoleónico. París ha cercenado el proyecto belga de acuñar una moneda de dos euros con un envés alusivo al aniversario que se celebra este año. El problema es que el veto francés, contemplado en la legislación comunitaria, llegó cuando la Real Casa de la Moneda de Bélgica había terminado de fabricar 180.000 de las 265.000 unidades previstas.
“No teníamos ni idea de que esto iba a suceder”, defiende Bernard Gillard, director de la Real Casa de la Moneda belga, la institución promotora de esta iniciativa. La pelea numismática no ha salido oficialmente cara a las arcas belgas: 60.000 euros, según el Gobierno. Fuentes de la Real Casa de la Moneda que prefieren no dar su nombre aseguran, en cambio, que aquella cifra es sólo “la oficial” y calculan que las pérdidas van más allá: 1,5 millones de euros. “Es lo que costó el metal de las 180.000 monedas conmemorativas de un proyecto inicial de 265.000” que se frenó precipitadamente por la negativa de los franceses, explican las mismas fuentes. A pesar de que coleccionistas de todas partes de Europa han mostrado su interés por las monedas, todas ellas “serán destruidas” en cuestión de semanas, asegura apenado Gillard. Su final estará en la fundición.
El Gobierno belga —que sí apoyó la iniciativa de la Casa de la Moneda— se muestra “sorprendido por el revuelo” de tales discusiones entre dos países vecinos, según declaró en un comunicado el ministro de Finanzas belga, Johan van Overtveldt. Los franceses esgriman la doctrina comunitaria que establece que “cualquier Estado que tenga el euro como moneda tiene el derecho de objetar un proyecto si es susceptible de crear controversia y malestar entre los ciudadanos”.
Pero para los sexagenarios trabajadores de la Real Casa —que en febrero acuñó 180.000 monedas— este proyecto no pretendía transmitir ningún mensaje negativo pues sólo se refleja el león de Waterloo sobre un monte y la fecha del aniversario: 1815-2015. “Hay que superar la Historia”, exclama André Toujour, un trabajador.
El Ejecutivo francés argumentó en un comunicado que la unidad de Europa ya está en estos momentos amenazada y que la salida al mercado de esta moneda desestabilizaría aún más la situación “en un momento en el que los Gobiernos de la Eurozona están intentando construir una fuerte cooperación en torno a la moneda única”.
Pero los belgas, anfitriones de las celebraciones del 200º aniversario, tienen un "plan B", según un portavoz de la Real Casa de la Moneda. La institución ha trasladado al Ministerio de Finanzas una nueva propuesta para acuñar 70.000 monedas de 2,5 euros que se venderán a los coleccionistas a un precio de ocho euros, según Toujour, y que a diferencia de las vetadas no serían de uso legal. El dibujo, según el diseñador Luc Luyckx, será “parecido” aunque se palpa el misterio entre los promotores del proyecto. “Después de lo ocurrido con los franceses ahora todo es confidencial”, sostiene este belga de 57 años que también diseñó la cara común a las monedas de dos euros que comparten los 19 países de la eurozona.
En la batalla, acontecida el 18 de junio de 1815, cerca de la población belga de Waterloo murieron o resultaron heridos 65.000 soldados de los más de 190.000. Tras la derrota, Napoleón fue desterrado a la isla de Santa Elena, en el Atlántico sur, donde murió seis años después. Tenía 51 años.
Fuente: cultura.elpais.com
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