El dólar español o Spanish dollar

Real de a 8, peso de ocho, peso fuerte o dólar español era una moneda de plata que valía ocho reales que fue acuñada después de la reforma de la moneda de 1497. Lo estableció el real español, que eran dos unidades monetarias de plata que circularon a la vez, tanto en España como en sus posesiones de ultramar. La primera moneda data del siglo XIV en el Reino de Castilla.

Se empiezan a emitir en las cecas o casas de la moneda de Burgos, Segovia, Sevilla y Toledo entre 1543 y 1566. Las primeras citas que mencionan a los Reales de a Ocho son el libro de Diego Covarrubias de Leyva (jurista, político y eclesiástico español e hijo de Alonso de Covarrubias que fue arquitecto de la catedral de Toledo) de 1556, y la petición XXXVI presentada en las Cortes de Valladolid de 1558.

La Monarquía española difundió e impuso el Real de a Ocho, con ligeras variantes, en todos sus territorios, y en los Estados vecinos y a las potencias en liza.

Con los reinados de Carlos I y Felipe II España inicia una divisa internacional, el real de a 8, la moneda de plata con mas crédito y demanda durante tres siglos. La primera divisa de trascendencia universal o mundial y también de reserva, válida para transacciones financieras y económicas.

Fue su principal producto de exportación y España se convirtió en la fábrica de moneda del mundo. En el año 1566 Felipe II refuerza la moneda con su pragmática de la Nueva Estampa y cambia las normas de su emisión y el valor de cambio del real de a 8 en 272 maravedíes y sus divisiones: 4 reales, 2 reales, 1 real y ½ real.

Como su uso estaba muy extendido a finales del siglo XVIII en Europa, América y en extremo oriente, se usó como la primera divisa de uso mundial. Fue la primera moneda legal en Estados Unidos hasta que se desautorizó su uso en 1857.

El dólar canadiense, el estadounidense, el Yuan chino, monedas hispanoamericanas o los pesos de Filipinas están basadas en el real de a 8. En Inglaterra y en Estados Unidos era conocido por Spanish dollar y existen teorías de que el símbolo «$» del peso y el dólar tendría el origen en las columnas de Hércules del escudo español del reverso del real de a 8.


El término peso tendría su origen en nuestra moneda ya que los pesos de entonces tenían la misma medida de diámetro que el real de a 8.

Los reales de a 8 se acuñaban en América y se transportaban a granel hasta España. También se usaba en el sudeste asiático, ya que el Galeón de Manila o Nao de China (que así se conocían a las naves españolas que cruzaban una o dos veces por año entre Filipinas y México) intercambiaba mercancías chinas y filipinas por plata.

A menudo en el comercio oriental los reales españoles eran estampados con caracteres chinos. Se reacuñaba en remotas áreas del mundo como China, Sudán, Ceilán o Zanzíbar. Fue la primera moneda de curso mundial de la historia y llevó nuestra “cara” y nuestra “cruz”, nuestras Columnas de Hércules y a nuestros Reyes, a los confines más alejados del planeta.


Se acuñaron desde 1732, reemplazando las acuñaciones a martillo, hasta 1772, cuando fueron reemplazados por el busto del monarca como motivo. Aparecen en ellos nombrados Felipe V, Fernando VI y Carlos III. 

Se comenzó a usar tras la reforma monetaria de los Reyes Católicos tras el Descubrimiento de América. También se la conocía como “Peso duro”, denominación que dio lugar al “duro” que los españoles conocimos después con nuestra siguiente moneda: la Peseta.

Llegaron a los lugares más remotos del planeta, en muchos se aceptaba como pago, reacuñándola con el sello del lugar donde se usaba. Así, nuestra moneda se extendió por toda Europa, por toda América y por grandes extensiones de Asia y África, llegando hasta lugares tan lejanos como Australia a mediados del siglo XIX.

Tuvo tanto impacto internacional, que no solo llegó a regular el sistema financiero internacional, sino que llegó a desestabilizar todas las economías del este asiático y de China, provocando el caos financiero en la grandiosa economía de la Dinastía Ming.


En 1772, Carlos III decidió reformar la moneda del imperio. Cambió el diseño del dólar español, sustituyó la imagen de Hércules y los Pilares por su perfil, añadiendo su nombre en latín “Carolus III Dei Gratia“, y exigiendo que todas las monedas se acuñasen en la ciudad de México, y provocó con ello que fueran mucho más uniformes y fáciles de reconocer.

El éxito de esta igualdad quedó patente en china, donde los dólares carolinos eran conocidos como “Cabezas de Buda” o “Tres pagodas” en referencia al “III” dinástico de Carlos.

A finales del siglo XVIII, el dólar de Carlos III podía encontrarse en prácticamente todos los puertos desde Veracruz hasta Cantón. La influencia de la moneda era tal, que el propio gobierno estadounidense basó su moneda explícitamente en el dólar español, decretando en el Acta de Acuñación de 1792 la paridad en cuanto a cantidad y calibre de ambas monedas.


Para financiar su guerra de independencia, el Congreso Continental acordó el 3 de mayo de 1775 la emisión de tres millones dólares en billetes, con un valor fijado en reales de a ocho españoles.

El 17 de abril de 1779 los 49 oficiales de los tres regimientos que componían la brigada de Nueva Jersey enviaron a su Asamblea Legislativa un memorial en el que alertaban de una situación insostenible. La inflación del circulante continental había trasformado sus soldadas en ridículas, había fundadas razones por las que podría haber deserciones en masa y exigían ser pagados en la moneda en la que habían contratado con el Congreso sus salarios: dólares (reales de a ocho) de acuñación española.

Los yacimientos de plata estaban en México y Potosí en el alto Perú, en la que ahora es Bolivia. Y allí comenzaron a acuñar moneda desde el siglo XVI en las casas de la moneda de ambos países, donde fueron millones de reales de a 8 a lo largo de los siglos de presencia española.


La llegada de comerciantes norteamericanos a China a finales del siglo XVIII impulsó aún mas el uso del spanish dollar. Se siguió usando hasta el siglo XIX. Cuando llegó a Europa compararon esta moneda con las monedas de plata que acuñaba Austria el thaler, en español tálero.

El thaler no tenía la difusión del real de a 8 a nivel mundial, pero su nombre en francés e inglés (thaler o daller) hizo que en Estados Unidos lo nombrara Spanish daller que derivó en spanish dollar y luego a dólar.

En Estados Unidos una ley de 1792 creó la casa de la moneda y especificó que su dólar tendría 27 gramos de los cuales solo 24,1 eran de plata. Los reales de a 8 valían 8 reales, pero al necesitar monedas de menor valor hizo que las piezas se cortaran en cuatro u ocho trozos.

El Real de a Ocho, era una moneda de plata con un peso de 27,468 gramos y una pureza de 0,93055%, que contenía 25,560 gramos de plata pura. Las monedas tenían un valor de ocho reales (8 reales y 272 maravedís. 1 real de a ocho = 1 duro. 2 reales de a 8 = 1 escudo).

En Norteamérica fue de curso legal hasta que en 1857 una ley prohibió su uso, hasta entonces un real de a 8 valía un dólar, Como anécdota el precio de las acciones en el mercado de valores de ese país denominado en octavos de dólar subsistió hasta el 24 de junio de 1997 el New York Stock Exchange, la bolsa de Nueva York, cambio la denominación a dieciseisavos de dólar, aunque después se pasó a la notación decimal.

Tras la revolución del Cura Hidalgo en 1810, la acuñación de dólares decayó en un solo año pasando de 24 millones a apenas 4. Tras la independencia de México en 1821, la acuñación del dólar carolino llegó a su fin.
La economía china, sin embargo, siguió demandando dólares españoles. Varias regiones habían adoptado un sistema monetario basado en una moneda que ya no existía, lo que dio pie a una de las situaciones más sorprendentes de la Historia Económica.

La escasez del dólar carolino provocó una deflación espectacular de la moneda, que se hizo cada vez más cara. El precio del Carolus subió por encima de su cantidad real de plata.

La moneda de plata El Real de a Ocho, sirvió de base monetaria al comercio internacional, hasta que las divisas europeas, respaldadas por el patrón oro, pusieron fin a esa tradición.

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